Un ataque con drones realizado por Estados Unidos en las últimas jornadas de evacuación como respuesta a los atntados del Estado Islámico (EI)-K en Kabul mató a 10 civiles, entre ellos siete niñas y niños. En tanto el presidente estadounidense, Joe Biden, defendió la retirada de tropas de Afganistán "Esta es la decisión correcta. Una decisión sabia. Y la mejor decisión para Estados Unidos", remarcó el mandatario. La ONU advirtió sobre la posibilidad de “una catástrofe humanitaria” y pidió fondos para atender la crisis económica del país centroasiático. 

Drones estadounidenses

Al menos 10 personas murieron en el más reciente ataque aéreo de Estados Unidos cerca del aeropuerto de Kabul el domingo previo a la retirada de tropas. Entre las víctimas fatales había siete niños y niñas que jugaban adentro del automóvil de Zemarai Ahmadi, un ingeniero que trabajaba para una ONG que busca erradicar la desnutrición en Afganistán. Para Estados Unidos el ataque fue contra presuntos extremistas, según declaró el portavoz del ejército estadounidense, Bill Urban, que aseguró que “impidió una amenaza inminente de EI-K al aeropuerto”.

"El misil explotó encima del vehículo lleno de niños, que estaba estacionado dentro de casa", explicó Aimal Ahmadi, hermano de Zemarai, quien también perdió la vida producto del ataque con drones estadounidenses. “Los mató a todos”, contó Ahmadi desde Khoja Boghr, un barrio densamente poblado en el noroeste de Kabul. Entre las víctimas también estaba su hija Malika, de dos años.

El lunes Ahmadi esperaba la llegada de sus familiares para organizar el entierro de la mayoría de miembros de su familia. "Mi hermano y sus cuatro hijos murieron. He perdido a mi hija pequeña, a sobrinos y sobrinas", relató con tristeza ante los restos del vehículo que quedó completamente calcinado.

"Una decisión sabia"

Tras poner fin a 20 años de invasión militar en Afganistán, Biden defendió la retirada de tropas celebrada por los talibanes como una gran victoria."Cuando asumí (en enero pasado), los talibanes estaban en la situación más fuerte desde 2001. Teníamos dos opciones: quedarnos o escalar; ratificar el acuerdo que ya se había aprobado en el Gobierno anterior o rechazarlo y mandar nuevas decenas de miles de militares para frenar el avance de los talibanes", explicó Biden en un video mensaje difundido por la Casa Blanca.

El mensaje del mandatario norteamericano vino después de que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtiera sobre una inminente catástrofe humanitaria y económica en Afganistán y  “la amenaza de un colapso total de los servicios básicos”.

"Insto a todos los Estados miembros a que se esfuercen por ayudar al pueblo de Afganistán en su hora más oscura de necesidad (...) a que proporcionen una financiación oportuna, flexible y completa (...) a que ayuden a garantizar que los trabajadores humanitarios cuenten con la financiación, el acceso y las garantías legales que necesitan para permanecer y prestar sus servicios", escribió en un comunicado.

"Amenaza inminente"

El domingo Estados Unidos informó sobre la destrucción de un automóvil cargado de explosivos durante un ataque aéreo que presuntamente buscaba evitar un intento del grupo Estado Islámico de estallar un coche bomba en el aeródromo Hamid Karzai. Cerca de ahí está el barrio Khoja Boghra, donde ocurrió el fatal ataque que terminó con la vida de siete niños, de los cuales cinco tenían menos de cinco años de edad.

Por su parte, el portavoz del Comando Central del ejército estadounidense, el capitán Bill Urban, aseguró que tras el ataque al vehículo hubo explosiones posteriores. “Lo cual indica que en su interior había una gran cantidad de material explosivo que puede haber causado más víctimas”, indicó. "No está claro qué pudo haber sucedido y estamos investigando más", añadió. Sin embargo, vecinos del barrio aseguraron a la señal qatarí, Al Jazeera, que sólo escucharon una detonación.

El domingo, Urban declaró que "todavía estamos evaluando los resultados de ese ataque, que sabemos impidió una amenaza inminente de EI-K al aeropuerto". Más tarde ese mismo día, el Comando Central afirmó que estaba “evaluando las posibilidades de que haya víctimas civiles” pero que no tienen “ningún indicio en este momento”. Por la noche, el ejército norteamericano dijo que había iniciado investigaciones sobre el ataque lanzado el domingo.

Un afgano común

Sin embargo, a Ahmadi, que perdió gran parte de su familia en el ataque estadounidense, le cuesta creer que su hermano haya sido considerado un simpatizante del Estado Islámico. Ahmadi contó que Zemarai, de 40 años, era ingeniero y trabajaba para una ONG que lucha contra la desnutrición en el país centroasiático. Un afgano ordinario que simplemente buscaba llegar a final de mes en un periodo de fuerte inestabilidad, según relata su hermano. Zemarai recién llegaba a su casa después del trabajo, la familia esperaba ir a Estados Unidos, por eso le pidió a uno de sus hijos que estacionara el auto para practicar antes de llegar a EE.UU., contó Ahmadi a Al Jazeera. Varios niños y niñas corrieron para subirse al vehículo. “Cuando el auto se detuvo fue cuando el misil impactó”, relató a la señal qatarí.

El estruendo de la explosión movilizó a los vecinos de Ahmadi que rápidamente fueron a brindar auxilio. "Todos los niños murieron dentro del vehículo, los adultos estaban muertos justo en el exterior. El coche estaba en llamas, solamente podíamos encontrar trozos de los cadáveres", dice uno de ellos, Sabir. Otro de los vecinos, Rashid Noori, resumió la tragedia así: "Los talibanes nos matan, el Estado Islámico nos mata, los estadounidenses nos matan”. "¿Acaso piensan que todos nuestros niños son terroristas?", se pregunta.

Ataques con drones

En 2009 la misión de Naciones Unidas en Afganistán comenzó a registrar las bajas civiles. Según la ONU, entre 2009 y fines de 2020 murieron más de 38 mil civiles y unas siete mil personas resultaron heridas en ese mismo periodo.

Para Emran Feroz, un periodista afgano con más de una década de investigación sobre los ataques con drones a la población civil de Afganistán, el hecho de que el ataque haya ocurrido en la capital (y no en áreas remotas de provincias como Herat, Nangarhar, Kunduz, Logar) puede contribuir a llamar la atención sobre un problema que afecta a los afganos desde 2001 cuando comenzó la invasión estadounidense.

"Es muy simbólico que las operaciones de Estados Unidos en Afganistán empezaran con ataques de drones y terminaran con ataques de drones. Parece que no han aprendido nada en 20 años", declaró a Al Jazeera.

En tanto el director ejecutivo de Amnistía Internacional (AI) en Estados Unidos, Paul O'Brien exigió al gobierno de Joe Biden un investigación transparente por la muerte de civiles en los ataques aéreos. "Durante dos décadas, Estados Unidos llevó a cabo ataques sin rendir cuentas a la opinión pública sobre cuántos civiles murieron por las acciones de Estados Unidos en Afganistán y otros países", publicó la organización en su cuenta de Twitter.

"Una lección para el mundo"

Tras 20 años de ocupación de EE.UU. y los países aliados de la OTAN, los talibanes celebraron este martes la salida de los últimos soldados estadounidenses de suelo afgano. El portavoz de los talibanes Zabihullah Mujahid celebró que Afganistán logró al fin “obtener su independencia de las fuerzas extranjeras”. Mujahid brindó una rueda de prensa en el aeropuerto de Kbaul, unas horas después de que despegara el último grupo de soldados estadounidenses.

"Felicitaciones a Afganistán (...) Esta victoria nos pertenece a todos", declaró Mujahid. "Esta es una gran lección para otros invasores y para nuestras futuras generaciones" y "también es una lección para el mundo", añadió el portavoz del movimiento talibán.

Los líderes talibanes recorrieron el aérodromo escoltados por combatientes armados ondeando la bandera blanca del movimiento tras la retirada de Estados Unidos 24 horas antes de la fecha límite. Desde el 14 de agosto, un día antes de la toma de poder del régimen talibán,  unas 123 mil personas fueron evacuadas en aviones estadounidenses y de los países aliados de la OTAN.