Con la mirada puesta en calmar las aguas de los precios de los alimentos, el Gobierno empezó a avanzar en un acuerdo con empresas de alimentación que podría redundar en una canasta de productos accesibles, a precio acomodado y con llegada a todos los comercios. La iniciativa empezó a dialogarse con grandes supermercados y dueños de fábricas de alimentos el lunes a última hora y en la tarde de este martes. 

Lo que pareció para algunos una sorpresa, es en realidad el inicio de uno de los puntos que se listaron en las medidas contra la inflación que dictó el Ejecutivo la semana pasada, en la que se incluyó además el monitoreo a las exportaciones de productos sensibles como la carne vacuna. Además de un perfeccionamiento de las inspecciones a comercios con trabajadores de la AFIP. 

La convocatoria realizada por la secretaría de Comercio incluyó a un pelotón de firmas que van desde Arcor y Las Marías a Unilever, Mastellone, La Virginia y buena parte de los socios de la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal). También hubo charlas con el sector comercial, grandes superficies y comercios de proximidad. 

Estos últimos eslabones son una elección nada casual: a hoy, el Gobierno tiene bien monitoreada la marcha de aumentos en el canal moderno (los grandes supermercados), pero le resta cubrir una realidad menos formal, la del canal tradicional (super chinos, almacenes y comercios de proximidad). Por eso, esta "selección de productos específicos" en la que se trabaja estará presente en esos locales, en los cuales la picardía empresaria decidió depositar las subas más fuertes. 

Fuentes oficiales aseguraron a Página I12 que no se busca masividad y variedad, dado que para eso está Precios Cuidados, sino un grupo más reducido de productos pero que esté en todos los locales a un precio módico. "Representatividad" es la palabra que utilizan en despachos oficiales para remitir a lo que se está armando, aún sin fecha de implementación. 

La zanahoria para los empresarios es que, si la alternativa prospera, se federaliza y los precios se mantienen, se podría empezar con un descongelamiento más velóz de Precios Máximos, la eterna queja de los ceos de la alimentación. Naturalmente, al sector privado le parece un cambio justo, pero se verá recién cuando se llegue a instancias definitorias. 

La lista en la que se piensa

¿En qué tipo de canasta piensa el Gobierno? En una que tenga entre 50 y 100 productos y que no necesariamente se vendan juntos. Eso garantizaría un muestreo amplio de productos básicos que tienen que bajar de precio y no subir al menos en meses. Ese número es bastante menor a los productos que se incluyen en el muestreo de Precios Cuidados y Precios Máximos. Pero le garantizan al Gobierno una referencia y una oportunidad en los canales más informales, en los cuales es costoso tener información on line de precios y cantidades pero sí pueden ser monitoreados por inspectores para garantizar cumplimiento. 

Además, en el caso de las variantes de Máximos y Cuidados, se comercializan en algo más de 2000 bocas de expendio del canal moderno, los grandes comercios, lo que permite un alcance moderado que se acentuó con los cambios de tendencia en el consumo masivo: en tiempos de pandemia, la gente se inclinó por comprar en locales de proximidad y comercios barriales, antes de ingresar a grandes superficies comerciales. 

En este escenario, en el ministerio de Desarrollo Productivo están siguiendo los movimientos de precios y además marcaron la cancha con un pedido de que  no vuelvan a ocurrir las puestas en góndola de productos "creativos" para evadir controles, por los que varias empresas recibieron sanciones. Y aclararon que la salida al tema precios debe ser colectiva para que la economía no se resienta. 

Para el Ejecutivo, la observación de los valores de los alimentos es clave. En el ministerio de Economía esperan que en abril haya una baja en el índice general en relación a marzo, donde el alza fue de 4,8 por ciento. Pero pretenden que además de lo que caiga por baja de subas estacionales, como fueron los colegios el mes último, también haya una retracción en los precios de la canasta básica. El Gobierno entiende que abril, que empezó en la primera semana con números al alza, sea el primer mes de un proceso de desaceleración que confluya en variables más lógicas.