Trajinado el devenir de Andrés Fortunato. Desde los 18 años que viaja y viaja por el mundo, hurgando sobre instrumentos y músicas milenarias. Estuvo en depósitos de museos chinos, en zonas rurales de Indonesia y Egipto, en el desierto del Sahara, o en regiones inhóspitas del norte del Perú, siguiendo huellas que lo lleven al encuentro de chamanes, tribus y formas de vida ancestrales. Aquello --que por supuesto lleva un paréntesis de año y pico por la covid-- más su rol como compositor de músicas electroacústicas, haber dictados clases magistrales en el Conservatorio de París o tocar junto a la Sinfónica de la Tv y Radio eslovena frente al castillo de Liubliana, lo tornan un personaje sugestivo. “Los viajes me afectaron absolutamente y, empapado del misticismo ancestral que logré conectar más el amor por el rock, me embarqué en una propuesta cuya estética, pasa por conectar lo ancestral con lo moderno”, remarca él ante PáginaI12.

Fortunato habla en buena parte de Chimbé, la banda que completan Lautaro Toscano, Belén Ricardes, Ezequiel Del Peral, Oscar Avila y Yago Loretti, y que acaba de colgar en redes el video del tema “Madre de la lluvia”, corte clave del flamante disco epónimo. Tal se destaca entre el resto. No se trata de un tema más. Primero, porque es una pieza impresionante en su profundidad. Después, porque participa a Carca en voz y lapsteel (ver recuadro). Luego, porque fue filmado en el Club Atlético Fernández Fierro, y por último porque contó con la participación especial de las cámaras de Marcelo, el griego Iconomidis… creador de “La línea de Zeus”, serie de clips rockeros que la rompió en Peter Capusotto y sus videos. “Madre de la lluvia” reúne todo esto, entonces. Y primerea la saga sinérgica del disco que Fortunato pinta como una fusión entre las leyendas misteriosas sobre diablos y encrucijadas del blues original, “y los orígenes chamánicos en la Africa y América ancestral”.

“Los encuentros con diversas culturas originarias del mundo, en particular con los curanderos del norte peruano, lograron hacer encajar las muchas afinidades musicales que tengo en un solo proyecto que las unifica: esto es Chimbé”, define el inquieto músico, extendiendo el concepto hacia otras piezas alineadas con tal impronta. “Ceremonia de los vientos”, marcadamente influida por Los Jaivas de Alturas de Machu Picchu, es una. Otras para parar orejas pasan por la psicodélica “Canto para la picadura de la culebra”; la calma y telúrica “Huella”, o “Tonada para la sombra de la luna”, tema intensísimo, que terminó activando la atención de Iconomidis.

“Mi interés por las músicas ancestrales comenzó a través de Jim Morrison y su amor por las sabidurías chamánicas. Eso me llevó a estudiar sobre tales músicas en la universidad de Tres de Febrero, hasta que me convertí en solista de su Orquesta de Instrumentos Autóctonos”, cuenta el creador de la banda cuyo nombre está precisamente basado en un espacio considerado sagrado para las culturas originarias de Sudamérica. “Nos lo propuso una chamana indígena a la cual le consultamos, y nos pareció bien, porque es un homenaje a la sabiduría de esas hermosas culturas”, detalla el músico.

Chimbé –lo dicho-- se anota varios puntos en esto de las búsquedas místico- ancestrales con el rock como cable a tierra. En rigor, Fortunato reconoce tal alquimia influenciada por singulares cruces sensoriales ente Ritual de lo Habitual de Jane´s Addiction, y Agitor Lucens V, de Arco Iris; o entre La Biblia, de Vox Dei y Shadows Collide with People, de John Frusciante. “Podría estar días nombrando estos exploradores de encrucijadas que nos nutren día a día. Pero de más está decir que contamos con una influencia muy fuerte del rock de los noventa, que puso en una licuadora esos estilos tan demarcados en décadas anteriores”, asegura, y va a los ejemplos. “Red Hot Chili Peppers es clave, porque ha fusionado rock con punk, funk, jazz, soul, rap y hip-hop. Pero también insisto con Jane´s Addiction, y la fusión que ellos han hecho entre melodías de medio oriente y rock pesado. Por lo demás, ni que hablar de fenómenos cuasi esotéricos como Led Zeppelin o The Doors”, puntualiza el cantante y compositor. “De todas maneras, hablo por mí, porque cada miembro del grupo proviene de influencias musicales muy diversas, algo que, unificado a la exploración en sonoridades ancestrales de la naturaleza y músicas folklóricas, termina generando la personalidad de Chimbé”.

La participación de Carca

“Mi participación en el tema ´Madre de la Lluvia´ nace de mi amistad con Andrés Fortunato- señala Carca-. Luego de esa hermandad, hay una simbiosis musical de la cual estoy muy empapado como el blues tuareg o todas esas músicas que encierran la parte ancestral de por lo menos esa civilización. En mi música también se refleja esa búsqueda de algunas otras formas quizás un poco más distorsionadas o menos cómodas. Cuando me llegó la propuesta, dije que sí en seguida porque apenas conocí la canción me encantó. Y lo que me sentó mejor fue la parte del canto, y la expresión de esas palabras tan arcaicas en el mejor de los sentidos”