Una aplicación para monitorear cultivos, ideada en Argentina, se está expandiendo en el mercado de América Latina. El negocio facturó un millón de dólares durante el año 2020 y consiguió asociarse con la agencia espacial estadounidense NASA.

"Antes, los productores anotaban los datos del campo en una libreta. Ahora pueden subirlos a su celular, sacar fotos y alimentar un algoritmo que les devuelve información precisa sobre el estado de su cultivo", dijo el ingeniero en Sistemas, Andrés Yerkovich, en referencia a la app desarrollada por su compañía SIMA (Sistema Integrado de Monitoreo Agrícola) en Rosario, la capital del agronegocio argentino.

En la actualidad, SIMA ofrece sus servicios sobre 3 millones de hectáreas de cultivos operadas por unos 500 clientes. La firma facturó un millón de dólares en 2020 y aspira a terminar este año con un número mucho mayor. "Estamos listos para acelerar nuestra expansión en Latinoamérica y para eso abrimos una ronda de inversión este año en la que esperamos juntar 2 millones de dólares", detalló el empresario.

Usos de la aplicación

Para Yercovich, era momento de digitalizar la información recogida en el campo por los productores y asociarla a los datos que brindan los satélites, tanto en relación al clima como a la cobertura vegetal.

Esto incluye saber qué cultivo se sembró, en qué condiciones, si hay problemas de malezas o insectos, los químicos que se aplicaron y mediciones de densidad de siembra o distanciamiento entre plantas.

La aplicación permite sacar e ingresar fotos que luego se procesan para determinar si la planta está enferma, su tamaño, o qué porción del lote está cubierta de malezas. Eso se combina con imágenes satelitales para obtener información actualizada sobre el estado de los cultivos. "Esta herramienta nos habilita a predecir con mucha precisión eventos como el rendimiento estimado de cultivos", agregó Yerkovich.

SIMA y NASA

En 2019 SIMA formó una sociedad de trabajo con la NASA. El acuerdo está dentro del programa NASA Harvest, cuya misión es velar por la seguridad alimentaria. "La NASA ya desarrollaba algoritmos, pero les faltaban datos duros. Desde el espacio pueden ver cuál es el nivel de maduración de las plantas, pero no tenían la validación fáctica de eso. Ahí entramos con SIMA con datos reales de usuarios", explicó Yercovich.

Así se consiguió un algoritmo mejorado que utiliza datos de SIMA y de la NASA, con el foco puesto en la estimación de rendimiento de los cultivos.

"Nos dio mucha visibilidad asociarnos a ellos y nos permitió mejorar mucho el algoritmo. Es un círculo que se cierra: los usuarios entregan datos que alimentan una plataforma virtual que entrega soluciones cada vez más rápidas y precisas", dijo el ingeniero en sistemas.

Los clientes de SIMA están ubicados en ocho países -Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, México, Venezuela, Colombia y Bolivia- y van desde productores medianos, que manejan entre 500 y 1.000 hectáreas, a grandes productores con campos de 20.000 hectáreas y empresas que abarcan hasta las 200.000. Para convencer a los productores de adoptar su tecnología, ofrecen una prueba de un año sin costo. 

"El 93% de los usuarios decide seguir con el sistema", afirmó Yercovich. El precio promedio de este servicio es de un dólar por hectárea por año. 

Mauricio Kunicic, ingeniero agrónomo y asesor de productores agrícolas pequeños y medianos de Santa Fe, sobre unas 5.500 hectáreas, usa la aplicación "desde hace cinco o seis campañas".

"Debo haber sido uno de sus primeros usuarios", contó al destacar "el gran ahorro en tiempo y personal" que significó incorporar el SIMA. "Antes hacía los monitoreos con una libreta de campo y ahora todo es digital, más fácil y más rápido", dijo.

La mayoría de los monitoreos se hacen en cultivos de soja, maíz y trigo. En Argentina también se usa cultivos de vid y en países como Colombia en arroz y papa.