Desde París
El Frente Nacional de Marine Le Pen (foto) obtuvo su máximo rendimiento electoral el domingo, con 7,6 millones de votos, es decir el 21,4 por ciento del electorado. Eso fue lo que las cámaras de televisión mostraron el domingo en la sede del partido en Hénin-Beaumont: champagne que fluía, pancartas que decían “Marine para Presidente”, música y una fiesta en la noche.
Pero después del discurso de su líder, una vez que terminó la ovación de pie, algunos admitieron su decepción de que Le Pen no hubiera terminado delante de Emmanuel Macron (que obtuvo el 24 por ciento) en la primera vuelta. Un activista admitió: “Sé que nuestro próximo presidente será Macron.” Y levantando una copa, agregó: “Igual es bueno que llegara a la segunda vuelta, así que celebremos de todos modos”.
“El puntaje es extremadamente decepcionante, muy lejos de lo que se había previsto en las encuestas de los últimos meses”, dijo Jean-Yves Camus, analista y presidente del Observatorio del radicalismo en la fundación Jean-Jaurès, señalando que los sondeos en un momento le daban a Le Pen un 29 por ciento. “Las encuestas habían predicho durante semanas que ella estaría adelante después de la primera vuelta; es prueba de que algo salió mal”. Al analizar las causas de lo que él llama el “fracaso” de Le Pen, Camus sugirió que el partido necesitaba “volver a los fundamentos si quiere lograr el éxito”.
Jean-Marie Le Pen, ex líder del Frente Nacional (FN), criticó a su hija en la estación de radio francesa Europe 1 por abandonar las rutas del partido. Aunque la elogió por llegar al ballottage, dijo que habría querido “una campaña más dinámica, más agresiva, más francesa, con menos deseo de desintoxicar”. Camus dijo que Le Pen “en el tramo final, volvió a sus áreas de predilección - seguridad, inmigración - pero eso tampoco fue suficiente”.
Stéphane Wahnich, un analista político que ha escrito dos libros sobre la líder del Frente Nacional, dijo que el pasaje de Le Pen a la segunda vuelta “no fue realmente una victoria”. Afirmó que fue llevada a cabo por la fuerte base de votantes del partido y “sobre todo gracias a Fillon, a los votantes disgustados por las acusaciones de falsos empleos (contra él)”. “Ella tenía más dificultades de lo esperado, la desintoxicación (limpieza en el partido) muestra sus límites”, sostuvo.
Las encuestas en este momento la ubican 22 puntos detrás cuando faltan dos semanas, Le Pen prácticamente no tiene ninguna posibilidad de ser elegida en el ballottage.
Aquí en París, Le Pen ganó sólo el 5 por ciento de los votos. Como nunca antes, la capital ha demostrado ser una singularidad política. Xavier Paquet, de 32 años, que trabaja en marketing, dijo que “no estaba sorprendido por el puntaje del Frente Nacional en las principales ciudades”, especialmente en París y Lyon, donde creció. “Históricamente estas ciudades votan menos por el FN porque hay más profesiones de primer nivel y empleos cotizados y más acceso a información y cultura”, dijo.
Isabelle, una psicóloga, votó por Macron y para ella, el resultado de esta primera ronda demostró que había “una división entre una parte de la población que aspira a un cambio profundo porque están decepcionados, frustrados y profundamente insatisfechos con su situación actual , Y otra parte más optimista sobre la misma situación”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.