Según un informe difundido este fin de semana por la Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA), una dependencia que gestiona los inmuebles de la Santa Sede en todo el mundo, el Vaticano reconoció la titularidad de 4.951 propiedades en Italia y otras 1.120 en otros países, sin incluir en este inventario las embajadas vaticanas en todo el mundo. La mayoría de las propiedades fuera de Italia se ubican en Francia, el Reino Unido y Suiza.

La información forma parte del balance consolidado de la Santa Sede del año 2020, publicado el 24 de julio que da cuenta de un déficit de 66,3 millones de euros adjudicado, entre otros motivos, a la pandemia de la covid-19.

En el inventario vaticano se incluyen propiedades en zonas de lujo de Londres, Ginebra, Lausana y París que la Santa Sede justifica como una forma de inversión para solventar el funcionamiento de la Iglesia.

El balance de APSA se dio a conocer pocos días antes de que inicie en el mismo Vaticano el próximo 27 de julio un juicio que involucra a diez personas, incluido el cardenal italiano Angelo Becciu, por delitos tales como malversación, blanqueo de capitales, fraude, extorsión y abuso de funciones y relacionados con la compra de un edificio en el refinado barrio londinense de South Kensington, adquirido en el 2014 por la Secretaría de Estado de la Santa Sede y que, de acuerdo a las investigaciones preliminares, generó importantes pérdidas al patrimonio pontificio.

Según lo publicó el periodista italiano Gianluigi Nuzzi en su libro "Juicio Universal" la Santa Sede tiene propiedades por un total de 2.700 millones de euros en todo el mundo.

En una entrevista concedida a Vatican News, Nunzio Galantino, Presidente de APSA, explicó que "la decisión de publicar el documento" que pone en blanco sobre negro las propiedades vaticanas se hace con la "esperanza" de que aumente la confianza en la labor de la Iglesia. "Es un paso adelante en términos de transparencia", afirmó el obispo italiano..

En Italia la APSA alquila aproximadamente 2.400 apartamentos y 600 comercios y oficinas. En total se trata de 1,6 millones de metros cuadrados, 15% de los cuales se ofertan de manera abierta en el mercado inmobiliario y el 30% son alquileres ofrecidos a precios subvencionados a empleados y jubilados. El 55% restante están ocupados por instituciones vaticanas o educativas. A lo largo de 2020, los alquileres en Italia rindieron 2,8 millones de euros y en el resto del mundo otros 13,8 millones.

En una entrevista concedida a la agencia AFP Galantino había dicho que “es falsa” la afirmación que se hace al decir que “la mayor parte de los edificios en Roma pertenecen a la Iglesia y al Vaticano”.

En París la Iglesia posee 737 bienes inmuebles (cerca de 56.000 metros cuadrados), ubicados en zonas claves de la capital francesa y valorados en 595,5 millones de euros (721,6 millones de dólares). Otros 27 inmuebles (4.600 metros cuadrados) están valorados en 108,5 millones de euros (131,4 millones de dólares).

De acuerdo a lo manifestado por el obispo Galantino el déficit de 66,3 millones de euros “ha sido mucho mejor del previsto en el presupuesto revisado” en marzo a raíz de la pandemia y que era de 82 millones de euros. "Las actividades que todos en la APSA estamos poniendo en marcha van más allá de las graves consecuencias de la crisis pandémica", señalo el obispo a Vatican News. "Nuestras energías se dirigen a una administración creíble y fiable, además de eficaz y eficiente, dejándonos guiar por procesos de racionalización, transparencia y profesionalidad requeridos también por el papa Francisco", agregó.

Sin embargo, Galantino no atina a valorar el patrimonio total de los inmuebles de la Iglesia en Italia y en el resto del mundo y los registros existentes en la administración vaticana no son consistentes, según todas las estimaciones. Un dato curioso es que la Basílica de San Pedro, el templo madre de la Iglesia en todo el mundo, está valorado simbólicamente en un euro.

Otras evaluaciones ubican el patrimonio de la Santa Sede en varios miles de millones de dólares, un número difícil de certificar en los documentos.

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