Un espectro recorre las sociedades humanas infectándola de enfermedad y muerte. La ola siniestra va mutando en nuevas cepas que lo tornan más eficaz y peligroso, cada día que acontece va obteniendo insaciablemente su porción de víctimas. Se transmite por el mundo viajando en avión y, también, por tierra circulando entre las fronteras de los países vecinos y a través del desplazamiento de personas al interior de las naciones, extendiéndose por recorridos inter e intraurbanos. Este movimiento se ve favorecido por la apertura de los nuevos canales de flujos materiales y de personas. 

Cauces de interconexión y comunicación que se ampliaron y profundizaron a partir de los '80 del siglo pasado, cuando la mundialización que es un rasgo de la lógica de reproducción del capitalismo configuró la fase de la globalización, modalidad regida por la hegemonía del capital ficticio concentrado emplazado en el circuito financiero a escala internacional.

En la actual fase del desarrollo capitalista, la intervención autoritaria de los organismos multilaterales de crédito fue condicionando el diseño y la aplicación de políticas sociales y económicas de corte neoliberal, las que derivaron en moldear los sistemas nacionales de prevención y atención de la salud.

Desigualdad

La pandemia covid-19 se difundió en un escenario socioeconómico fragmentado y desigual, los Estados nacionales no lograron establecer una estrategia defensiva de cooperación conjunta, ni siquiera entre los países que venían logrando avances de integración en la dimensión política y económica.

Las respuestas de los Estados nacionales fueron muy diversas, conformando un arco que va de aquellos que negaron las consecuencias del virus a los que desde un principio percibieron la situación y actuaron en consecuencia frente a los nefastos estragos que podía causar la pandemia. 

Estos últimos fueron adoptando procedimientos aprendidos en pestes sufridas en el pasado, así fueron cerrando lo más posible el tránsito de personas con otros países, en tanto que a su interior buscaron instalar el aislamiento y la distancia social. Usaron antiguas recetas, que la población acató según las circunstancias culturales y los comportamientos sociales e individuales de cada zona o país.

Mientras tanto el Complejo Médico Farmacéutico Financiero acometió el proceso de investigación y producción de nuevas vacunas y medicamentos.   

Los principales laboratorios, amparados en la protección monopólica de las patentes continuaron con su lógica mercantil de maximizar el excedente. De modo tal que ampliaron sus ganancias y subieron los precios de sus acciones en los mercados.

Los sistemas de prevención y atención de la salud fueron y son extremadamente tensionados por esta emergencia. Su fuerza de trabajo está sobreocupada y, en general, mal pagada. Los sistemas de atención de salud en cada país tienen diferentes matrices de organización, las que se fueron forjando según el grado de evolución del Estado social y nivel de desarrollo socioeconómico. 

Organización

En la Argentina, el escenario de la atención del sistema sanitario se divide en tres subsectores, detallados en “Salud y Hábitat: Ensambles en el Municipio de Quilmes, Argentina”, texto publicado en el libro “(Des)Encuentros entre Reformas Sociales, Salud, Pobreza y Desigualdad en América Latina” (Editorial UNQ-CLACSO. Tomo II). Dice que “de manera generalizada y sin dudas esquemática, podemos encontrar población pobre y excluida atendida en un sistema público, trabajadores formales referenciados en obras sociales sindicales, adultos mayores en un sistema específico y focalizado, y segmentos de medios y altos ingresos en el sistema privado. En la realidad podemos encontrar entrecruzamientos, contradicciones y fenómenos inesperados a la anterior descripción, tales como centros públicos de altísima especialización y complejidad con dotación muy capacitada, conviviendo con clínicas privadas o empresas de medicina privada de muy baja calidad y nivel de prestaciones”. 

Lo que se puede observar es un sistema con áreas relativamente autónomas de funcionamiento, donde rige la falta de coordinación a nivel nacional y local, la fuerte presencia y empuje de la mercantilización del acceso a los medicamentos y la atención de la salud, especialmente en los periodos de gobiernos neoliberales. 

En estos momentos y conjeturando la generación de nuevas pandemias, es ineludible encarar una reflexión colectiva sobre la organización y el funcionamiento de la producción de medicamentos y vacunas, no sólo en la prevención y atención de la salud. Dicha convocatoria a repensar estos tópicos es vital, obliga a pensar en políticas nacionales, en lo posible incorporadas en las agendas regionales, adoptando estrategias entendidas como políticas de estado.

Un dilema central es si se recorre un camino que conduce a la soberanía o la dependencia del sistema sanitario, considerando la primera fase que es la producción de medicamentos y vacunas localmente, poniendo en cuestión la validez ética de las patentes, modalidad de producción monopólica que sostienen el signo mercantil que maneja el actual Complejo Médico Industrial Farmacéutico Financiero global y concentrado.

Producción nacional

En la Argentina hay muchos antecedentes en el camino a la soberanía del sistema sanitario. Vale mencionar a unos pocos y muy recientes. En esa dirección, el Plan Remediar, la Ley de Genéricos y la edificación de nuevos hospitales y centros de salud ubicados en lugares estratégicos. Acciones que fueron disminuyendo la brecha de la desigualdad, entre los servicios sanitarios y las posibilidades económicas individuales. La formación pública y gratuita de la fuerza de trabajo especializada en distintas orientaciones en el campo de la salud tiene larga data, lo que configura una masa crítica imprescindible para diseñar e implementar un itinerario de soberanía sectorial.

Las universidades públicas, el sector privado y el sector público en general vienen realizando iniciativas en ese sentido. Se puede mencionar a laboratorios que avanzan en la investigación de medicamentos y vacunas en varias universidades nacionales ubicadas en el conurbano bonaerense. También es muy importante la producción de barbijos de alta eficiencia por parte de una asociación entre instituciones públicas y una PYME textil. Así podríamos seguir mencionando iniciativas que ya se realizaron y otras que están en camino de producirse.

La activa colaboración entre distintos actores públicos y privados, nacionales y del exterior, ya están encarando la producción y distribución masiva de vacunas y medicamentos, no solamente para enfrentar la actual pandemia, sino para establecer un proceso productico inteligente, sólido y continuo. De seguir con este impulso y esfuerzo, en el sendero del desarrollo industrial, seguramente en poco tiempo el país se pueda reubicar en la división internacional del trabajo con la producción de medicamentos y vacunas, tanto para atender las demandas del mercado interno y, eventualmente, exportar a otros países.

La prevención y atención de la salud es prioritaria. Debe organizarse la gestión de un modo coordinado y con políticas que consideren un proporcionado despliegue territorial. Un sistema sanitario soberano deberá sostener y actuar ante un amplio conjunto de desafíos e interrogantes:

* ¿Cuáles son los ensambles entre la política económica/social y las estrategias de prevención y atención a la salud?

* ¿Cuáles son las vinculaciones entre segregación territorial, condiciones de vida y cobertura de salud?

* ¿Cuáles son las capacidades y los obstáculos para la investigación y producción de medicamentos y vacunas a nivel local?


* Profesor Docente Investigador Consulto de la Universidad Nacional de Quilmes.