En vida de Richard Wagner, La prohibición de amar (Das liebenverbot) tuvo apenas una representación completa. Resultó desastrosa. Ante sólo dos personas (los prestamistas que fueron a verificar si recuperarían el dinero), el protagonista olvidó su parte y se puso a improvisar sin mucha suerte. La segunda función, en cambio, debió cancelarse. El motivo fue una pelea entre el marido de la prima donna y el tenor, que entre otras cosas rompió parte de la escenografía antes de que se abriera el telón. Su autor tenía 22 años, estaba lejos de la maestría que alcanzaría con el tiempo y nunca más quiso saber de esta ópera. No obstante, acaba de subir a escena en el Teatro Colón, en coproducción con el Teatro Real de Madrid y la Royal Opera House londinense.

Los teatros de ópera –y en particular los europeos, donde los títulos importantes están más que presentes– suelen deslumbrarse con las exhumaciones y con el posible atractivo comercial de lo extraño. Eventualmente, un título excéntrico, en temporadas de quince (como la del Real) o de más de veinte, como la de la Opera Real inglesa, es una cosa. Y resulta otra muy distinta en el marco de la escueta programación del Colón: ocho títulos sin ningún Mozart, ninguna ópera francesa importante, ningún Puccini y grandes deudas, como varios de los títulos trascendentes del propio Wagner, Haydn, Britten, Stravinsky, Ravel, Hindemith o Henze. Más allá de la frivolidad o no que pueda significar la programación de una obra menor en un marco tan limitado, lo cierto es que esta Prohibición de amar, independientemente de una puesta sin demasiadas señas particulares y sobre todo gracias a las grandes actuaciones de Lise Davidsen, Hernán Iturralde y Carlos Ullán, y a la eficaz dirección musical de Oliver von Dohnányi, se defendió con altura.

Si el atractivo fundamental de la música de Wagner es su concepto de la orquestación entendida como materia del drama y su capacidad para sostener varias capas de significado simultáneamente, nada de eso aparecía todavía en este ensayo fallido de su juventud. Orquestaciones planas y estandarizadas y mucha música festiva en modo tachín-tachín no alcanzan para dar comicidad a una ópera cómica. Y tampoco su grisácea adaptación de Shakespeare resulta afortunada en ese aspecto. La puesta aporta algún gag ocurrente, como los guiños y gestos que la cara del compositor hace desde uno de sus clásicos retratos, proyectada sobre el telón durante la obertura. La idea es sorprendente, en un primer momento, pero se debilita en la repetición y tal vez debería haber comenzado mucho después para no perder efecto. Las multitudinarias escenas de conjunto están libradas un poco a las maneras en que cada uno decide mostrar sus afectos y el vestuario cercano al kitsch no aporta demasiada gracia. Es es lo vocal, ya desde la ajustada interpretación del Coro Estable, y con muy buenas actuaciones individuales, donde radican los principales méritos. A los mencionados Davidsen –de excelente fraseo, agudos claros y potentes sin perder transparencia–, Hernán Iturralde –magistral tanto en lo musical como en el plano actoral– y Carlos Ullán –seguro y expresivo– se sumaron una convincente María Hinojosa y un homogéneo conjunto del que participaron Peter Lodahl, Christian Hübner y, en papeles pequeños, Sergio Spina, Fernando Chalabe, Norberto Marcos, Emiliano Bulacios y Marisú Pavón. La Orquesta Estable, ajustada en los conjuntos y con muy buenas participaciones solistas del oboe, fue también responsable de que el pobre plato que Wagner decidió sacar del menú (y que otros decidieron poner) se ofrezca bien servido.

La prohibición de amar

Opera De Richard Wagner Con Libreto Propio Basado En Medida Por Medida De William Shakespeare.
Direccion Musical: Oliver Von Dohnanyi.
Direccion De Escena: Kasper Holten.
Diseño De Escenografía Y Vestuario: Steffen Aarfing.
Diseño De Iluminación Pertenece A Bruno Poet.
Diseño De Proyecciones: Luke Halls.
Coreografía: Signe Fabricius.
Orquesta Estable Y Coro Estable Del Teatro Colón (dirigido Por Miguel Martínez)
Elenco: Lise Davidsen, María Hinojosa, Peter Lodahl, Christian Hübner Y Hernán Iturralde, Carlos Ullán, Sergio Spina, Fernando Chalabe, Norberto Marcos, Emiliano Bulacios Y Marisú Pavón
Teatro Colón. Martes 25
Nuevas Funciones: Hoy, Mañana (con Otro Elenco) Y Martes 2 De Mayo.