El comienzo del clásico rosarino tuvo un insólito episodio, cuando Pablo Pérez rompió con una patada y un pelotazo un dron que los hinchas de Central habían hecho ingresar a la cancha. El volante de Newell's se molestó porque el aparato llevaba una bandera con los colores del conjunto local y lo destruyó de dos golpes.


Cuando se jugaban tres minutos en el estadio de Arroyito y Central tenía un corner desde el sector derecho, un dron con una bandera de Central comenzó a sobrevolar el terreno de juego, lo que motivó una breve interrupción del desarrollo. En ese momento, el delantero de Cetnral Lucas Gamba tomó el aparato que volaba frente al área de Newell's y lo sacó de la cancha por la línea de fondo.

Fue entonces cuando apareció en escena Pérez, que le pegó al dron un planchazo con su pierna izquierda y luego le arrojó un pelotazo, que dejó al aparato inutilizado. El dron roto fue tomado por un policía, que lo retiró definitivamente del campo. Más allá de lo sucedido, el árbitro Fernando Echenique no tomó ningún tipo de sanción con el volante rojinegro.