El medico y escritor Guillermo Plaza, de la Nación Diaguita, presentó Poemas de la resistencia, un poemario que aborda la resistencia de su Pueblo entre 1560 y 1666 en la zona de los Valles Calchaquíes. En 31 poemas, muestra esa historia invisibilizada, con el objetivo de quebrar los relatos oficiales y livianos, que no hicieron más que dejar de lado las calaminades que se vivió en los valles de Salta. 

El escritor Daniel Medina, encargado de redactar el prólogo del libro, afirmó que Plaza "no escribió un libro sobre el pasado", sino, que "encontró las palabras justas para dar cuenta del horror y la esperanza que nos interpelan ahora. Mostró que la poesía también puede ser una forma de obstinación y supervivencia". Por eso, no es posible dejar los hechos narrados en una simple compilación, pues las violaciones a los derechos de los pueblos originarios persisten aún hoy en todo el territorio argentino. 

"De alguna manera, lo que escribo es un intento de resarcimiento" de la historia, expresó. Plaza, que estuvo presente en la Feria del Libro de Salta, junto a Medina y Betina Campuzano, profesora de letras de la Universidad Nacional de Salta.

Durante la presentación 

Pasaron 5 años de la obra Retorno (2014). Allí Plaza relata la lucha actual de las comunidades diaguitas, en figuras como Javier Chocobar y Ambrosio Casimiro, pero "quedaba una parte de la historia" que estaba abordada desde una visión ajena a la Nación, diría el autor a Salta/12. Así fue que se sumergió en un trabajo árduo de investigación, donde logró recoger diferentes archivos, muy pocos, sobre lo que realmente ocurrió en los valles. 

Lo que tenía claro es que la Nación Diaguita, al momento de la llegada de la Colonia, "empieza a realizar una avanzada, no sólo por la defensa del territorio, sino por empezar a atacar las ciudades españolas" que ya estaban instaladas. La obra inicia en enero de 1562, en Tolombón (Cafayate), y concluye, el 27 de enero de 1666, en Tucumán, cuando los diaguitas fueron abligados al exilio. Se fueron a Quilmes, a orillas del Río de La Plata, y se estima que de un estimado de 2.600 sobrevivientes, llegaron sólo 400. 

Para graficar ese período, Plaza se dispuso por utilizar otra narrativa y optó por la poesía épica, un recurso pocas veces utilizado en los textos históricos. Sabe que un libro de poesía narrativa y con fechas históricas, no existe, pero sabe con más certeza que, un libro que hable del Pueblo Diaguita, es inexiste. "Me permito describirlos en cada guerra calchaquí, cómo se daban las alianzas y, posteriormente, en la Colonia, cuando se resistían para no seguir siendo esclavos", relató. 

La pespectiva del libro, tiene como primera persona a los diaguitas, lo que para Plaza representó un gran desafío pues tuvo que "interpretar los hechos y saber leer los silencios y espacios en blanco que existían en cualquier crónica". Una de las bases históricas, que utilizó son los textos de Alonso Mercado y Villacorta, el militar español, que lideró el combate que obligó al exilio a los diaguitas. 

Allí, "muchas cosas se omiten y se debe tratar de comprender por qué de estos protagonistas (los diaguitas), no decían nada al respecto". Por eso, el poeta, insistió en la necesidad de remarcar la puja de intereses que siempre está presente en cada evento histórico, en este caso, en los propios escritos que quedan de ellos. 

Un reflejo de la actualidad 

Poemas de resistencia, resulta un nuevo intento de confrontar con los sectores conservadores de la provincia de Salta. A diferencia de Retorno, el escritor, supone que su actual obra puede tener otras repercusiones debido a que aborda hechos que acontencieron hace 500 años, y no, a los actuales, como lo evidenció en su anterior obra. Y que incluso, puede ser una herramienta para el sistema educativo. 

El escritor Daniel Medina, destacó en el mismo prólogo, el valor actual que tiene el poemario hoy. "Pasaron más de cuatro siglos de esa rebelión sofocada con horror. Y, sin embargo, este libro no podría ser más actual", aseguró. También recordó que hasta antes de que la pandemia, las noticias que circulaban en los medios de comunicación, "daban cuenta de comunidades echadas de sus tierras y de niños wichí que mueren de hambre o porque beben agua no potable". 

Pero con la pandemia, "las muertes por desnutrición desaparecieron de los medios, aunque no dejaron de acontecer. Simplemente dejaron de ser noticiables". Asegurando que volvieron a ser invisibles. "Ya no se los persigue ni se los extermina, pero se los deja morir. El horror no es parte del pasado", afirmó. Incluso cuando terminó de escribir el prólogo, en noviembre de 2020, se estaba dando una marcha a pie de parte de las comunidades originarias de Santa Victoria Este, que llegaban a la capital salteña, para exigir agua potable. 

Plaza, no dejó de lado esta característica, y reconoció que, a pesar que los personajes sean otros, "la escena no cambió porque sigue siendo la misma lucha del territorio". Destacó que aún hay puntos de resistencia, y hoy, existen "muchos hermanos en los territorios resistiendo por el mismo sistema perverso de la Colonia, que ha hecho un trabajo muy minucioso para hacer borrar esta memoria". 

En ese sentido, la contribución de su nueva obra es fundamental por los datos precisos y revisión histórica que se logró. "Eso hace empoderar mucho más a los hermanos que siguen estando en los territorios", expresó el poeta.