Travesti de los cuatro climas 
As de oro por lo que valés
As de bastos porque ¡Basta!
As de espada por la furia travesti
As de copas por las que beberemos en tu nombre

Gracias a Lohana Berkins, motor y gran conductora, La gesta del nombre propio, emergió en 2005 en un desierto de datos oficiales con las primeras estadísticas sobre las terribles condiciones de vida, y de muerte, de la población trans en la Ciudad de Buenos Aires en los últimos diez años. “En este mundo de gusanos capitalistas hay que tener mucho coraje para ser una mariposa” es la frase de la travestriarca que sobrevuela el título de este nuevo volumen, que es una iniciativa llevada a cabo por el Ministerio Público de la Defensa, a través de su Programa de Género y Diversidad Sexual, junto con la Fundación Diversidad Divino Tesoro, a través del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis. 

La investigación toma indicadores como educación, familia, salud, trabajo, violencias, e incorpora nuevos temas que no estaban en el sondeo inicial, como la infancia tras, la vejez, la propuesta de reparación histórica por las vejaciones infringidas a través de los edictos policiales, el acceso a la Justicia y la percepción sobre el impacto de la Ley de Identidad de Género, de cuya sanción por estos días se están cumpliendo cinco años. 

Los datos que se desprenden, como apunte urgente, de La revolución… dejan a la vista que, tal como sucedía una década atrás, el colectivo trans, más allá de los avances en materia legal, no ha logrado alcanzar la expectativa de vida promedio del conjunto de la población argentina. Los efectos de la ley de Identidad de Género no han conseguido todavía saldar el hiato, la verdadera grieta. Así lo describe Horacio Corti, Defensor General de la Ciudad de Buenos Aires: “Las modificaciones normativas no implican automáticamente cambios en la realidad social. Se necesitan para eso transformaciones culturales, sociales, políticas, económicas. Se supone que hay igualdad de género en los textos jurídicos, sin embargo, ¿cuántas personas trans son hoy magistradas en Argentina? Ninguna”. Se necesita más tiempo para que puedan detectarse los efectos en las condiciones de vida, y en el informe esto se hace evidente.

La recolección, la interpretación de los datos y las conclusiones fueron realizadas por investigadores, académicos, activistas. Esto quiere decir que la población trans está presente en el libro con testimonios y como objeto de la investigación pero también con potestad de la palabra, un gesto que responde a uno de los mayores y más repetidos atropellos que se han cometido contra este colectivo por parte de la Academia, la medicina, las disciplinas psi y hasta por la buena voluntad: ser hablados por expertos en desmedro de la voz propia. De esta intención de restitución de la palabra da cuenta Corti cuando traza un paralelismo con el trabajo que llevan adelante con otros sectores desde el Ministerio Público de la Defensa: “En gran parte de las villas y barrios informales de la ciudad nosotros somos abogados de personas individuales o de toda la villa como tal. Uno de nuestros ejes es que las personas puedan expresarse por sí mismas. Damos una asistencia jurídica para que esa voz sea escuchada en los tribunales. Tuvimos en cuenta este modo de plantear la cuestión al encarar este libro”. 

Desde la tapa del libro Lohana arenga con megáfono, y es fácil imaginarla con esa aceitada combinatoria de carisma callejero, humor y teoría tamizada por pragmatismo en pos de una vida vivible. Como relata Paula Viturro en las páginas del libro, en el artículo “El tiempo de la revolución (social) es ahora”, Lohana no entendía la justicia social como supervivencia sino como algo que sólo se alcanza “cuando las personas pueden imaginarse la posibilidad de disfrutar la vida. No había leído a Deleuze, no sabía de la ética del cuidado de sí o propuestas filosóficas por el estilo. Tampoco las despreciaba, sabía que la lucha política es una lucha por el orden simbólico, y supo hacer de su experiencia de vida un hecho político.” Y en ese sentido recuerda Paula esta anécdota: “Una tarde, mientras comíamos una picada en un bar de la Av. de Mayo me dice ‘mirá si nos ve alguien, aclará que me invitaste vos sino ya van a hablar… ¿viste cuando pasaban los saqueos por la tele? Los bien pensantes se indignaban porque la gente no se llevaba sólo fideos o azúcar, sino también heladeras. Ese es el problema, no pueden entender que aunque sea agua podrida lo único que tenemos para beber, al menos que esté fría. Imagínate con los 40 grados de diciembre, podrida pero fría. Yo me acuerdo de un chico que se llevaba una torta, corría con los brazos estirados, me imagino su ilusión, imaginate si nunca habrá tenido una torta en su cumpleaños, cómo no se iba a llevar la torta”.

La revolución de las mariposas se puede descargar de: mpdefensa.gob.ar