El río Salado atraviesa casi dos tercios de la provincia de Buenos Aires y su importancia radica en que abarca 59 municipios que concentran el 30 por ciento de la producción de carnes y granos del país. La cuenca es noticia porque se inunda recurrentemente, pero desde hace más de 20 años se viene llevando adelante un Plan Maestro Integral (PMI)  para ampliar su cauce y reducir los efectos negativos de este fenómeno. Los porcentajes de avance con los que se encontraron las autoridades del Ministerio de Obras Públicas bonaerense cuando asumieron fueron los siguientes: el tramo 1a terminado, el tramo 1b con un avance del 9 por ciento, una caída del crédito para el tramo 2, un 9 por ciento para el 3 y un 5 por ciento para el tramo 4. Tras poco menos de un año y medio de obra y con restricciones por la pandemia, compartieron con PáginaI12 el porcentaje de avances: 61 por ciento para el 1b, 35 por ciento para el 3 y 53 por ciento para el 4. 

Empezó a ejecutarse tras el desborde del río en noviembre del 2000, cuando el gobierno bonaerense estimó pérdidas económicas de 700 millones de dólares en el sector agropecuario; continuó con los tramos 1 y 2 entre 2005 y 2008 y el tramo 3 entre 2011 y 2017. La etapa 4, que es la que abarca más extensión territorial alcanzando los 212 de los 538 kilómetros totales de obra, comenzó en 2017. La actual gestión planea finalizarlo hacia fines de 2022 al tiempo que licita la última etapa, el tramo 5, que terminaría hacia 2024. 

Alberto Wainer tiene un campo de cría en San Miguel del Monte, a orillas del Río Salado en la provincia de Buenos Aires. Cuando hace la cuenta de la cantidad de años en que tuvo que sacar a las vacas porque su campo se inundó, dice que fueron más de la mitad: en apenas 9 de los 38 años que registra entre 1979 y 2017 el campo no tuvo inundaciones. En 20 hubo episodios grandes y 9 años registran alguna inundación parcial. 

"Yo tengo experiencia desde los 16 años, se que cuando hay determinado nivel de lluvias se me inunda el campo. Pero estoy organizado para lidiar con las inundaciones, tengo otro campo reservado para tener las vacas, aunque también tuve que cuidarlas en la calle comiendo del pasto de la banquina hasta conseguir dónde tenerlas. También tuve que vender algunas y achicarme", cuenta Wainer que agrega que "irse implica destrucción del alambre y daño en las instalaciones. A nosotros se nos han ahogado hasta una tropa de seis caballos que se pusieron mañeros y no querían salir". 

Además del desastre productivo, el desborde del río ha llegado a obligar a evacuar parte de algunas ciudades aledañas, como Chascomús o San Miguel del Monte, en que la inundación impactó en la laguna que está a orillas del pueblo y llegó hasta el cementerio. En la inundación de 2014, el 50 por ciento del territorio bonaerense quedó bajo el agua. 

"Las obras no evitan del todo la inundación, pero se trata de ampliar el cauce del río para que los periodos de recurrencia de este fenómeno climático se extiendan y sean menos intensos. Además, se complementa con barreras de protección de las ciudades, sistemas de alerta y recintos que recuperan tierras que los productores consideraban prácticamente perdidas", asegura el subsecretario de infraestructura hidráulica del Ministerio de Obras Públicas de la provincia de Buenos Aires Guillermo Jelinski.

El plan pretende recuperar 8,5 millones de hectáreas del total de 17,5 millones que rodean la cuenca e incorpora el desarrollo de la actividad turística con acciones relacionadas al reacondicionamiento de pesqueros y balnearios en zonas donde pasó la obra como General Belgrano, Junín, Villanueva, La Postrera y Roque Pérez. 

Política de Estado

El Plan Maestro Integral fue craneado por la consultora inglesa Halcrow en 1997 y sobrevivió gestiones de distinto signo político que entraban y salían de 5 y 53, donde se encuentra la gobernación de la provincia. 

El cuarto tramo actualmente en ejecución beneficia a 14 municipios y está dividido en cuatro etapas, desde la Laguna Las Flores hasta la localidad Mechita luego de cruzar la Ruta Nacional 5. En este tramo, se está ensanchando el río de entre 40 y 60 a 200 metros; y dándole el doble de profundidad pasando de los 2 actuales a 4. "Es la obra más grande que se llevó a cabo históricamente en la provincia, y del país", asegura el funcionario a cargo. 

El total de la inversión ya licitada alcanza los 10.918 mil millones de pesos financiados por el gobierno nacional y el Banco Mundial. Aún queda pendiente la licitación del tramo cinco que será a través de Nación vía el Banco Europeo de Inversiones y la segunda etapa del tramo cuatro cuyo financiamiento se cayó durante la gestión de María Eugenia Vidal.

Cuando asumieron la cartera de Obras Públicas, los equipos técnicos se encontraron con que el tramo cuatro en ejecución se había ralentizado durante la anterior gestión: "Incluso perdimos los fondos de financiamiento del Banco Europeo porque no se llevó adelante ese tramo de la obra, y ahora estamos trabajando en un convenio con Nación", asegura Jelinski. 

Hoy funcionan en turnos rotativos durante día y noche con 19 dragas y 35 retroescavadoras que le dan trabajo directo a 780 personas. Las máquinas remueven el suelo del río y lo depositan en recintos dentro de los campos aledaños, que son piletas de decantación que reciben el material por lo que terminan elevando y haciendo más fértil el territorio rellenado que lo bordea. 

Esto implica también quitarle metros de tierra a los dueños de los campos. El de Alberto Waiber pasó de tener 404 a 364 hectáreas, pero él asegura que "en el balance de lo que se pierde de espacio y el efecto positivo de la obra en términos de mejora del suelo y evitar inundaciones tan fuertes, a nosotros nos benefició bastante" y agrega que "las dudas que teníamos era que este material no sea fértil, pero los propietarios de aguas abajo nos mostraron que comenzó a cubrirse con vegetación natural de más calidad. Era un campo con bastante poco uso, hicimos alambres que se lleva la corriente y casas donde la gente no quiso vivir, pero ahora está muy mejorado".