En medio de un enfrentamiento que podría terminar en la justicia electoral, la interna de la UCR bonaerense aun no tiene definición a más de dos semanas de realizada la elección en la que participaron cien mil radicales. El juez federal de La Plata con competencia electoral en toda la provincia de Buenos Aires, Alejo Ramos Padilla, sostuvo que los resultados con los que parte de la junta electoral partidaria proclamó como ganador al candidato Maximiliano Abad por 4600 votos “no tienen validez definitiva”. Con ese aval judicial, el sector virtualmente derrotado, que encabeza el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, “exige el conteo definitivo de los votos con la certificación original” de las actas de la elección, que siguen sin aparecer. El espacio disidente --referenciado en el tándem Posse-Martín Lousteau-- reclama que "se terminen los años de un radicalismo que fue servil y sumiso al PRO".

La Junta Electoral del radicalismo bonaerense volvió a reunirse y participaron apoderados de las dos listas y algunos candidatos. Los encargados de certificar el comicio ratificaron que no tienen las actas originales de los 30 distritos del interior provincial cuestionadas por Posse, en el que habría votado más del 50 por ciento del padrón partidario (el promedio en toda la provincia fue del 18 por ciento) y donde Abad sacó la escasa diferencia con la que se adjudica la victoria. La propuesta fue convocar a una "reunión política" de los sectores enfrentados en busca de una solución que no termine por judicializar la interna partidaria.     

La elección del domingo 21 de marzo comenzó como una fiesta para los radicales: desde ambos sectores en pugna se jactaron de haber movilizado a más de cien mil afiliados en medio de la pandemia, para dirimir el futuro partidario. Pero el conteo y el resultado desataron el enfrentamiento aun sin definición.

La mayoría de la Junta Electoral (tres de los cinco que responden al oficialismo), difundió que había ganado al binomio Abad-Erica Reville por 60.185 votos contra 55.573 de Posse-Danya Tavella. El triunfo fue celebrado por el ex presidente del comité provincia y ex vicegobernador Daniel Salvador y todos los popes partidarios que adhirieron a la propuesta seguidista del macrismo: el titular del Comité Nacional Alfredo Cornejo; su antecesor Ernesto Sanz; el jefe del bloque de diputados nacionales Mario Negri y hasta el gobernador jujeño, Gerardo Morales, entre otros.

Pero los restantes miembros de la junta se rebelaron contra el anuncio, al que consideraron "improcedente, dado que se ha emitido cuando aún no se encuentran vencidos los plazos para el escrutinio provisional, cuando ningún miembro de esta minoría ha visto una sola acta de escrutinio, no nos han sido exhibidas, ni hemos sido convocados para realizar y presenciar ese falaz escrutinio provisorio que publican".

Los apoderados de la lista Protagonismo Radical (Posse) recurrieron a la Justicia. Ramos Padilla rechazó el pedido de intervención de la Junta Electoral, pero sostuvo que los resultados difundidos “no tienen ninguna validez definitiva”. Los argumentos del juez se basaron en que la Junta Electora dio a conocer un “comunicado oficial” y no un acta de escrutinio provisorio. El juez pidió a las partes agotar todas las instancias administrativas antes de recurrir a la Justicia.

En un recuento parcial sobre las actas reclamadas por el sector de Posse, su lista recuperó más de mil votos sólo en los distritos de Tres de Febrero (donde se habían sumados todos los votos emitidos a favor de Abad) y Escobar. Incluso, otra revisión habría achicado la diferencia a 2400 votos, aunque la Junta no lo ha hecho público.

Las sospechas del possismo están puestas en los resultados de 30 pueblos del interior de la provincia de Buenos Aires. “Históricamente, en la interna de la UCR vota entre el 15 y el 18 por ciento del padrón electoral. Un porcentaje que se repitió en esta elección (un 17 por ciento de los 650 mil afiliados aproximadamente) en la provincia y en los distritos del conurbano. Pero hay 30 distritos del interior en el que habría votado más del 50 por ciento del padrón y no quieren mostrar las actas originales para confirmarlo”, dijo a PáginaI12 uno de los dirigentes a los que Posse encomendó el seguimiento de la disputa electoral.

“Es una interna pareja que divide al radicalismo en dos. Se puede ganar o perder por no más de 500 votos, pero nadie sabe quien ganó. Si hay un conteo de los votos con las actas originales y perdimos, aceptaremos la derrota, pero necesitamos conocer la verdad”, agregó el vocero de Posse. Si no aparecen las actas originales, el possismo volvería a recurrir a la Justicia Electoral para definir la interna.