El K-pop nació en Corea del Sur y, como sus siglas lo indican, hace referencia a la “Korean popular music”. Un boom masivo y comercial que remonta sus orígenes a principios de los años 90, experimentando un crecimiento sustancial hacia el año 2000, y que con el advenimiento de la conectividad literalmente “explotó” de forma global.

En Argentina, el ingreso puede ubicarse alrededor de 2009, comenzando a acelerar su masividad hasta el día de hoy, cuando se pueden observar cientos de jóvenes ocupando el espacio público como lugar de ensayo K-pop.

Salta no se encuentra ajena a este fenómeno y así lo relata Marcos Jándula, quien desde hace mas de 10 años realiza eventos temáticos de la mano de la productora Dimensión: “Al K-pop lo empezamos a incorporar en el 2017. Buscábamos expresiones urbanas, jóvenes, que estén dando vueltas y ahí entraba el K-pop. Hay una serie de expresiones de la juventud que de alguna manera el circuito relaciona. Al pibe que le gusta el animé, también en algún momento baila K-pop, o un pibe que viene del palo de los video juegos, por ahí es streamer o youtuber. Hemos visto ciertas relaciones en distintas comunidades entonces empezamos a abarcar estas temáticas. Así nació la idea de hacer el “Desafío k-pop en 2018” y nos llevamos una sorpresa con la convocatoria, porque nos dimos cuenta que habían muchos pibes bailando en los parques, en las plazas, en distintos espacios y los queríamos congregar”.

Organizarse

Vanina tiene 28 años y es líder del grupo Fusion G. “Empecé con el K-pop cuando tenía 16 años, en un momento donde no era nada conocido y era muy poquita la gente que bailaba. Nos juntábamos muy pocos. Vi como fue creciendo la movida en Salta”, cuenta.

Vanina, que hoy es profesora de K-pop en un estudio del barrio El Huaico, rememora aquellos inicios: “Al principio éramos pocos, hacíamos eventos en bares de la Balcarce, pero muy mezclado con el tema del animé, porque en ese tiempo el K-pop no tenía tanta repercusión. Éramos siempre los mismos diez locos que estábamos en todos los eventos. Los demás eran seguidores del animé. Empezó así, bien de abajo. Hoy somos un montón de grupos en Salta, no solamente chicos, sino también se empieza a sumar gente grande”.

Con 20 años, Nela es líder del grupo District y así comenta su experiencia: “Somos siete integrantes y entramos dentro de los grupos con más años en Salta. Últimamente se ven muchos conjuntos, pero recuerdo cuando nosotros empezamos, no había para nada esa cantidad”.

“Lo que nosotros hacemos es dance-covers, y ahora el K-pop sobre todo. En argentina comenzó a difundirse en Buenos Aires, y en Salta fue llegando de a poquito. Ahora ya es un boom”, relata Nela.

Una de las características salientes de esta expresión cultural es la apropiación de los espacios públicos. El K-pop “toma la calle” y la convierte en su lugar de encuentro y ensayo.

“Los ensayos los hacemos en los lugares públicos, como la Usina Cultural, la plaza de la Legislatura, o en el anfiteatro del Parque San Martín. Y no solo estamos nosotros, muchas veces compartimos el espacio con los otros grupos que ensayan. Quizás cuando hay concursos o presentaciones, me encargo de alquilar un salón para ensayar con un espejo, con un parlante. Nos auto-organizamos”, relata la líder de District. 

Vanina también refuerza esta idea de apropiación de los espacios públicos: “Con el grupo ensayamos en la calle, en la plaza. No tenemos un espacio físico, como la mayoría de los grupos. Siempre vas a ver gente de la movida del K-pop en las plazas. Nosotros, por ejemplo, ensayamos detrás de la Legislatura, es nuestro lugar”.

Redes sociales y encuentros

Los nuevos ritmos y tendencias entre los jóvenes, llevan de manera constitutiva las redes sociales. El K-pop, como nueva aparición cultural, asienta sus bases sobre estos dispositivos.

Así lo explica el productor Marcos Jándula: “Las redes sociales son todo para esta movida. Porque justamente el fuerte es la instantaneidad que tienen los pibes de estar bailando y filmando a la vez un reel o un tik tok o un video de instagram. Parados en la cultura de la viralizacion que está muy presente y resulta fundamental para la movida. Justamente, esas herramientas les permiten bailar y alguien del grupo edita, lo sube a youtube y sale un material producido casi al instante. La movida K-pop tiene que ver con el presente tecnológico, las plataformas, las redes y los medios”.

Fusion G en su espacio público. 

“Las redes sociales y los dispositivos, son por donde se mueve todo", ratifica Vanina."La mayoría de los grupos de Salta, o de cualquier lado, se manejan por Instagram o por los canales de Youtube. Eso ayuda mucho a difundir, no solamente en la provincia sino en todos lados. Internet llega a todo el mundo. Las redes permiten que la gente te conozca y te escriba”.

En sentido parecido se expresa Nela. “Las redes sociales son un punto muy fuerte de difusión. Nos sirvió a muchos grupos de baile. Nosotros no tenemos una academia, pero con tener una red social que tenga el nombre del grupo donde podemos subir videos bailando, es un montón. Nos sigue mucha gente de diferentes de lugares, están al pendiente de lo que hacemos, nos quieren ver. Además, las redes sociales sirven para traer gente de afuera, colaboradores, invitados especiales, y por eso se está expandiendo nuestro ámbito”.

En este sentido, Marcos Jándula cuenta: “El K-pop llega a Salta gracias al acceso a través de Youtube o Spotify porque, por ejemplo, nosotros en su momento cuando nos decían ‘¿escuchaste Backstreet Boys?’ había que buscar el disco en el local de música. Hoy en día estás a un click de conocer todas estas bandas, con todos los videos disponibles y la música muy accesible”.

Sacarse las etiquetas

Vanina, docente de K-pop, da lugar a aquello valioso que pocos observan detrás del baile: “El K-pop abre un espacio a los jóvenes para sentirse un poco más libres, porque creo que es una de las pocas danzas que te permite expresar por completo y te permite hacerlo como vos quieras”.

“El K-pop logra que los pibes se saquen las etiquetas, y si bien nunca tuvo que importar la orientación o la identidad sexual de una persona, el K-pop, de alguna manera, da libertad para ‘luquearse’, pintarse y tener estilos que para muchas personas pueden ser andróginos, o tildados de femenino. Esto pasa cuando ven a un chico caracterizado con cierta ropa, o cierto maquillaje. Y acá no hay etiquetas. A los pibes y las pibas no les importa eso, simplemente son personas disfrutando algo que es bailar y hablar de sus bandas favoritas”, comenta Marcos Jándula.

El productor musical, que tiene una vasta experiencia en el tema, agrega: “En una ciudad históricamente conservadora como Salta, debe pasar que estos chicos están bailando y la gente pasa, mira y los tilda de raros. Sin embargo, empezar a aceptar eso que les gusta y también que lo puedan vivir con total libertad sin tener la mirada del otro posando sobre uno, me parece que es un acto de rebeldía, incluso mas fuerte que la actitud rockera que muchos dicen tener”.

En este sentido, la líder de Fusion G señala: “Lo más popular en Salta es el folclore. Y el salteño de por sí es cerrado. Entonces todo lo que viene de afuera lo agarra con pinzas, lo prejuzga y no da lugar a que uno muestre o diga como es, no se le da una oportunidad. El K-pop es una buena opción para empezar en el baile porque no necesitás tener una base, no necesitás saber bailar para sumarte. Es cuestión de que te sueltes y te animes, nada más”.

Las chicas de District. 

Vanina pone énfasis especial e n la soltura de los varones al bailar K-pop “El trabajo de los bailarines varones de K-pop es admirable, porque no le tienen miedo a nada. Si tienen que hacer ‘coreos’ de mujeres, se ponen y hacen, y todo en lugares públicos. Ves varones con polleras, con calzas, o con medias red que les quedan divinas y encima bailan lindo. Entonces siento que es un lugar donde podes expresar mucho tu forma de ser sin sentirte juzgado”.

Futuro para rato

Lejos de las previsiones que ponen al K-pop como una moda pasajera, aquellos que vivencian este hecho cultural, avizoran un futuro prominente para la escena.

Así lo vive Nela. “Veo K-pop para rato y también para nuestro grupo. Somos un conjunto con edades muy variadas. Además, en nuestro ambiente ves desde chicas de 10 años súper fanáticas, hasta señoras grandes que van con sus hijas pero que también son fans. El K-pop se va a seguir expandiendo y está a full”.

Vanina agrega: “El K-pop llegó para quedarse. Hace unos años decían que era una moda, que se iba a pasar y yo, que soy de las más viejas, no veo que tenga ganas de irse. Cada vez hay más ‘k-popers’ acá en Salta y en todo el mundo”.

Desde Corea del Sur, interpelando a los jóvenes, haciendo pie en las redes sociales y la globalización que permite una instantánea conectividad, el K-pop sigue en franco crecimiento. Una cultura joven que resulta extraña para muchos y un refugio de libertad para otros tantos.