La pandemia obligó a la Academia de Hollywood a modificar los criterios de elegibilidad, eliminando el requisito de un lanzamiento en salas. Es así que el habitual periodo de estreno de las candidatas en los cines argentinos de enero y febrero mutó a una fragmentación por la que el grueso de ellas llegó a través de plataformas de streaming durante el último semestre de 2020, y solo algunas pasaron por la pantalla grande. A continuación, un recorrido por la opinión del plantel de críticos de Página/12 sobre las principales nominadas.

Nomadland, de Chloé Zhao. 

Con seis nominaciones, entre ellas Mejor Película, Actriz, Dirección y Guion, la favorita para la gala tiene su principal peculiaridad en una “aparente condición de extraña a la masividad que le asegura masividad”. ¿Por qué? La respuesta aquí, en la crítica de Horacio Bernades, escrita en ocasión de su estreno en un puñado de salas fuera del Área Metropolitana de Buenos Aires.

Hermosa venganza, de Emerald Fennell. 

Otra con buenas chances de empezar el lunes con un par de estatuillas bajo el brazo –tiene cinco nominaciones– es esta cruza de drama de personaje con fábula vengativa y comedia negra, que desde su estreno en el Festival de Sundance divide aguas entre quienes celebran el revanchismo femenino y aquellxs que ven una banalización colorida y pop de situaciones gravísimas, tal como se cuenta aquí, en la crítica publicada el día de su llegada a las salas argentinas.

Mank, de David Fincher. 

La película más reciente del director de Pecados capitales y Zodíaco arrancó la temporada de alfombras rojas con el cartel de favorita, con seis nominaciones para el Globo de Oro y diez para el Oscar. Sin embargo, viene cumpliendo el rol de gran de derrotada, cayendo en todas las galas ante Nomadland. Y eso que esta historia, centrada en la figura de Herman J. Mankiewickz y el febril trabajo realizado en la escritura del guión de El ciudadano, cuenta con varios elementos afines al paladar académico, según contó Juan Pablo Cinelli aquí.

El juicio de los 7 de Chicago, de Aaron Sorkin. 

Avezado guionista dedicado a medir el pulso de la política norteamericana, Sorkin se sentó por segunda vez en la silla plegable para timonear los destinos de este drama jurídico que propone un paralelismo entre el presente y las irregularidades del juicio que en 1968 atravesaron un grupo de militantes luego de haber sido acusados de conspirar contra el gobierno. Son poco más de dos horas de metraje durante las que, como en casi todas las películas dirigidas por guionistas, la palabra tiene un peso preponderante, como se dijo aquí

El sonido del metal, Darius Marder. 

Un escritor ciego, un deportista con lesiones crónicas, un escultor que pierde sensibilidad en las manos. ¿Qué se siente cuando el cuerpo traiciona de semejante manera? ¿Hay un futuro posible sin la posibilidad de ejercer una pasión? El hasta ahora guionista Darius Marder ensaya una respuesta en este notable drama psicológico –nominado en seis rubros– protagonizado por un baterista de rock que pierde la audición. Una película que, tal como señaló la crítica, se diferencia del grueso de las historias sobre adictos al prescindir “de golpes bajos, juicios valorativos y paternalismos”.

La madre del blues, de George C. Wolf.

 Las cinco nominaciones muestran que el rótulo generalista de “película oscarizable” calza a la perfección con los modos actorales y narrativos de esta adaptación de una obra teatral emblemática del Broadway de los años 80, que concentra su acción en un estudio de Chicago donde la blusera Ma Rainey graba un disco. Para Horacio Bernades, la reunión es una excusa para que los protagonistas “hablen a voz en cuello y lloren mucho, sufran, se rían a carcajadas y hagan caras, mientras esperan turno, pacientemente, para su numerito personal”. Aquí la crítica completa-

Una noche en Miami, de Regina King. 

El debut en la realización de la actriz Regina King –que llega a la gran noche del entretenimiento con tres nominaciones– imagina qué pudieron haber charlado Malcolm X, Muhammad Ali, Sam Cooke y Jim Brown cuando se encontraron a solas en 1964. Otra película cocinada al calor de la diversidad racial; otra película que, acorde a la crítica de Juan Pablo Cinelli, “cae en la trampa del teatro filmado”.

Unidos, de Kori Rae y Dan Scanlon; Soul, de Pete Docter y Dana Murray. 

A falta de una, este año Pixar tiene dos películas nominadas en el rubro largometraje de animación, ambas disponibles en la plataforma Disney+. Unidos llegó a las salas justo antes del aislamiento de marzo del año pasado y, como se escribió en ese momento, “aborda el peso de las tradiciones y cómo ellas muchas veces chocan con los mandatos modernos, celebrando de paso los valores de la familia”. Distinto es el caso de la segunda, en la que si bien desentona el insistente foco en historias inspiradoras, su despliegue de imaginación y los gags la convierten, en la mirada de Juan Pablo Cinelli, en una excelente oferta de cine familiar.

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