Una de las novedades que deja el Coloquio de IDEA en su edición número 57 tiene que ver con el reconocimiento a la economía popular y la consolidación de los movimientos sociales como actor clave para terminar de construir -junto con empresas, Estado y sindicatos- el camino de salida a la crisis económica y social. El concepto de formalizar la economía popular fue plantado desde la apertura de la primera jornada como uno de los ejes del plan de reforma laboral que presentó IDEA, pero apareció de manera recurrente en la mayoría de los paneles que abordaron al eje del empleo como camino para el crecimiento del país. 

"Para nosotros estar acá es estar con los que hacen el país. Tal como hacen las organizaciones sociales", resumió Alexandre Roig, Presidente del Directorio del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) y agregó que la intención desde el movimiento cooperativo es crear empleo privado: "Esto no se resuelve pasando al sector público a los 11 millones que solicitaron el IFE", explicó. 

En diálogo con PáginaI12, Roig insistió en la diferencia entre la formalización del trabajo y la creación de empleo. La economía popular reconoce trabajos no valorizados por el mercado, como la economía del cuidado por ejemplo, que emplea a 800.000 mujeres. Desde las organizaciones sociales pelean por formalizarlas, darles derechos. "Hay que ampliar el concepto de producción y asumir que hay muchas actividades que hace 10 años no eran productivas y hoy lo son, como el cuidado y el reciclado", explicó Roig. De acuerdo a los movimientos sociales, hay 6 millones de personas que realizan trabajos necesarios pero no reconocidos por el mercado. 

Uno de los caminos es a través del crédito productivo: "Me pararon muchos de los empresarios de IDEA diciéndome que estaban totalmente de acuerdo en otorgar créditos productivos para los trabajadores populares", afirmó Roig. En efecto, PáginaI12 corroboró que varios de los asistentes se mostraron gratamente sorprendidos con el panel del que participó Roig: "La economía popular emerge como un nuevo actor que le demanda al Estado. Es necesario que trabaje mancomunadamente con el sector privado, que puede aportar pero no absorber a todos los trabajadores de la economía popular. El fin, en definitiva, es que se genere empleo de calidad", explicó Mariana Camino, socia y CEO de la consultora Abeceb .

Además del presidente de Inaes, la cúpula empresarial dedicó 15 minutos de su celebración anual a una entrevista con otro de los integrantes del Movimiento Evita, Gildo Onorato, Secretario General de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). Onorato comenzó con uno de los pedidos más repetidos durante el evento: estabilidad. "Quizás a ustedes les parezca raro que un dirigente social hable de estabilidad, pero a los sectores populares todas las crisis nos han hecho cada vez más pobres", aclaró. 

"Las dos mayorías políticas en la Argentina no han sido capaces de generar consensos, de construir políticas sustentables en el tiempo, duraderas", apuntó el dirigente del Movimiento Evita tras poner en palabras el terreno que ganaron los movimientos populares como demandantes de políticas al Estado: "Es el momento que los distintos sectores de la producción, el trabajo y los sindicatos, los empresarios, y desde el Estado, construyamos los consensos que la política aún no ha podido construir".


La entrevista a Onorato llegó tras un videomensaje que el Papa Francisco envió a los empresarios. En el mismo tono, celebró Proyecto Actuar, el diálogo iniciado entre la UTEP y la fundación IDEA, que surge con el objetivo de visibilizar proyectos de la economía popular y darles espacio en las empresas. En el mensaje, el Papa afirmó que los subsidios deben ser una ayuda provisoria y culminó: "No me cansaré de referirme a la dignidad del trabajo. Lo que da dignidad es el trabajo. El que no tiene trabajo, siente que le falta algo, le falta esa dignidad que da propiamente el trabajo, que unge de dignidad".