La previsión del crecimiento económico mundial se elevó de 4,3 a 4,7 por ciento para el 2021 y la de latinoamérica será del 3,8 por ciento. Argentina estará en capacidad de recuperar únicamente la mitad de los ingresos perdidos durante 2020 y “necesitará asistencia financiera internacional”. Estas son algunas de las definiciones que aporta el análisis de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) sintetizado en un informe que tituló "De la sartén, ¿al fuego?", en el que repasa el impacto de la crisis de la Covid-19. Una de las definiciones más importantes tiene que ver con que identifica a la austeridad fiscal y al sobreendeudamiento como las principales amenazas para la recuperación global una vez que se supere la peor parte de la emergencia sanitaria.

La Unctad considera que un retorno equivocado a la austeridad fiscal después de una recesión tan profunda y destructiva resulta el principal riesgo en su estimación sobre las perspectivas económicas mundiales, especialmente en un contexto de dificultad en los mercados laborales y mercados financieros desregulados en las economías desarrolladas.

Por el contrario, hace énfasis en el rol clave de medidas preventivas de los bancos centrales para evitar un colapso financiero y de los paquetes de ayuda rápidos otorgados por los países. 

Sin embargo, demuestra que la cooperación internacional ha quedado muy por debajo de lo que se necesita: el informe compara los 12 mil millones de dólares de servicio de la deuda suspendido entre junio de 2020 y junio de 2021 para los 46 países que participan en la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del G20, con los 80 mil millones de dólares en pagos del servicio de la deuda en 2019 por los 73 países elegibles de la DSSI y más de un billón de dólares para el conjunto de los países en desarrollo.

América Latina

La mayor parte del impacto en la economía mundial se siente en los países en desarrollo por su limitado margen fiscal, restricciones más profundas en su balanza de pagos y el inadecuado apoyo internacional, según la Unctad. 

De cara al futuro, el informe dice que los dogmas económicos caducos, la débil cooperación multilateral y una postergación para abordar los problemas de desigualdad, endeudamiento e inversión insuficiente, agravados por la Covid-19, confluyen para augurar que la nueva normalidad estará delineada por una recuperación desequilibrada, la vulnerabilidad a nuevos choques y la inseguridad económica persistente.

En el caso de latinoamérica, esta situación implica que continuará dependiente de las exportaciones de productos básicos y de la entrada de capital privado.

Argentina

De acuerdo al organismo de la ONU Argentina es, entre las economías latinoamericanas, una de las más afectadas por la pandemia debido a las "tendencias económicas adversas anteriores a la Covid-19 y las dificultades que encontró en las negociaciones de deuda, además de los efectos económicos del virus". 

Afirma que la contracción de la economía argentina fue del 10 por ciento en 2020 e indica que este año estará en capacidad de recuperar apenas el 50 por ciento de los ingresos perdidos, en un contexto en que la presión inflacionaria reduce la capacidad de acción del gobierno.

"Sin la asistencia internacional apropiada, se corre el riesgo de una crisis monetaria. El Fondo Monetario Internacional puede ofrecer la asistencia necesaria si transforma su retórica  a favor del crecimiento en acciones concretas", señala la Unctad.

Finalmente, el informe concluye que abordar problemáticas que se repiten en muchos de los países del mundo como el aumento de la desigualdad, el  sobreendeudamiento, los mercados financieros desregulados y el cada vez mayor poder de mercado de las grandes corporaciones requerirá más que un estímulo económico puntual.

Lo que se requiere es una revisión más cabal de las reglas del juego económico para que no se repitan los errores de 2009 y se pueda alcanzar así el objetivo de una economía global inclusiva y sostenible para 2030.