El ingreso de capitales especulativos para aprovechar la bicicleta financiera sumó 1262 millones de dólares en abril. La cifra, que publicó ayer el Banco Central en su informe de balance cambiario, fue la más elevada desde el estallido de la convertibilidad en 2002. La entrada de estas divisas de portafolio se destinan al negocio de la tasa de interés en pesos a través de la compra de Lebacs de corto plazo y en 2017 aumentaron mes a mes hasta marcar un pico histórico. En enero había sido de 270 millones de dólares, en febrero de 603 millones, en marzo de 737 millones y el mes pasado superó los 1200 millones. La salida de capitales del mercado interno por ahorro, turismo y giro de utilidades siguió en aumento, según el informe del Central, al tiempo que se redujo la inversión extranjera destinada a la economía real. El mes pasado por cada dólar que entró al mercado interno para invertir en actividades productivas hubo otros 5 dólares que ingresaron para la especulación financiera.    

La autoridad monetaria a cargo de Federico Sturzenegger se pasó las primeras semanas de mayo intentando convencer a los medios que el país no atraviesa un proceso de bicicleta financiera. Los datos duros del balance cambiario dejan en offside cualquier argumento en ese sentido. El ingreso de dólares especulativos había sido de 12 millones de dólares en 2015 y de 1925 millones de dólares en 2016, mientras que en el primer cuatrimestre de 2017 ya acumuló 2895 millones. ¿Si el modelo económico no brinda ganancias extraordinarias en el negocio financiero, por qué ingresan cada vez más divisas del exterior para especular con las Lebacs? La inversión extranjera directa para los sectores de la economía real, a diferencia de lo que ocurre con los capitales de portafolio, no repunta. En abril sumó 217 millones de dólares, cuando había sido de 370 millones en marzo. En los primero cuatro meses del año acumuló 937 millones, cifra que es la tercera parte de lo que ingresó para la bicicleta.

En lo que refiere a la salida de divisas de la economía, las compras de dólares para atesoramiento se ubicaron en 3197 millones de dólares brutos en abril y sumaron 13.872 millones en lo que va del año. En el cuatrimestre, la salida neta por esta vía fue de 3245 millones. El drenaje de dólares se vuelve aún más fuerte cuando se suman las compras por turismo, que en abril ascendieron a 943 millones de dólares y acumulan 4545 millones en el año (3847 neto). El giro de dividendos, mientras tanto, alcanzó los 145 millones en abril y computó 466 millones en 2017 (434 millones). Al sumar estos tres rubros (ahorro, turismo y giro de dividendos), la fuga estructural de dólares de la economía argentina fue de 20.000 millones de dólares brutos en 4 meses, cifra equivalente al 40 por ciento de la reservas internacionales del Banco Central. En términos netos, la salida alcanzó a 7526 millones de dólares.