Una nota periodística del medio El miércoles digital empezó a circular durante el último fin de semana en la ciudad: en ella se informaba que el psicólogo, docente y funcionario jubilado de la Universidad Nacional de Rosario, Enrique Barés, está imputado por abuso sexual gravemente ultrajante contra tres niñas de 4, 6 y 9 años, que pudieron denunciarlo 18 años después, en la ciudad de Concepción del Uruguay, adonde el profesional viajaba para dar clases en la Universidad de esa ciudad. La causa comenzó en 2019, aunque los hechos fueron en 2001. El lunes, La UNR emitió un comunicado, firmado por el rector Franco Bartolacci, en el que se separa preventivamente a Barés de cualquier actividad académica.  "Luego de anoticiarnos de esta denuncia que se cursa, la UNR tomó la decisión de desvincular inmediata y preventivamente a este señor de cualquier actividad que esté realizando, porque a pesar de que ya está jubilado, muchos docentes siguen vinculados a carreras de posgrado, a tutorías o a asesorías académicas. Entonces, se decidió desvincularlo de cualquier actividad académica formal o informal que esté realizando en todas las unidades académicas", expresó la coordinadora del Área de Géneros y Sexualidades de la UNR, Florencia Rovetto.

El delito que se le imputa a Barés, investigado por la fiscal Gabriela Seró, tiene una pena prevista en el código penal de entre cuatro y seis años de prisión. Según relata la publicación entrerriana, la primera en denunciar fue la hija de una pareja amiga que alojaba a Barés en 2001, y al contar lo ocurrido, su hermana pudo contar que había sufrido lo mismo. La otra niña era la hija de la pareja del acusado y también vivía en Concepción del Uruguay. Si bien el imputado pidió la prescripción de la causa, el juez Gustavo Díaz lo rechazó, porque los plazos en estos casos empiezan a correr con la mayoría de edad de las víctimas. 

Barés fue secretario académico y secretario general de la Universidad Nacional de Rosario durante gestiones anteriores y además fue docente en Psicología y Humanidades y Artes. En 2019 pidió su jubilación, pero siguió teniendo actividad académica. 

Sobre el tiempo transcurrido entre el inicio del proceso y su conocimiento en Rosario, Rovetto señaló que "es espantoso enterarnos dos años después de que empezó a cursar la denuncia, pero también es tremendo que estas mujeres que hoy denuncian hayan estado 20 años para poder hacerlo". Es que la primera denunciante, pudo hablar después de cruzarse de manera casual con Barés, lo que le provocó una crisis de llanto. "Creo que pudieron denunciar porque hay un contexto social que habilita que estas denuncias salgan a la luz, porque también hay políticas públicas, hay oficinas, hay Ministerio Público Fiscal, hay abogades, jueces y fiscales que pueden escucharlo, que pueden inscribirlo en unas causas, pero es tremendo el tiempo que lleva el abuso infantil para salir a la luz y también sigue siendo difícil de digerir estos dos años que hemos estado ignorando esta situación en Rosario", planteó Rovetto, quien aclaró que la Universidad no juzga, eso lo hará la Justicia, pero sí toma medidas preventivas para impedir que se violente a personas que transitan por las unidades académicas. 

"La UNR ratifica su compromiso y su lucha contra las violencias sexistas y exige a la justicia una rápida y efectiva resolución, porque las denuncias que pesan sobre Enrique Barés son muy graves y dañan a personas que recién hoy después de muchos años se atrevieron a denunciar, a contar lo que había pasado e la infancia. Y esperamos que la justicia sea célere en la respuesta y permita reparar los daños tremendos que estas violencias han propiciado en estas personas y a su vez evitar la revictimización que es fundamental en estos casos", dijo la funcionaria de la UNR. 

Para Rovetto, es importante subrayar que "la Universidad está al servicio de quienes puedan haber vivido situaciones de violencia en el ámbito de la Universidad y necesiten hacer consultas o denuncias". La UNR cuenta con un protocolo de actuación y con áreas de atención a las violencias. "Están disponibles y abiertas para todas aquellas personas que consideren necesario hacer una consulta o presentar una denuncia vinculada a esta persona en particular o a cualquier otra persona que ejerza poder y violencia de género en la Universidad", señaló Rovetto. 

Con amplia trayectoria en atención a las violencias, la funcionaria universitaria aseguró que "es muy aberrante pero no sorprende" el conocimiento de estas violencias. "Estamos habituadas a escuchar cada vez más relatos que dan cuenta de estas experiencias vividas cotidianamente por muchas mujeres en diferentes momentos de su vida, incluso cuando son niñas". Y consideró que sus responsables son "hijos sanos del patriarcado con los que convivimos cotidianamente en nuestros lugares de trabajo, en nuestros ámbitos de estudio, en nuestras familias. No son enfermos, no son patológicos, no son monstruos, son varones que han sido socializados para ejercer poder sobre el cuerpo de las mujeres, para violentarlas, para maltratarlas, para abusar de ellas, para gozar de los beneficios del cuerpo de las mujeres, del tiempo del cuerpo de las mujeres, del producto del cuerpo de las mujeres".

Sobre la reciente difusión de la causa penal contra Barés, que tendrá una nueva audiencia el próximo 5 de agosto, Rovetto subrayó que "empezó a circular la información en grupos de mujeres, de psicólogas, de docentes, que es como nos hemos ido organizando en todos estos años para poder acompañarnos, para poder contenernos, para poder asistirnos y para poder buscar justicia y hacer que las situaciones de violencia cesen y se reparen las consecuencias, que es en definitiva lo que venimos haciendo para erradicar las violencias sexistas en nuestra sociedad".