San Lorenzo comienza a respirar en la Copa Libertadores. Bajo la lluvia, el equipo del uruguayo Diego Aguirre le ganó 2-1 a la Universidad Católica de Chile, y todavía cuenta con chances de acceder a los octavos de final del torneo continental. Los goles fueron de Nicolás Blandi, y el joven Barrios cerca del final. El local afrontó el partido con dos escenarios posibles en el Nuevo Gasómetro: el de una ilusión a prueba de toda lógica por una victoria, o el de una frustración absoluta por una caída o un empate, que inevitablemente hubiera traído duros coletazos. Así, sin tonos de grises, planteó el duelo ante los chilenos, jugándose quizás su última carta en esta Libertadores sin Sebastián Torrico, el arquero icónico de estos años ganadores del club, que no jugó por una decisión del técnico.

El conjunto visitante comenzó mejor, apretando rápido en ataque. Contó así con un remate desde lejos que se fue cerca, y con un tiro libre que no llevó demasiado peligro.

Pero San Lorenzo reaccionó muy rápido para tomar la posesión de la pelota. Y con el dominio en el juego, el primer gol del partido se hizo realidad. A los 35 minutos, Belluschi tiró un centro, Paulo Díaz la peinó y Blandi convirtió con una tijera letal.

El segundo tiempo mostró a un San Lorenzo que buscó el segundo gol para darle tranquilidad a su gente, pero la imprecisión en los toques finales le impedían aumentar la ventaja. Los chilenos no se conformaron y respondieron a través de los contrataques. En uno de ellos, Católica armó una buena jugada combinada por la derecha, el ingresado Gutiérrez habilitó muy bien a Cordero, y éste marcó la igualdad con un zurdazo cruzado, luego de sacarse de encima a su marcador con un enganche.

La expulsión de Kuscevic pareció que le daba impulso a San Lorenzo para ir por el triunfo, y lo logró a cinco minutos del final por intermedio del chico Barrios, que marcó de cabeza.