El único escritor argentino candidato al Premio Nobel de Literatura, César Aira, con más de cien libros publicados entre novelas, relatos y ensayos, ganó el Premio Formentor 2021, dotado de 50.000 euros, destinado a reconocer la obra completa de un escritor. El jurado del premio anunció desde la ciudad de Sevilla que decidió elegir a Aira por “la infatigable recreación del ímpetu narrativo, por la versatilidad de su inacabable relato y por la ironía lúdica de su impaciente imaginación”. A los 72 años, el autor de Ema, la cautiva y Cómo me hice monja, entre otros títulos, se convierte en el cuarto escritor argentino en obtener este premio. Antes lo recibieron Jorge Luis Borges en 1961 --compartido con Samuel Beckett—, Ricardo Piglia en 2015 y Alberto Manguel en 2017.

El jurado del Premio Formentor, presidido por Basilio Baltazar e integrado por Anna Caballé, Francisco Ferrer Lerín, Juan Antonio Masoliver Ródenas y Gerald Martin y Basilio Baltasar, destacó que “la escritura de Aira adopta técnicas cuyo rigor, frescura y soltura recuerdan las claves jazzísticas de la improvisación artísticas” y agregó que “sobre las estructuras invisibles de la inspiración, el autor levanta escenarios y voces que desconciertan y alimentan la perplejidad del lector”. Aunque nació en Coronel Pringles en 1949, Aira vive en el barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, desde 1967. Han pasado cuarenta años desde que publicó su primera novela, Ema, la cautiva (1981). De su obra voluminosa se destacan La luz argentina, La liebre, La guerra de los gimnasios, Fragmentos de un diario en Los Alpes, El congreso de literatura, El juego de los mundos, La villa, Yo era una chica moderna y El gran misterio, por mencionar un puñado de títulos entre los más de cien que ha editado en distintas editoriales como Blatt & Ríos, Mansalva, Beatriz Viterbo y Literatura Random House, grupo editorial que anunció que en mayo publicará los Ensayos compilados.

“Las convenciones de tiempo y espacio, paradigma que regula el oficio narrativo, aparecen en la obra de Aira como formalidades secundarias que son sustituidas a menudo por destellos y fulgores, recursos y licencias puestas al servicio de una bulliciosa inventiva”, precisó el jurado en el acta del premio. “El relato emprendido por Aira desde sus primeras publicaciones, el centenar de novelas escritas por el autor argentino, su fecunda y perseverante creatividad, conforman una audaz fábula del mundo postmoderno y confirman el arte poético de un excepcional malabarismo estético: sus incesantes variaciones literarias han hecho de su escritura una fuente inagotable de gozo, deleite y asombro”, concluyó el jurado de esta edición.

Una de las principales fans de Aira es Patti Smith. La cantante estadounidense escribió una reseña para The New York Times sobre El cerebro musical, traducido al inglés como The Musical Brain (2015), en la que ponderó que el escritor argentino tiene una “mente improvisadora” y un “ojo cubista que ve desde todos ángulos”. “Sus personajes, ya sean rufianes de tiras cómicas, monos, partículas subatómicas o una versión de su propia infancia, se mueven en un paisaje cambiante de situaciones inestables que trastornan nuestra existencia temporal y la hacen fantasmagórica, sin dejar de parecer cotidianas conforme se desarrolla la trama –plantea Smith-. Su enfoque natural que acepta incluso los episodios más extravagantes, suspende la incredulidad y promueve el sentido propio de desplazamiento, de liberación de la banalidad”.

El escritor y ensayista Osvaldo Baigorria compara a Aira con Borges en términos de estar en el lugar del gran escritor argentino que marca una línea de exigencia. “La presencia de Aira en la literatura argentina pone una vara tan alta para quienes escriben en este país, que es al mismo tiempo una bendición y una maldición, una maldición estimulante porque él lo hace tan bien que uno siente que debe esforzarse y no hacer cualquier cosa, para citar o parafrasear sus propias expresiones sobre Borges, aunque reconozco que a mí también a veces me sale cualquier cosa”, aclara el autor de Correrías de un infiel. Fernanda García Lao subraya que la escritura de Aira es “antisolenmne, inaudita y caprichosa”. “Aira es un imprescindible. Habilita el contra realismo, el desvío y la desobediencia”, precisa la escritora.

Aira se ha ganado la vida como traductor del inglés, francés y también portugués (tradujo a Franz Kafka, Jane Austen, Stephen King y Sérgio Sant’Anna, entre otros), ha sido editor de la obra póstuma de Osvaldo Lamborghini y ganó el Premio Roger Callois (2014) y el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas (2016), entre otros. Reacio a dar notas en Argentina, en una entrevista con el diario El País de España, el escritor decía que “la única función que me asigno es dejarle al mundo algo que no haya tenido antes de mí”. “Creo que esa es la función más genuina de un artista, un escritor –aseguró Aira-. A veces chocan los dos propósitos, hacer algo nuevo y hacer algo bueno. Si tengo que elegir entre las dos cosas, prefiero que sea nuevo a que sea bueno”.