En Catamarca se está vacunando con la primera dosis a niñas y niños de entre 3 y 12 años.

En ese contexto muchas mamás y papás se preguntan cómo prepararles para ese momento.

Una de ellas contó su experiencia en las redes y creó cientos de adhesiones:

"Soy mamá de una nena maravillosa de cuatro años cumplidos recientemente y también le tocó el turno de vacunarse con la 1° dosis contra el COVID 19", comienza el relato.

"Cuando nos enteramos de que llegaba el día de ir al Predio Ferial Catamarca, en casa le contamos a ella que ya había llegado la hora de recibir su dosis, “LA DOSIS” que le permitiría volver a la libertad, a su vida, al jardín con sus amiguitos, a jugar en las plazas, a poder abrazar y besar a sus seres amados, ella con su corta edad, lo entendió todo, sabía que tenía ir sin miedo y hacerlo; se debía vacunar", detalla.

Como familia buscaron la forma de acompañarla, apoyarla y transmitirle seguridad para que todo estuviese bien y que no fuera un momento traumático: "Le preguntamos si se quería disfrazar de bruja, de princesa, de osito o de batman. Ella respondió que quería ir de DOCTORA, ¡¿De doctoraaaa?!, preguntamos al unísono, tanto que retumbó las paredes de la casa. Ella dijo: “SIIII LAS DOCTORAS NO LE TIENEN MIEDO AL COVID Y NO LES DUELE EL PINCHAZO”, describe en sus redes.

La mamá de Juli continua la divertida historia: "Ya teníamos una tarea muy pesada y era buscar su atuendo; pasó el sábado, el domingo de elecciones, (que como periodista trabajamos todo el día), y al día siguiente, lunes a la mañana le tocaba. Ella se levantó muy temprano, a las ocho, para cumplir con su deber, así que pusimos manos a la obra para cumplir nuestro objetivo".

Julieta llegó al salón y fue recibida por el personal de la salud "de una manera increíble, como a cada pequeñín que asistió con su mamá o su papá; ella se presentó con todos: “Hola!!! YO SOY LA SUPER DOCTORA JULI Y VENGO A AYUDAR A VACUNARSE A LOS NIÑOS”, les dijo. “Traigo caramelos y chupetines para todos” (con una sonrisa en su cara y sus ojitos chinos que sobresalían por encima de ese diminuto barbijo que cuidó durante toda la pandemia)". Juli llegó al nodo de vacunación vestida de médica, con un estectoscopio, una capa celeste, y una valijita con golosinas

Ante las miradas atentas de todo el salón, fue repartiendo golosinas hasta que le tocó el turno de vacunarse, "se sentó solita en la silla convencida de que era lo correcto, la enfermera me hizo tenerla en upa como a los demás peques por si se movía o lloraba, nada de eso fue necesario pero de igual forma lo hicimos, ella dijo: “SOY UNA DOCTORA, NO ME DUELEN LOS PINCHAZOS” y supo su bracito para recibir su libertad, SU DERECHO A LA SALUD, SU DERECHO A JUGAR, SU DERECHO A VIVIR luego de más de un año y medio de jugar en el patio adaptado de casa, que era su refugio, su plaza, su camping, su arenero, su lugar en el mundo".

"Hoy como mamá me siento aliviada que todos los integrantes de mi pequeña familia ya tengan su vacuna y que nuevamente florezca en nosotros la esperanza de un mañana mejor".

La historia de Juli se replicó en muchas redes, Patricia, su mamá, es periodista y quiso difundir su historia para inspirar a otres niñes, mamás y papás a vacunarles.