Mientras en el Senado italiano comienza a avanzar el proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia -que fue aprobado por Diputados en noviembre-, el Vaticano manifestó su “preocupación” por la iniciativa que podría terminar condenando como delito de odio la "discriminación y violencia por motivos basados en el sexo, el género, la orientación sexual, la identidad de género y la discapacidad”. Los voceros vaticanos indicaron que la Iglesia teme que la sanción de esa norma termine por hacer que su posición al respecto sea considerada delito.

Por eso, el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, entregó a la embajada italiana ante el Vaticano una carta en la que reclamó “cambios” al proyecto, informaron medios italianos. "Ciertamente hay una preocupación para la Santa Sede", confirmó el prefecto del dicasterio para Laicos, Familia y Vida, Kevin Joseph Farrell, en rueda de prensa.

El Vaticano indicó que basa su pedido en el Concordato que regula sus relaciones con Italia desde 1929 -y que fue renovado en 1984-. Entre otras cosas, el documento concede a la Iglesia "la plena libertad de desarrollar su misión" y evangelización, el derecho a ejercer públicamente el culto y ministerio; además, "garantiza a los católicos y a sus asociaciones y organizaciones la plena libertad de reunión y de manifestación de pensamiento con palabra, escrita o cualquier otro medio de difusión”. Una ley que condene los crímenes de odio por razones de identidad sexual, género y discapacidad, considera la Iglesia, podría perjudicarla.

El proyecto de ley, además, propone que el Estado italiano suscriba una declaración de Día Nacional contra la Homofobia y la Transfobofia indicando como tal al 17 de mayo, la fecha internacionalmente reconocida como tal desde 1990, cuando la OMS retiró a la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales. Con la declaración, la ley establecería que, por ejemplo, también las escuelas deberán organizar eventos de reflexión sobre el tema. Ese fue otro de los puntos aludidos con “preocupación” por el Vaticano, de acuerdo con el Corriere della sera, que indicó como inquietud de la iglesia el hecho de que las escuelas católicas privadas no estarían exentas de organizar actividades durante la futura Jornada Nacional contra la Homofobia.

En su portal de noticias, el Vaticano publicó un artículo en el que se subraya que no pretende impedir la autonomía del Estado italiano sino "avisar de que algunos aspectos de la norma herirían un compromiso" aceptado por ambas partes.

El proyecto fue impulsado por el diputado Alessandro Zan, del Partido Demócrata (PD), quien aseguró que el texto "no limita de ninguna manera la libertad de expresión, tampoco la religiosa, y respeta la autonomía de todas las escuelas”. El líder del PD, Enrico Letta, por su parte, se comprometió a aprobar lo que ve como "una norma de civismo”. En el espectro de la derecha, la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni se oponen al proyecto. Salvini, aseguró que no puede juzgarse "a quienes creen que mamá, papá y familia son el corazón de nuestra sociedad" o a quien niegue la "ideología del género" en las escuelas, y propuso a Leta modificar la iniciativa para garantizar derechos LGBT pero, dijo “sin caer en ideologías y censuras y sin invadir el campo de las familias y escuelas”.