Delante de miles de trabajadores de la economía social, acompañados por otros tantos trabajadores registrados, enrolados en la CGT, movilizados frente al Congreso Nacional bajo la consigna "Unidad para la Justicia Social-Basta de despidos", el dirigente Daniel Menéndez, de Barrios de pie, exhortó a los diputados a aprobar antes de fin de año el proyecto de ley de emergencia social, que ayer obtuvo media sanción del Senado y que la Cámara baja tratará probablemente el próximo jueves en una sesión especial. “Hay rumores de que una vez más el Presidente quiere vetar una ley que beneficia a los trabajadores, como ya lo hizo con la ley de suspensión de despidos, que terminó con 135 mil desocupados más”, denunció Menéndez.

Juan Carlos Alderete, líder de Corriente Clasista y Combativa, por su parte, afirmó que “estamos agobiados por la flexibilidad laboral y los tarifazos”, y acusó al gobierno de la alianza Cambiemos de haber mentido al prometer pobreza cero “mientras la situación se sigue agravando y continúa la recesión”. “Debemos reconocer –agregó- que “en los despachos oficiales nos atienden bien pero no nos dan respuesta”, y reclamó retomar el programa de Huerta Grande (de la CGT de los Argentinos, de junio de 1962) y los 26 puntos de la CGT Brasil, conducida por el cervecero Saúl Ubaldini, cuyas consignas también reivindicó el dirigente cegetista Juan Carlos Schmid: “paz, pan y trabajo”.

Alderete enfatizó que “los trabajadores nunca hemos sido desestabilizadores”, pero advirtió que la administración actual cumplirá un año “sin ninguna medida para favorecer a los más necesitados: con su política están destruyendo la industria nacional y el trabajo de los argentinos”. Por último, afirmó que “el movimiento obrero tiene mucha paciencia pero se nos puede acabar”.

Esteban Castro, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, una de las organizaciones convocantes, sostuvo que “desde el 76 sufrimos la concentración económica y la transferencia de la toma de decisiones a los monopolios”. Reclamó unidad de acción entre todos los sectores del campo popular, y celebró que la CGT haya reconocido que “todos somos trabajadores”.

Schmid, a su turno, sostuvo que "está crujiendo el tejido social de la Argentina" y advirtió que si el Gobierno veta la ley de emergencia social y alimentaria, habrá un "escenario de mayor conflicto". "Hay mucha gente que está sufriendo, todos sabemos que estamos ante un país desigual", señaló el último orador de la marcha convocada por las organizaciones sociales y de la economía popular.

El triunviro Juan Carlos Schmid destacó la masiva movilización de los sindicatos de la CGT y los movimientos sociales hacia el Congreso para reclamar "no solo por la emergencia social sino también para que se terminen los despidos" porque "la crisis está golpeando a la puerta de millones de argentinos". "Esta no es una marcha más", sostuvo Schmid y advirtió que la central sindical está acumulando "el poder social que permita torcer el destino y la tristeza de millones de compatriotas y lo vamos a hacer negociando, pero también confrontando si fuera preciso".

El secretario general del Sindicato de Dragado y Balizamiento fue el encargado de cerrar la masiva movilización que copó la Plaza de los Dos Congresos y  frente a los miles de asistentes --a la izquierda del escenario, los movimientos sociales; a la derecha, los sindicatos de la CGT-- se hizo "eco de la voz de la Iglesia", reclamó por las tres "T" (techo, tierra y trabajo) enarboladas por el papa Francisco  y aseguró que "la marginación y la pobreza, son la medida de todo un sistema económico que ha fracasado".

El secretario general dela CGT advirtió que "nada permite asegurar una solución futura, porque los indicadores no dan tranquilidad para los millones de excluidos, los jubilados que cobran miseria ni los millones de jóvenes que no estudian ni trabajan", y reclamó la la promulgación de la ley de emergencia social. "Trabajo digno y salario justo quiere decir trabajo con sindicatos, con convenios colectivos, con seguridad social, con los derechos sociales que reclaman los compañeros que todavía no lo tienen".

Schmid sostuvo que "después de tres décadas de democracia, no hay macana ni cagada que no hayamos cometido para encontrarnos en esta situación" y aunque dijo no quería "poner el acento" sobre ninguna gestión de gobierno, habló de quienes "saquearon las conquistas y multiplicaron los pobres" en nombre del "peronismo o de no sé qué proyecto renovador". Exigió "a la clase política que salga detrás de los disfraces, que salga de la excusa de la herencia recibida y trabaje para una nueva argentina".

El sindicalista subrayó que el Consejo Directivo de la CGT "no tiene un balde en la cabeza" y agregó: "Lo que estamos haciendo es acumular el poder social que permita torcer el destino y la tristeza de millones de compatriotas. Lo vamos a hacer negociando, pero también confrontando, si fuera preciso". "De nosotros (los trabajadores registrados) depende recuperar esa mística, de nosotros depende tender una mano a las barriadas populares", añadió el secretario general del Sindicato de Dragado y Balizamiento.. 

Por último, Schmid volvió a invocar el discurso de la Iglesia y sostuvo que "el camino de la paz pasa por el desarrollo, pero no sólo el económico, sino el humano, de la gente de carne y hueso que tiene que ser beneficiaria de cualquier modelo de desarrollo".