El arzobispo italiano Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, retomó un pedido del papa Francisco y solicitó una vez más que las vacunas estén “disponibles para todos y en todas partes, sin restricciones debidas a aspectos económicos, incluso en los países de bajos ingresos”. Paglia habló en conferencia prensa  celebrada en Roma al término de la “Mesa Redonda Internacional sobre Vacunación” organizada por el organismo que él mismo preside, la World Medical Association (WMA) y la German Medical Association (GMA). El representante vaticano subrayó que para lograr el objetivo de poner las vacunas al alcance de todos “se necesitan decisiones y acciones precisas” y “un compromiso que incluya a todos los sujetos involucrados en la operación”, teniendo en cuenta que “se trata de un medicamento delicado y complicado, sea desde el punto de vista de las tecnologías necesarias para su preparación como del significado (simbólico) que se le atribuye”.

El arzobispo recordó también que Francisco ha dicho en distintas oportunidades que “en la vacunación también están en juego el bien común y la justicia” porque, dijo en su momento el Papa, "si existe la posibilidad de curar una enfermedad con un medicamento, éste debería estar al alcance de todos, de lo contrario se comete una injusticia". En la misma ocasión Jorge Bergoglio habló de la necesidad de evitar “la marginalidad farmacéutica”.

Ahora el arzobispo Paglia hizo suyas palabras del pontífice recordando la advertencia de que "las diferencias sociales y económicas a nivel planetario corren el riesgo de marcar el orden de la distribución de las vacunas contra la covid; con los pobres siempre como los últimos y el derecho a la salud para todos, afirmado como un principio, vaciado de su valor real".

Sobre el tema de las patentes el presidente de la Academia Pontificia para la Vida admitió la complejidad científica y las exigencias tecnológicas que requiere la fabricación de estos medicamentos y por este motivo afirmó que “es necesario reconocer la importancia de estas patentes” pero sin “absolutizarlas”. Y recordó que el observador de la Santa Sede en las Naciones Unidas, el arzobispo Ivan Jurkovic, al hablar ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Consejo de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), se refirió a “la necesidad de encontrar un equilibrio entre los derechos privados de los inventores (e inversores) y las necesidades públicas de la sociedad”. En la misma ocasión el representante vaticano había dicho que “ afirmar la disponibilidad universal de las vacunas significa entrar en este complejo conjunto de problemas, que tocan tanto los aspectos científico-tecnológicos, como los económico-comerciales, como los geopolíticos”, para referirse en este caso al llamado "nacionalismo vacunal".

Entrando en un análisis de orden geopolítico el arzobispo Paglia sostuvo ahora que “las vacunas llevan sobre sí y representan una historia marcada por la injusticia y la prepotencia” motivo por el cual “es un gesto delicado pedir la confianza de los que dudan, sobre todo en los países que han sufrido los atropellos, de los países en posición de fuerza, de los que de hecho proceden las vacunas”. Según el representante de la Iglesia Católica es aquí donde “afloran conflictos que tienen una larga historia” por lo que, “para fomentar la confianza no basta con un gesto puntual, sino que se necesita una política sistémica que incluya una visión integral del desarrollo y relaciones internacionales más justas”.

Continuando con su análisis Paglia advirtió además sobre las diferentes prioridades de los países desarrollados y otros del sur del mundo, especialmente África. Y señaló que “hay que evitar que la emergencia de la pandemia debida a la covid-19 atraiga toda la atención sólo sobre el punto que aparece, aunque con razones válidas, como el más urgente”, olvidando, por ejemplo, “que la malaria y la tuberculosis se cobran muchas más víctimas en África que la covid-19”. Y que aún antes que estas enfermedades “la falta de saneamiento básico y de agua potable es una grave amenaza para la salud y la supervivencia”.

Además de cumplir funciones como presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el arzobispo Paglia actúa como postulador de la causa de canonización (santificación) del arzobispo salvadoreño Oscar Romero, asesinado por los militares de su país el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa.

Hablando en la misma ocasión el médico Ramin Parsa-Parsi, jefe del departamento internacional de la German Medical Association, hizo suya la demanda para “garantizar un acceso mundial equitativo a las vacunas, que es un requisito previo fundamental para el éxito de la campaña de vacunación mundial”. Para contrarrestar los mitos y la desinformación sobre las vacunas y como modo de dejar de lado las dudas de quienes se resisten a inmunizarse Parsa-Parsi subrayó su convicción acerca de “la seguridad y la necesidad de las mismas”. Agregó que la “forma más perniciosa de reticencia a las vacunas está motivada por afirmaciones y mitos infundados y engañosos, incluida la desinformación sobre los efectos secundarios”.

Frank Ulrich Montgomery, presidente del Consejo de World Medical Association (WMA), federación mundial de asociaciones médicas nacionales que representan a millones de médicos en el mundo, reconoció las desigualdades existentes entre los países en materia sanitaria y de suministro de vacunas y denunció que “mientras los países ricos y prósperos iniciaron con urgencia las campañas de vacunación, la mayoría de la población mundial se quedó atrás”. Dado que “las naciones en desarrollo no tienen la tecnología para desarrollar la producción de vacunas ni los recursos para comprarlas a los países ricos productores” es “nuestra obligación moral superar esta indigna desigualdad lo antes posible” subrayó.

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