La ficción sonora llegó para quedarse. O al menos eso demuestra la multiplicidad de propuestas que giran en torno a ese registro. Y Radioteatros, el nuevo proyecto de Casa Sofía, precisamente sigue esa línea de traer al presente un género popular de otros tiempos. Con tres episodios que proponen un recorrido histórico por el teatro nacional en formato oral, el material se estrenó este sábado en la plataforma Spotify

La actividad, de acceso libre y gratuito, cuenta con la dirección artística de Lorena Vega, el asesoramiento dramatúrgico de Mariano Saba y la música de Ian Shifres. El primer episodio, protagonizado por Karina K y Diego Velázquez, evoca las décadas del cuarenta y el sesenta, a través de la dupla artística de Niní Marshall, figura ícono del radioteatro, y su compañero Juan Carlos Thorry. En la segunda parte, la ficción se asoma a los años ochenta, con las voces de Paloma Contreras y Malena Guinzburg, a partir del texto Trago Cliché, una adaptación de la obra teatral Sujetos a un brindis fraccionado realizada por Vega. Y en un tercer momento, la línea de tiempo desembarca en la actualidad con una dramaturgia basada en la novela Las Criaturas, de Laura Sbdar, e interpretada por Sara Hebe y Nicolás Goldschmidt.

“Los espacios culturales tuvimos que repensarnos, porque hoy el lugar físico donde sucedía la expresión cultural está en ebullición y en crisis. Entonces pensamos en la posibilidad de armar este proyecto de podcast, porque entendemos que es un nuevo campo de exploración en este momento. Y todes estamos muy contentos con lo que se logró”, señala Julieta Hantouch, coordinadora general de Casa Sofía, espacio fundado en 2015 con el objetivo de construir puentes entre artistas de barrios populares y del circuito independiente con artistas más renombrados.

Paloma Contreras y Malena Guinzburg

“Este trabajo parte de la mano de la inquietud permanente de quienes hacemos las artes escénicas y que en este contexto estamos buscando y pensando los lenguajes”, cuenta Lorena Vega que fue convocada por Casa Sofía para pensar contenidos artísticos y en ese marco propuso trabajar con el sonido. “Es algo que nos podía permitir actuar en un contexto de encierro”, explica la directora y actriz que en 2020 incursionó en el podcast con dos trabajos: Por amor al teatro (junto con Leonardo Sbaraglia) y Precoz (basado en la obra donde dirige a Julieta Díaz y a Tomás Wicz).

Con una nutrida carrera como dramaturgo, Mariano Saba se sumó a la iniciativa invitado por Vega, quien dirigió en el Teatro Cervantes su obra Civilización. “Fue una invitación al juego”, asegura acerca de la experiencia. “Me parece que entre los tres episodios se arma un panorama muy polifónico de lo que es lo radioteatral. Y hay algo de cierta ternura, humor y dolor que atraviesa las tres partes”, detalla el autor quien ya había incursionado en la historia del radioteatro con su obra Después del aire, pero nunca había participado de uno.

El radioteatro vive un momento de expansión, dadas las restricciones que actualmente limitan el trabajo presencial del teatro y otras artes. “En cada una de las disciplinas tuvimos que buscar alternativas para seguir produciendo y generando nuevos contenidos y formatos para les artistas, productores y gestores culturales”, apunta Hantouch quien asegura que, en esas circunstancias, la vigencia del radioteatro se explica no sólo por los límites del distanciamiento sino también por el crecimiento del consumo de contenido a demanda. “Este formato se volvió parte de nuestra rutina de consumos culturales, y así como se mira una serie o una obra de teatro por streaming, también se escucha un podcast”, agrega.

 Sara Hebe y Nicolás Goldschmidt

Por ese motivo, lejos de pensarlo como un paliativo para un sector como el cultural que atraviesa una crisis inédita, el radioteatro crece con la perspectiva de que en el futuro pospandémico pueda sostener y profundizar su potencial en un tiempo dominado, cada vez más, por la hegemonía de lo visual. “El teatro lucha contra grandes maquinarias industriales de relatos que lo exceden en presupuesto. Y la posibilidad de que una mujer o un hombre, en una caja vacía, indiquen que fuera de escena han venido extraterrestres, a veces da por tierra con todos los esfuerzos de las grandes películas de alienígenas de Hollywood. Porque la magia de poder reponer en tu cabeza las imágenes que la palabra aporta es un don de lo teatral. Y creo que el radioteatro, de alguna manera, expone eso en su máxima potencia porque ahí lo visual ni siquiera está”, reflexiona Saba.

La sonoridad como recurso creativo también se presenta como un terreno de experimentación, tal como plantea Vega. “La experiencia es increíble y satisfactoria, porque nos encontramos nuevamente trabajando, que para mí es lo más importante. Y también es una oportunidad que surge de este contexto en el que nos encontramos con una reconfiguración de prácticas y espacio para probar cosas nuevas o postergadas. Radioteatros es un acto de resistencia. La cultura emergente está todo el tiempo pugnando por encontrar la fuga, la línea de fisura en la que puede aparecer para ramificarse y seguir existiendo. Y ahora que se abrió este campo, queremos seguir investigando”.