Pensar en la gesta de la independencia en Argentina lleva a recordar a los héroes nacionales como José de San Martín o Manuel Belgrano, o el salteño Martín Miguel de Güemes, que este año fue especialmente reconocido por conmemorarse el bicentenario de su fallecimiento, el 17 de junio. 

Con esa intención de resaltar a los protagonistas de la gesta independentista, ayer se llevó adelante un homenaje y reconocimiento en torno a la figura de Macacha Güemes, hermana del héroe gaucho y una partícipe destacada en el proceso de la revolución. Bajo la gestión de la diputada nacional Alcira Figueroa (Frente de Todos) y de la Dirección General de Cultura y Museo, se realizó un conversatorio virtual sobre el rol de las mujeres en la lucha por la independencia. 

El panel, denominado Mujeres en la Independencia, estuvo a cargo del Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades (CONICET–UNSa), y contó con la moderación de Bárbara Aramendi. En el mismo tenor que tuvo durante el conversatorio, en diálogo con Salta/12 la historiadora afirmó que hay una invisibilización de las mujeres y la historia. 

Señaló que en la época de la colonia no solamente se las invisibilizaba en su propio contexto social histórico, sino que eso se trasladó a tiempos futuros porque hoy existen escasos registros históricos sobre ellas. Y de existir, la mayoría de las veces remiten a cartas personales porque la documentación oficial no las registraba. Por eso el inicio de la charla tuvo como primer protagonista a Macacha. 

Su recuerdo estuvo a cargo de la reconocida historiadora salteña Sara Mata, quien como primer acto de visibilización la llamó con su nombre completo: María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada, nacida en Salta el 11 de diciembre de 1787 y fallecida el 7 de junio de 1866. "No resulta nada sencillo referirse a la participación de las mujeres en Salta en el proceso revolucionario porque la documentación referida a ella es sumamente escasa", reafirmó Mata. 

Para estudiar a Macacha la historiadora se basó en las memorias del general José María Paz, y en la obra de Bernardo Frías. Pero más allá de estas referencias históricas, a Macacha la abrazó de gran manera la literatura, pues se han escrito poemas, músicas y diversos textos sobre ella. Si bien aportan datos relevantes, en ellos "hay una gran ficcionalización de su figura", señaló Mata. 

Quizás lo más reconocido de Macacha era el lazo de hermandad que tenía con el héroe gaucho; por el contrario, no es muy difundido que su padre, Gabriel de Güemes Montero, era tesorero real de la corona española, y que se casó a los 16 años con el realista Román Tejada

Para 1810, en pleno inicio de la revolución que enfrentaba a realistas y patriotas, ser hermana del principal líder de la lucha en el norte y estar casada con un realista no era un escenario ameno para Macacha, por lo que su participación política iba a ser determinante y así lo exhiben varios hechos. Como cuando tuvo que interceder para que su marido no fuera extraditado, luego de que trascendiera que era cuñado nada menos que de Güemes, o cuando Tejada traicionó en dos oportunidades al gaucho salteño, hasta que éste lo envió a Atacama en 1820. 

A pesar de ello, Macacha mantuvo una estrecha relación con su hermano. En las memorias de Paz se la describe como una mujer ambiciosa, intrigante y animosa, además de portar una gran hermosura. Macacha no sólo estaba involucrada en acciones de espionaje y traslado de la información junto a mujeres de la elite y la servidumbre, también "era la más querida de las mujeres, en la cual (Güemes) buscaba consuelo y consejos", decía Frías. 

Tras esos recuerdos, Mata afirmó que "ella está involucrada evidentemente en toda la actividad política". Se le atribuye que intervino en el conflicto de pacificación entre su hermano y José Rondeau, quien tras ser derrotado en Sipe Sipe en 1815, quiso “recuperar” 500 fusiles que estaban en manos de los gauchos salteños. 

Según la historiadora salteña, su papel en el acuerdo de paz entre Güemes y Rondeau, fue "la referencia política más importante" que se tiene de Macacha. "No caben dudas de su colaboración" en todo el escenario revolucionario. Incluso, se la conocía como la "segunda en el gobierno" cuando su hermano no estaba, y que "hablar con ella, era como hablar con Güemes", sostuvo Mata. 

A la muerte del héroe gaucho, aquel 17 de junio de 1821, la actividad política de Macacha se intensificó y se le asignaron actos en contra del Antonino Cornejo, que reemplazó en el cargo de gobernador a Güemes. También se la señaló en 1824 como la autora de una conspiración contra Juan Antonio Álvarez de Arenales. Cornejo volvió a gobernar la provincia, y se le atribuye a Machaca que fue nuevamente contra este gobierno en 1835. 

Frías dijo: "todas las revoluciones, conjuraciones y seducciones ocurridas en Salta hasta la caída de Aniceto Latorre en 1835, fueron hechas por las mujeres, que habían tomando la política como oficio propio de su sexo", destacando en sus escritos, la participación de la hermana del general. Aunque luego, desde ese período hasta su muerte, no se registran hechos de participación política por parte de Macacha. 

Las realistas también dijeron presente

Bajo el título de Las otras mujeres, la historiadora Mercedes Quiñonez hizo un repaso sobre la participación estratégica de las mujeres de las familias realistas salteñas durante la guerra de independencia. 

Quiñonez contó a Salta/12 que el objetivo inicial de su tesis doctoral no se basó en un estudio sobre la participación explícita de las mujeres, pues su tema central era indagar en las familias de elites existentes durante ese período en Salta, entre las que destacó el árbol genealógico de los Patrón Costas. Las mujeres "fueron apareciendo en la fuente con una centralidad que no había previsto de antemano", sostuvo. 

La investigación mostró que las mujeres tenían una relevancia desde lo económico hasta la activación de redes de solidaridad política con los realistas. Situada en las familias de esas época, la historiadora recordó que en pleno conflicto de guerra, los hombres iban al combate y eran las mujeres quienes quedaban en Salta asegurando los bienes de las familias. 

En ese escenario, eras las mujeres quienes litigaban contra Güemes y la revolución. Como una acción concreta, solían pagar fianzas para que liberen a los realistas. 

Quiñonez dijo que estas mujeres no sólo han sido invibilizadas por su género, sino también por el resultado obtenido en los conflictos de guerra, ya que fueron "las que pierden" en el relato histórico. Aún así, para la historiadora es necesario destacar sus actuaciones porque "fueron centrales dentro de un proyecto político". 

"Estaban vigentes en ese momento" y es allí donde las mujeres realistas, "activan sus estrategías" en el plano político, económico y legal. "No son solamente figuras decorativas que están dedicadas al espionaje, tampoco son mujeres que participan en los ejércitos, pero lo que hacen es respaldar la actividad familiar y mantener la propiedad de la tierra y los esclavos", señaló la historiadora. 

En el caso de la familia Patrón Costas, la guerra de la independencia les permitió reacomodarse en las alianzas; siendo hoy una de las familias vigentes en el poder de elite en Salta. "Es central esa coyuntura de guerra", expresó Quiñonez. 

Del conversatorio también participó Florencia Guzmán, destacando la imagen de María Remedios del Valle; y Facundo Nanni, con un repaso de las mujeres tucumanas en la independencia. La última exposición estuvo a cargo de María Luisa Soux, quien relató la historiografía reciente sobre Juana Azurduy. 

Luego del encuentro virtual, en el Salón de los Pasos Perdidos, se entregó el reconocimiento Macacha Güemes a mujeres destacadas de Salta: Cristina Cobos, Leticia Flores, Leonor Nora Avari, Teresita Frías y Ester Ríos. También se descubrió un retrato de la propia Macacha, realizado por el artista salteño Juan Pablo Zarra.

Como cierre del evento, hubo una presentación artística llamada De Bagualeras y Compadres, a cargo del Ballet Folklórico de la Provincia de Salta, que contó con cuatro parejas de baile con coreografía de Vidala Barboza y Omar Cacerez, interpretando coplas de Leda Valladares y zambas de Los Chalchaleros, entre otros.