Como si se tratara de una pelea de box, el Frente de Todos (FdT) recibió un cross de derecha que lo sorprendió por inesperado. Del mismo modo, no se puede decir que Juntos por el Cambio ya ganó (unas primarias que no esperaba ganar) porque aún falta la votación del 14 de noviembre y hasta ese día se puede remontar la disputa, que no se vislumbra fácil para el oficialismo, pero tampoco imposible. El presidente Alberto Fernández, sobre el filo de la medianoche junto a Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof, reconoció la derrota en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO): "Escuchamos el veredicto con respeto y atención. Hemos cometido errores, de ellos aprendemos y además es evidente que hay una demanda que no supimos escuchar. A partir de mañana trabajaremos para resolverlo", afirmó pero también se prometió --y comprometió a todos los integrantes del Frente de Todos-- a trabajar para dar vuelta un resultado que compromete el control del Congreso por parte del oficialismo tanto en el Senado como en Diputados, pero también el devenir de un gobierno al que le restan dos años de gestión.

El Presidente habló de un distanciamiento con las necesidades del pueblo que se expresaron en la "enorme encuesta" que representan las primarias. En una rápida lectura de los números que arroja el escrutinio provisorio de las PASO se puede decir que sobresalen por lo menos dos datos. El Frente de Todos perdió votos (muchos votos); por el contrario Juntos por el Cambio mantuvo su caudal histórico de electores si se comparan los votos obtenidos en las PASO de 2017 e incluso en las del 2019. Por lo tanto, el que debe salir a recuperar esos votantes es el oficialismo. Tiene dos meses por delante donde además debe gobernar con un poder económico receloso y una oposición política arropada en frases como república e instituciones pero que en rigor está sobergirada hacia la derecha con prácticas desestabilizantes que aplican sin pudor para frenar un drenaje de votos hacia Javier Milei, el virulento economista que conduce a los libertarios que por las expresiones públicas tienen poco de liber y mucho de arios.

¿Por qué el FdT perdió esos votos?

Uno de los que se animó a hablar a pesar del estupor y la sorpresa que generó el resultado fue el secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete y uno de los líderes del Movimiento Evita, Fernando "Chino" Navarro quien sostuvo que "hemos perdido la empatía con el pueblo".

Esa empatía que destaca Navarro no implica que el Gobierno desatendió a los sectores sociales que más sufrieron y aún padecen los efectos nocivos de la pandemia. Más bien sostiene que lo realizado, que fue mucho, no terminó siendo suficiente e incluso tal vez el peronismo no supo comprender y asimilar la magnitud de las consecuencias que provocó la dispersión mundial de la covid-19 que, junto a la destrucción del aparato productivo y la pérdida de puestos de empleo, generó un cóctel explosivo que anoche le estalló al Frente de Todos.

Sostener que el Frente de Todos perdió estas PASO se acerca más a la verdad que afirmar que las ganó Juntos por el Cambio. Y esto es porque el macrismo mantuvo su caudal de 8 millones de votos que obtuvo en las primarias de 2017 que, como las actuales, fueron legislativas. Cifras que bien pueden demostrar entonces que el mensaje que recibió el macrismo no tiene nada que ver con lo que afirmó María Eugenia Vidal cuando el escrutinio ya la favorecía y dio las "gracias a los que nos dieron una nueva oportunidad".

En 2017, el peronismo estaba dividido en tres grupos. Si se hace una suma nominal de aquellos votos se alcanza una cifra un poco superior a los diez millones de sufragios. Anoche, el FdT obtuvo un 40 por ciento menos de aquella cifra. Algunos no fueron a votar, otros pueden haber optado por castigar al gobierno apostando a otras ofertas electorales y también está ese grupo de electores que fluctúa según sus necesidades. Pero para algunos integrantes del FdT lo cierto es que lo realizado en estos casi dos años no fue suficiente y que las transformaciones que se esperaban no sucedieron y "el castigo" en las PASO les advierte que no se puede perder más tiempo.

"No nos ven cercanos", repite Navarro y agrega --en el mismo sentido que lo hizo el Presidente-- que es necesario no perder la cabeza, no enojarse y salir a buscar y recuperar ese votante descontento al que no le llegó la mejora que ya se expresa en la economía. Y es que hay sectores de la producción que viven un veranito (como la economía del conocimiento, el agro, la industria, entre otros) pero que no alcanza a una gran mayoría que --por la pandemia de covid y la del gobierno macrista-- se cayó del sistema y todavía no logra reincorporarse.

El otro dato que arroja la primaria es que la sospecha de que el peronismo está unido en los papeles, en la foto, pero hay una falla hacia el interior porque la derrota en las provincias, algunas de las cuales son históricamente peronistas, da cuenta de que esa falta de empatía no es exclusiva de la Casa Rosada. Esos gobernadores, salvo los de Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, San Juan, La Rioja y Formosa, son solidariamente responsables del mal resultado electoral y como Alberto Fernández, tienen dos meses para intentar revertir el resultado de ayer.

Luego están los errores no forzados. Esos que no determinan una elección pero que "iluminan" la malaria que se vive y genera esa ruptura con el oficialismo. Este año hubo algunos ejemplos.

Por ahora, el escrutinio de las PASO avizora complicaciones en el control de Senado que venía siendo la Cámara que guiaba el destino de las leyes enviadas por el Ejecutivo y, de alguna manera, influenciaba en las negociaciones con la oposición en la Cámara baja. Ahora es posible que el Frente de Todos pierda esa piedra preciosa que representa el quórum y la aspiración del oficialismo era poder acercarse a tener los dos tercios del cuerpo. Eso hoy es algo un tanto utópico porque de las 41 bancas que hoy tiene podría quedar en 35 y JxC llegaría a 34.

En la Cámara de Diputados la situación no se presenta mejor. El FdT aspiraba a mejorar su representación actual de 120 legisladores pero si se repiten los resultados de las PASO, no sólo caería a 111 curules sino que además perdería la condición de primera minoría a manos del macrismo. En ese escenario, los libertarios que repudian las estructuras del Estado mas no los salarios que puedan proveer como ocurrió con Milei cuando trabajaba para Antonio Bussi, ocuparían cuatro bancas.

Anoche, Alberto Fernández aseguró que "nada hay más importante que escuchar" a la ciudadanía e indicó que "cuando el pueblo se expresa, acatamos". Una expresión que en estos comicios resultó una dura advertencia que, como afirmó el Presidente, "el país necesita no volver atrás. Necesitamos avanzar con justicia social, educación y salud pública". Ahí está el desafío.