La investigación del gobierno boliviano, encabezada por Luis Arce, sobre lo ocurrido durante el golpe de Estado de noviembre de 2019 contra Evo Morales continúa generando reacciones políticas y diplomáticas. Ahora tocó el turno de la Unión Europea (UE) que rechazó haber sido parte de negociaciones que forzaron la salida de Morales, luego de que el organismo supranacional europeo respaldara el informe de la OEA que aseguraba que había existido fraude en las elecciones, algo que fue desestimado recientemente por una investigación judicial.

El 27 de julio pasado, el Fiscal General de Bolivia, Juan Lanchipa, presentó las conclusiones de una investigación encargada al Grupo de Investigación Deep Tech Lab de Bisite, de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, que confirma la inexistencia en la manipulación de datos. Las sospechas de fraude en las elecciones de 2019 surgieron alrededor del sistema de conteo rápido y la OEA preparó un rápido informe en el que se hablaba de fraude, lo que habilitó a las fuerzas opositoras y militares a avanzar con el golpe de Estado

La UE junto con las misiones diplomáticas de los Estados Miembros de ese organismo en Bolivia rechazaron este jueves "categóricamente" las acusaciones de haber participado en 2019 en una "conspiración con el objetivo de preparar un golpe de Estado". Algo que fue sugerido recientemente por el presidente de la Cámara de Senadores de Bolivia, Andrónico Rodríguez, quien solicitó que se abra una investigación sobre el rol de algunas representaciones diplomáticas.

El comunicado de la UE señala que en noviembre de 2019, en medio de la crisis política y social que vivió Bolivia tras las elecciones fallidas de ese año, ese organismo "ayudó a facilitar reuniones, bajo el liderazgo de la Iglesia, involucrando a actores clave de todos los partidos", incluido el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).

El objetivo de esas reuniones, según la UE, era "ayudar a pacificar el país en tiempos de extrema tensión facilitando una plataforma para el diálogo con el propósito de evitar más violencia y poner fin a la crisis que sacudió el país". 

Tras el comunicado de la UE, opositores aprovecharon para criticar a Arce

El comunicado de la UE reavivó a los sectores de la oposición para volver a la carga respecto del supuesto fraude denunciado por la OEA, que ya había sido cuestionado por el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR), un prestigioso centro de investigación con base en Washington. 

Carlos Mesa, expresidente y candidato presidencial derrotado en las últimas elecciones, se subió a las declaraciones de los estados europeos y consideró que la declaración significa "un duro mensaje" para el gobierno de Arce. "Desmintiendo la existencia de un 'golpe de Estado' y ratifica el objetivo democrático de las reuniones de noviembre de 2019", señaló Mesa buscando limpiar su imagen ante su posición pasiva ante el gobierno golpista de Jeanine Añez.  

En el mismo tono se expresó el expresidente Jorge "Tuto" Quiroga, quien se animó a calificar la irrupción institucional de 2019 como una "tramoya de 'golpe' montada por el MAS" y le exigió a la UE "respaldar su informe sobre fraude de 2019", elaborado entonces por la OEA. 

Quiroga fue presidente de Bolivia un breve periodio entre 2001 y 2002 y en las últimas elecciones decidió bajar su candidatura, que tenía escasa intención de voto, para favorecer a Mesa. "Por pequeño que sea el riesgo que el MAS acceda al gobierno directamente este 18 de octubre, debo hacer todo lo que esté a mi alcance para evitarlo", había dicho el expresidente cuando decidió dejar la carrera electoral.  Arce ganó las elecciones del año pasado con el 55,1 por ciento de los votos, sacándole 26 puntos de diferencia a Mesa.