Un poco más del 21 por ciento de la superficie de Argentina tiene humedales, unos 600 mil kiómetros cuadrados. Los humedales cumplen un papel esencial en la vida de la sociedad, ya que ayudan a mitigar el cambio climático: son grandes reservorios de agua dulce, amortiguan los impactos de las lluvias, controlan la erosión y son destacados sumideros de carbono. 

La ley lo que busca es que haya un inventario e implementar medidas para  preservarlos. Catalina De´elía y Diego Schurman conversaron con referentes del ambientalismo, para conocer los efectos de la destrucción de los humedales en el medio ambiente.

"La ley busca el uso racional de los humedales" explicó el Diputado Nacional Leonardo Grosso.

Ley de Humedales: como podría evitar las crisis recurrentes

La Ley de Humedales establecería parámetros certeros sobre qué actividades productivas se pueden hacer y cuáles no en cada área donde funciona el ecosistema del humedal. Esto operaría como un desincentivo a realizar quemas intencionales. Pero además, ofrecería más instrumentos a la Justicia para que actúe, una vez que se produzcan incendios, sobre los responsables.

Página/12 consultó a dos expertos en el tema para que expliquen de qué manera una ley de Humedales podría contribuir a controlar un fenómeno que es multicausal y que está provocando no sólo un grave daño ecosistémico sino también un fuerte perjuicio en la calidad de vida de las ciudades y los pueblos cercanos a los incendios.

Para Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental, "la Ley de Humedales es condición necesaria pero no suficiente para resolver los problemas de los incendios. Permitiría definir el fundamento de la existencia del humedal y restringir su transformación. Identifica el bien a proteger, le da entidad. Brinda parámetros sobre qué hacer y qué no".

"La realización de un inventario y la identificación de los servicios ecosistémicos que brinda cada uno de los humedales definiría fundamentos para la protección y para establecer criterios en distintos niveles para su uso. Esos criterios, hoy no existen", continúa el funcionario de la cartera que encabeza Juan Cabandié.

Por otro lado, Federovisky explica que la Ley de Humedales otorgaría a la Justicia instrumentos más fuertes para "perseguir a los dueños de campos o los que arriendan, que usan el fuego para modificar el paisaje del humedal". 

Por su parte, Ana Di Pangracio, Directora Adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y especialista en el tema de humedales, explica que la ley plantea realizar un inventario nacional de humedales, necesario para la toma de decisiones. Y destaca que también serviría para realizar un "proceso de ordenamiento territorial" que implicaría que "las provincias, coordinado con Nación" se sienten con "todos los sectores de la sociedad para definir qué actividades no pueden continuar y bajo qué condiciones sigue lo que sí se puede hacer. No es que todos los humedales se van a proteger estrictamente y que no se va a poder nada. Se pone un orden y se define qué tipo de actividades a gran escala no se van a poder hacer".

"Hay productores ganaderos que no necesariamente quieren hacer este desastre, pero que siguen usando el fuego para el rebrote. Con ellos se puede trabajar para definir la carga máxima de ganado y hacer tareas de concientización. Hay otro sector con el cual no se puede trabajar sino prohibir, porque quiere destruir el ecosistema para avanzar con relleno y darle otro uso, tal como pasó en Nordelta. Por otro lado, se necesita contar con un derecho ambiental más desarrollado Argentina, para que quienes atenten contra una ley como Humedales, o Bosques, pongan en riesgo su libertad", agrega.

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