Un rosario de abrazos acompañó ayer la habitual ronda de los jueves de las Madres de la Plaza 25 de Mayo. Una multitud dijo presente para acompañarlas, tras el fallo de la Corte Suprema de la Nación que aplicó el beneficio del cómputo del dos por uno a un terrorista de estado. A Lila Forestello, Elsa "Chiche" Massa y Norma Vermeulen les fue difícil caminar entre tantas muestras de afecto y emoción, desplegadas en derredor suyo.

"Asistimos a una nueva y feroz ofensiva que desde el gobierno nacional y desde distintos poderes, pretende arrasar con nuestra lucha sostenida y colectiva de más de 40 años", planteó Vermeulen, mientras se entrecortaba su voz, fruto del dolor tras remarcar la ausencia en esa plaza de alguien que las viene acompañando desde hace décadas: la de Eduardo Marinángeli, postrado por una grave enfermedad.

La convocatoria fue hecha por las Madres en 24 horas, y lograron que rápidamente se sumaran la agrupación Hijos Rosario, Apdh, Familiares de Detenidos y Desaparecidos, Colectivo de ex presos políticos, CTA, Amsafé provincial, y el Movimiento Sindical Rosarino, entre otros. Entre los sindicatos de la CGT Rosario que marcharon estuvieron la Bancaria, Judiciales, Metalúrgicos, telefónicos, Obras Sanitarias, Recolectores, Municipales, Químicos de San Lorenzo, Encargados de edificio y Upcn. También por la CTA, el Sindicato de Prensa Rosario.

El Concejo Municipal dio el presente en el acto, cuando un grupo de ediles entregó un documento único y votado por unanimidad donde expresaban "su preocupación ante el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que establece el llamado 2 x 1 para aquellos condenados por delitos de lesa humanidad en el marco de los juicios que se han llevado adelante en nuestro país y que han sido reconocidos como un ejemplo en todo el mundo". Norma López, María Eugenia Schmuk, Fernanda Gigliani, Lorena Giménez, Eduardo Toniolli, Verónica Irízar, Horacio Ghirardi, Celeste Lepratti, Sebastián Chale, Enrique Estévez, Carola Nin, Osvaldo Miatello y Marina Magnani dieron el presente en la plaza. No se vio a los referentes del Pro durante el acto, aunque firmaron el texto acordando retirar la palabra "repudio" al fallo así como las críticas al gobierno de Mauricio Macri.

Solo hubo dos discursos: el primero de ellos fue el de Ana Moro, quien acompaña cada jueves a las Madres en su ronda. "Aquí no hay olvido posible, no perdonamos ni creemos en una posibilidad cierta de futuro sin el juzgamiento y condena de los genocidas y sus cómplices civiles", planteó. En nombre de las Madres rechazó "la idea de 'reconciliación' con los asesinos que pretende impulsar la Conferencia Episcopal Argentina". "Es un nuevo indulto, un indulto encubierto", describió Moro, ex detenida‑desaparecida de la última dictadura. La militante recordó una convocatoria en la plaza Alberdi, en 1989 "cuando se rumoreaba que iban a salir los indultos". "Ahora estamos en lo mismo", afirmó.

Luego fue el turno de Vermeulen, quien prometió "no bajar los brazos, vamos a seguir contra este gobierno que nos quiere quitar todo lo que hemos logrado conseguir". Y enfatizó: "Nos quieren sacar hasta el recuerdo de nuestros hijos". "Pienso en las nuevas generaciones, en el presente y en el futuro, que no tengan que pasar por lo mismo que nosotros, nunca más una dictadura", cerró Vermeulen.

Luego siguió un gigantesco aplauso, que dio paso al mítico grito de amor: "Madres de la plaza, el pueblo las abraza".

Finalmente muchos de los militantes de organizaciones de derechos humanos, agrupaciones políticas y sindicales se acercaron para abrazar, saludar y besar a las tres Madres presentes. Fue el momento del abrazo reconfortante y del nudo en la garganta. Uno, dos, mil abrazos, para comenzar a tejer de nuevo la resistencia.

También hubo tiempo para nuevas convocatorias, como la del Espacio Juicio y Castigo, que llamó a estar presentes hoy a las 19 en la Fundación Italia de calle Jujuy 2553 donde va a brindar una conferencia el santafesino Horacio Rosatti, uno de los tres firmantes del fallo que llenó de indignación a los presentes.