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Con el aliento de quienes colmaron Plaza de Mayo al grito de “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”, y “El pueblo unido jamás será vencido”, la dirigente Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora, comenzó la lectura del documento de las organizaciones convocantes, que bajo la consigna “Nunca más un genocida suelto” afirmaron “no queremos convivir con los asesinos, nuestro pueblo ejemplar no merece ser condenado al olvido”. Los organismos de Derechos Humanos recordaron que “el miércoles pasado la Corte Suprema aprobó por mayoría un fallo vergonzoso que benefició al genocida Luis Muiña y abrió la puerta a la impunidad”.

“Por los niños a quienes les robaron su identidad, quiero y queremos justicia”, dijo Nora Cortiñas, antes de continuar la lectura del documento, que denunció que “los genocidas, a 41 años de Golpe, siguen sin revelar el destino de nuestros hijos y de nuestros nietos”. “Siempre luchamos respetando la ley, por eso el fallo de la Corte es un insulto a nuestra historia. (…) Los apropiadores están pidiendo su libertad anticipada, y esto no solo es riesgoso para nuestros nietos sino para toda la sociedad. (…) Estamos hablando de violadores que hicieron parir a nuestras hijas encadenas, estamos hablando de quienes hicieron desaparecer por segunda vez a Julio López”, advirtieron Almeida, Lita Boitano, Nora Cortiñas, quien desde el palco reconoció estar "muy excitada" por la convocatoria de la movilización, y Estela de Carlotto, que celebró que “los organismos no estamos solos, como en épocas aciagas. Nos acompañan representantes de la cultura, el deporte, asociaciones sindicales y políticas… acá está el pueblo”.

“Lamentablemente -continuó Carlotto, luego de ser interrumpida por segunda vez por el grito ‘El pueblo unido jamás será vencido’-, la dictadura no es un hecho lejano (…) Aquí estamos, alzando nuestra voz contra el olvido”.

Cuando desde el palco se recordó que los firmantes del fallo de la Corte Suprema fueron Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Elena Higton de Nolasco, rugió desde la plaza el grito de “hijos de puta, hijos de puta”. “Al día siguiente los abogados de los genocidas se agolparon en los tribunales para pedir el mismo privilegio para sus defendidos”, denunciaron los convocantes, que festejaron la firme reacción de la sociedad y la aprobación por parte del Congreso de la ley que limita la aplicación del 2x1 a los genocidas.

Por último, los organismos pidieron a los integrantes de los tres poderes del Estado que cada uno realice las acciones pertinentes para “dar vuelta esta triste página” de nuestra historia.

Con los pañuelos blancos desplegados sobre sus cabezas, los más de 500 mil manifestantes que colmaron Plaza de Mayo y sus alrededores cerraron el acto al grito de “30.000 compañeros detenidos desaparecidos, presentes. Ahora y siempre”.