Luego de unas semanas turbulentas que tuvieron la salida de los hermanos Romero como el epílogo de un tiempo difícil, San Lorenzo volvió a abrazarse con la victoria este lunes: el equipo conducido por Paolo Montero goleó a Patronato por 3-0 y dejó atrás una racha de cuatro derrotas seguidas en el partido que cerró su participación en la novena fecha del torneo de la Liga Profesional de Fútbol.

Una definición de Nicolás "Uvita" Fernández, a los tres minutos del primer tiempo, reencontró al conjunto azulgrana con el grito de gol, tras cuatro partidos sin convertir. Un centro atrás, un rebote y la velocidad del atacante de San Lorenzo sobre los custodios del fondo entrerriano, que dudaron un segundo y Fernández no los perdonó.

El desahogo de los dirigidos por el entrenador uruguayo pareció tan deseado que llegó por partida triple. A los 16 minutos, desde un tiro libre, Cristian Zapata marcó el segundo tanto en el Nuevo Gasómetro: el defensor se elevó en el área y cabeceó de pique al sueño, Matías Ibáñez consiguió contener la pelota, pero el colombiano tomó el rebote de zurda y logró estrenarse como goleador con la camiseta del equipo de Boedo.

La corrida hasta el encuentro con el DT y el festejo del futbolista caucano en un sentido abrazo con Montero, al que se fueron sumando primero Néstor Ortigoza y junto a él sus compañeros, fue signo de las sensaciones de comunión que se viven entre el plantel y el cuerpo técnico, más allá de los difíciles tiempos atravesados las últimas semanas.

Otra vez a los cuatro minutos, esta vez del segundo tiempo y con un penal convertido por Franco Di Santo, San Lorenzo estiró la victoria a 3-0. El último grito lo propició Ezequiel Cerutti, gran protagonista del esperado triunfo, con su centro en el gol de Zapata y activa participación también en la jugada que abrió el marcador. La escena en la que Lautaro Geminiani lo desequilibra en el área fue una de las huellas de la buena actuación del hombre nacido en Junín, uno de los mejores en la tarde en el Bajo Flores.

San Lorenzo respira y sonríe: la racha maldita quedó atrás. Los de Montero se llevaron de casa un resultado tan abultado como las urgencias que cargaron hasta esta novena fecha, esa en la que quizás hayan logrado despegar pero, al menos, detuvieron la sangría.