La fuerza policial santafesina se encuentra de duelo: el jefe de la Policía de Rosario, el comisario Adrián Forni, falleció durante la madrugada de ayer en un sanatorio privado donde había sido internado en sala común luego de contagiarse covid-19. Si bien desde los ministerios de Salud y de Seguridad de la provincia no dieron ninguna precisión de la causa de la muerte, Rosario/12 pudo reconstruir a través de distintas fuentes que el deceso se desencadenó a partir de una complicación cardiológica grave ocasionada por el cuadro base de coronavirus. El titular de la Unidad Regional II de Policía había recibido la primera dosis de la vacuna Sinopharm el 16 de abril pasado y esperaba ponerse la segunda en los próximos días. El viernes pasado Forni, de 52 años, envió desde su lugar de internación un audio a sus compañeros en el que relata cómo fueron evolucionando sus síntomas, les recomienda que no subestimen a la enfermedad y se alegra ante la mejoría que estaba mostrando. Hasta el momento, cerca del 40% de los agentes policiales de Santa Fe cuentan con la primera dosis de la vacuna.

El titular de la policía de Rosario había comenzado con síntomas el lunes pasado, cuando sintió un malestar general que lo llevó a hacerse un test rápido de coronavirus. Inmediatamente fue confirmado con covid-19 positivo y durante los días siguientes presentó fiebre cada vez más elevada. El viernes decidió hacerse ver con una médica y al informarle que tenía neumonía tomó la decisión de quedarse internado. Si bien había mostrado una mejoría durante el fin de semana y nunca necesitó de un respirador o de pasar a terapia intensiva, falleció durante la madrugada de ayer a causa de una miocarditis.

Forni había sido inoculado el 16 de abril pasado con la primera dosis de la vacuna Sinopharm. Se la aplicó en el vacunatorio que funciona en el Galpón 17 en el parque Nacional a la Bandera. Ese día estuvo acompañado de la ministra de Salud Sonia Martorano. Era inminente que se le aplique la segunda dosis como para poder completar la inmunización.

Luego de su fallecimiento comenzó a circular por redes sociales un audio que el jefe de policía le había mandado el viernes pasado a sus compañeros desde su internación, en el que les agradece las muestras de apoyo y les aconseja que no subestimen la covid y que cumplan con el protocolo que la provincia ha ordenado. Luego hace un crudo relato de cómo transitó la enfermedad. Relato que se vuelve dramático al conocer el fatal final.

“Este virus es mortal. Es un asesino muy inteligente, no es un bichito que simplemente levanta temperatura. A mí me lo demostró día a día”, comienza Forni en su relato. Según detalla, todo se inició el lunes: “Me sentía muy raro y al toque me fui a hacer un hisopado rápido. Cuando estaba llegando a la jefatura me llamaron para confirmarme que había dado positivo de covid”. Luego hace hincapié en cómo fue evolucionando su fiebre. Primero tuvo 38.5, el martes ya era 38.9 y hasta llegó a 39.2. El miércoles arrancó con 39.7 y el jueves en tres horas llegó a 39.7. Ahí es cuando más me preocupó: “Vi la muerte. Mi ritmo cardíaco estaba en 135. Me tiré debajo de la ducha helada y mientras me bañaba con agua helada sentía que me iba a explotar el corazón, todavía no sabía cómo estaba consciente con semejante temperatura”.

Al mismo tiempo, en el audio cuenta que su nivel de oxigenación pasó de 98 el lunes, a 97 el martes, 95 el miércoles y entre 90 y 93 el jueves a la noche. “Me di cuenta que me quedé sin estómago porque se me inflamó por las pastillas y las temperaturas altas”. Cuando el viernes a la mañana se levantó con 36.2, "sabía que era imposible que desaparezca tan rápido la fiebre", por lo que llamó a un médico conocido que le recomendó que se haga una placa, una ecografía y análisis de sangre. Ahí es cuando fue al sanatorio y la doctora que lo revisó le dijo que estaba con 93% de oxigenación y que podía tener neumonía, por lo que tomó la decisión de internarse. “Cada vez que decía que me sentía bien, al rato me descomponía. La temperatura me variaba cada 10 minutos, de 38.7 empezaba a subir y no había manera de pararlo. Lo único que me salvó fue el agua helada, lo que me bajó la temperatura”, explicaba Forni.

“Me estaba destrozando el cuerpo, sentía que no había manera de poder resistirlo”, les relataba en el audio a sus compañeros al mismo tiempo que les aconsejaba no subestimar cuando se sientan mal: “Háganse ver por especialistas, no se queden en sus casas. A esta enfermedad no se la vence con voluntad sino con estrategia”. Además, insistía con que “ninguno piense que es una enfermedad leve y que no pasa nada” y les aseguró que el virus “buscaba matarme”. Sobre el final del audio que grabó el viernes desde el sanatorio, contó que estaba un poco mejor y que esperaba seguir en ese sentido porque ya no presentaba fiebre y estaba en un lugar controlado. “Para mí hoy es un día de regalo porque esto es día a día. Te reconforta, te da fuerza, te da esperanza. No les voy a mentir, yo ya me veía en mi sepelio pero no porque estaba quebrado sino porque el cuerpo no resiste”, cierra diciendo y les explica a sus compañeros que cuando “veía que era superado no me quedé, e inmediatamente tuve un plan b, una opción más”, dando un claro ejemplo de que tuvo la voluntad de luchar hasta el final.

 

Forni tenía 27 años de trayectoria en la Policía. Antes de ser jefe de la Unidad Regional II había estado a cargo de la Tropa de Operaciones Especiales, la Policía de Acción Táctica y la Unidad Especial de Protección de Testigos, entre otros cargos. Había asumido la conducción de la policía rosarina en diciembre de 2020 y era muy reconocido en su labor por el intendente Pablo Javkin, quien ayer mostró su pesar a través de un tweet: “Adrián Forni, un policía profesional, dispuesto, honesto y buen jefe. Tremenda pérdida que da mucha bronca. Un abrazo a su familia y camaradas”. Por la misma vía mostraron sus condolencias el gobernador Omar Perotti y el ministro de Seguridad provincial, Jorge Lagna.