La pandemia por el virus covid-19 está pegando fuerte, con promedio de 40 mil infectados diarios, cada vez más familias sufriendo la muerte de sus afectos, preocupación social por la inestabilidad en el empleo y la peor oposición que podríamos tener: irresponsable e irrespetuosa de las familias y amigos de las personas fallecidas por esta enfermedad en Argentina.

En un escenario inédito y difícil, con el sistema de salud al límite, con los médicos y enfermeros dando todo para salvar vidas, con trabajadores que han hecho un esfuerzo enorme para salir adelante, así, con una comunidad mayoritariamente solidaria y responsable, hay ciertas figuras de la oposición que se comportan como mercaderes de la muerte convocando a marchas y manifestaciones, generando concentraciones de personas en contra de las recomendaciones sanitarias internacionales y afectando directamente a la salud de las ciudadanos cuyos intereses pretenden representar.

Parece la fórmula perfecta: convocar a manifestarse contra el gobierno para debilitarlo y al mismo tiempo generar más contagios que puedan hacer colapsar el sistema de salud y así imponer el discurso del fracaso de la política sanitaria. ¿Cuántos contagios menos habría, cuántas vidas se hubieran salvado, si en vez de promover un negacionismo absurdo y la negligencia frente a las medidas sanitarias bajo el perverso discurso de las libertades individuales, hubieran contribuido con el ejemplo y la responsabilidad política mínima que se requiere para ser un representante de la sociedad? No quieren ayudar, sólo actúan a favor de sus ambiciones electorales, sin importar las pérdidas de los compatriotas argentinos.

En una semana, con diferencia de días, sufrimos la desaparición física de tres compañeros de trabajo, de lucha por los derechos de los trabajadores, tres compañeros del movimiento obrero: Carlos Ríos, secretario adjunto del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias; Armando Leyes, secretario adjunto de la Unión Obrera Metalúrgica y Jorge Pereyra, secretario adjunto de la Unión de Empleados de la Construcción y Afines de la República Argentina. Estas muertes se suman a la de miles de trabajadores contagiados y fallecidos por COVID-19, una situación que muchos lamentamos, porque sabemos el dolor que causa la pérdida de seres queridos, pero que algunos utilizan políticamente.

Para poder superar este enorme desafío sanitario y cuidar la salud de las personas habitantes de Argentina, proteger y fortalecer las instituciones, para estar al servicio de la recuperación de puestos genuinos de trabajo, recuperar la capacidad de compra de los salarios, en fin, para poder crecer, necesitamos voluntad, más responsabilidad política y honestidad personal en los dichos y actos de la oposición. Es fundamental que la ciudadanía siga cuidándose, es vital que todos sigamos cuidándonos. De la economía se vuelve, de la muerte no.

Omar Viviani es coordinador del Movimiento Acción Sindical Argentino (MASA).