Desde Santiago

Después de varios días inusualmente calurosos, el frío y las nubes volvieron sobre la capital de Chile, dándole a los actos de conmemoración del 48 aniversario del Golpe Militar de 1973 un ambiente de recogimiento que parecía haberse perdido el año pasado por la pandemia. El más masivo fue la romería desde la Plaza Los Héroes, en pleno centro de Santiago hacia el Cementerio General donde descansan los restos de Salvador Allende y donde se ubica el Patio 29.

Este último fue el lugar donde la Dictadura de Pinochet, que reinó hasta 1990 en Chile, sepultaba clandestinamente y como “NN” a las víctimas de enfrentamientos y ejecuciones políticas. Cerca del mediodía, más de siete mil personas, entre ellos familiares de las víctimas y organizaciones políticas— recorrieron los cuatro kilómetros donde entre las proclamas se recordó a los “presos de la revuelta”, en su mayoría jóvenes que aún están detenidos tras las violentas y multitudinarias jornadas de protesta del Estallido Social desde octubre de 2019.

A pesar de la vigilancia de carabineros, que cerró las principales calles del centro, generando embotellamientos y desórdenes viales, hubo algunos saqueos a locales comerciales por parte de grupos de encapuchados. Sin embargo, como señalaban los dueños de pequeños kioskos cercanos los propios saqueadores protegieron sus locales y les dijeron que “esto es con las empresas grandes no con ustedes” mientras convertían el mobiliario en barricadas. Después estos enfrentamientos aislados se trasladaron al cementerio donde carabineros hizo uso de carros lanza agua reporteando "cinco detenidos por desorden y uno por amenazas de muerte (a efectivos policiales)”.

Piñera no permite flores en La Moneda

El otro evento importante fue el homenaje a Allende donde diversas colectividades como el PC, la Central Unitaria de Trabajadores y el PS le dejaron ofrendas florales a su estatua ubicada frente al Palacio de La Moneda, lugar que fue bombardeado hace exactamente 48 años. Destacaron las alocuciones del partido Comunes, que forma parte de la coalición Apruebo Dignidad, que llevará al joven candidato Gabriel Boric como candidato presidenciales en las elecciones de noviembre, cuya presidenta Karina Oliva señaló: “Hoy no sólo queremos hacer un acto de memoria, sino de luchar, y nunca más descansar, para que las alamedas siempre estén abiertas, para que todas las personas pasen libres, para que la educación sea el derecho que tanto se ha peleado, para que la salud sea el derecho de todas y todos”.

Morandé 80 es una puerta lateral del Palacio, por donde salieron los restos de Allende y que Pinochet clausuró para evitar cualquier acto simbólico. Algo que se revirtió recién en 2003, reconstruyéndola y convirtiéndola en un lugar de memoria. Este año, sin embargo, el gobierno de Piñera no autorizó actos. Algo que fue cuestionado por Oliva: “Es impresentable que el gobierno de Sebastián Piñera nos negara entregar la ofrenda floral en Morandé 80, eso atenta con la historia”.

El Gobierno se cuelga de “la violencia”

En la tarde, casi como un recordatorio de la brecha entre la elite de derecha y el pueblo que se ha revivido gracias a la comentada exhibición por primera vez en la TV abierta de la trilogía “La batalla de Chile” de Patricio Guzmán —que la propia Concertación evitó exhibir por el canal público a pesar de haber comprado los derechos— el gobierno de Piñera criticó la participación de la alcadesa de Santiago, la comunista Irací Hassler, en la marcha al cementerio.

El subsecretario del interior Juan Francisco Galil (del partido Renovación Nacional) intentó subirle el perfil a los incidentes señalando "Quienes participaron en la marcha de hoy deben hacerse responsables de los desmanes ocasionados en las comunas de Santiago y Recoleta con bombas de ruido, fuegos artificiales e incluso lanzamiento de bombas mólotov en contra de Carabineros. El daño ocasionado a los vecinos (…), incluso con la participación de la alcaldesa en la marcha- debe ser condenado por todos los actores políticos”.