El Tribunal de Impugnación de Concepción, Tucumán, decidirá hoy acerca de la prescripción o no de la denuncia por abuso realizada por Soledad Ledesma contra el aún presidente del Concejo Deliberante de la capital de Catamarca, Daniel Zelaya.

Desde marzo de 2020, cuando Soledad decidió denunciar lo que le pasó 25 años atrás, cuando tan solo tenía 8 años, la Justicia de Tucumán "actuó carente de perspectiva de género y de los derechos de la niñez", señaló la sobreviviente.

Cuando pudo denunciar, porque se sintió fuerte para afrontar el proceso, el Ministerio Público Fiscal de Tucumán determinó que por el tiempo transcurrido la acusación estaba prescripta. Este mismo fue el argumento de Zelaya; cuando el caso saltó a la luz en Catamarca, el denunciado puso énfasis en los años transcurridos.

Los plazos de prescripción para casos de abuso infantil se computan a partir del momento en que la víctima hace la denuncia, esto quedó establecido en la modificatoria de 2015 de la Ley 27.206 que reformó el Código Penal.

“Me amparan los derechos del niño, que tienen raigambre constitucional”, dijo Soledad a Catamarca/12 horas antes de conocerse cuál será la decisión de la Justicia tucumana. “Lo que Zelaya cometió contra mí fue cuando yo era niña, por esa razón vamos a pelear por la no prescripción hasta que esto vaya a juicio”, sostuvo.

Gustavo Daniel Zelaya vive desde los 18 años en Catamarca. Estudió un tiempo en la Universidad Nacional de esta provincia, y aunque no terminó sus estudios quedó en contacto con el centro de estudiantes. Fortaleció una carrera política y llegó a ser concejal. Cuando se conoció el caso, pidió licencia sin goce de haberes por tiempo indeterminado.

Soledad hoy es procuradora, tiene 33 años. Está casada y tiene una hija, “Yo la veo a ella y me veo reflejada. Pienso que yo a la edad de ella estaba siendo abusada. Mi hija me da fuerzas”, aseguró. En su denuncia relató que los hechos se cometieron entre sus 8 y 10 años. Contó además que cuando pudo hablarlo su familia la apoyó, pero que la familia de Zelaya le ofreció plata: “si quería plata la hubiera pedido”, le mandaron a decir.

Ayer estaba con ataques de pánico, “los mismos ataques que me vienen desde hace un tiempo ya”. La audiencia de hoy será virtual, “pedimos que se hiciera presencial, pero no nos autorizaron”, contó. “Esperamos que esta vez los jueces se pongan del lado de las víctimas, porque en Tucumán son muchas las mujeres que aún están calladas por miedo a la Justicia encubridora”, aseguró.

El tribunal está integrado por Paul Alfredo Hofer, Jorge Ariel Carrasco y Edgardo Leonardo Sánchez, tres hombres que para la sobreviviente deben obrar no solo con perspectiva de género, sino además desde los derechos de la infancia. “Ellos son los encargados de que en Tucumán se siga consagrando la impunidad, o empiecen a ponerse del lado de la víctima, con perspectiva no de género, sino de niñez”, advirtió la denunciante.

Hoy será la primera vez en muchos años que Soledad se cruce con quien señala como su abusador. Pantalla de por medio, espera una oportunidad de seguir buscando justicia.