La empresa Activision Blizzard, una de las creadoras de videojuegos más grandes del mundo, como Call of Duty, sigue acumulando repudios contra su director, Bobby Kotick, tras ser señalado por denuncias de discriminación y acoso a mujeres en el ámbito laboral. 

En esta oportunidad, Nintendo se sumó al listado de los gigantes de la industria gamer en manifestar sus preocupaciones luego de las acusaciones contra la empresa, como ya lo hicieron ejecutivos de Microsoft (Xbox) y Sony (PlayStation). 

“Estuve siguiendo los últimos desarrollos en Activision Blizzard y los continuos informes de acoso sexual y toxicidad en la empresa. Considero a estos hechos angustiosos y perturbadores. Van en contra de mis valores, así como de las creencias, valores y políticas de Nintendo”, alertó Doug Bowser, presidente de Nintendo of America.

Y agregó: “Todas las empresas de la industria deben crear un entorno en el que todos sean respetados y tratados como iguales, y donde todos comprendan las consecuencias de no hacerlo”. Si bien las informaciones surgidas durante la presente semana están centradas en la figura de Kotick, el origen del problema surgió meses atrás. 

El conflicto 

El pasado 21 de julio el Estado de California, a través del Departamento de Vivienda y Empleo Justo, presentó una demanda contra Activision Blizzard por acusaciones de acoso sexual y discriminación contra las mujeres que trabajaban en la empresa estadounidense. Las acciones legales surgieron tras una exhaustiva investigación que dejó en evidencia el mal ambiente laboral de la compañía. 

Ante los hechos, la propia empresa precisó en un email a su personal que más de 20 empleados de Activision Blizzard dejaron la compañía por aquellas denuncias. 

En agosto, el fabricante de videojuegos con sede en California había prometido revisar sus prácticas a raíz de las marchas de los empleados por la desestimación inicial por parte de la empresa de una demanda estatal que describía una "cultura dominante que replica las asociaciones estudiantiles de varones en el lugar de trabajo".

La empresa había indicado que aumentarían el equipo dedicado a vigilar el cumplimiento de las normas, mientras procesaban un creciente número de denuncias, con el objetuvo de "construir un lugar de trabajo más responsable"

Según la demanda presentada por el departamento de Empleo Justo y Vivienda de California, las mujeres constituyen el 20 por ciento del personal de Activision y "pocas acceden a cargos altos".  Además de mejorar las condiciones de trabajo, la empresa prometió revisar la forma en que presenta a las mujeres en sus juegos.

Ante tal escándalo, el 28 de julio Bobby Kotick, CEO de la compañía, ofreció una primera declaración, reconociendo que la postura inicial de Activision de minimizar los hechos había sido errónea. "Nuestra respuesta inicial al problema con el que todos tenemos que lidiar fue, francamente, desesperada". 

Y añadió: "Estamos tomando medidas rápidas para ser la empresa compasiva y solidaria en la que decidieron trabajar y para garantizar un entorno seguro. No hay lugar en nuestra compañía para la discriminación, acoso o trato desigual de ningún tipo. Haremos todo lo posible para asegurarnos de que juntos mejoremos y construyamos un lugar de trabajo inclusivo, que es esencial para fomentar la creatividad y la inspiración."

El reclamo de los inversores

Tras las denuncias, los accionistas tomaron cartas en el asunto y el 2 de agosto la firma Rosen Law, en representación de un grupo de inversores, interpuso una demanda contra Activision Blizzard, al acusar a la empresa de hacer "declaraciones falsas y/o engañosas y/o no divulgar detalles sobre la discriminación a mujeres y empleados pertenecientes a las minorías".

Asimismo, indicaron que que nunca se les informó que la empresa estaba bajo investigación desde hacía dos años. Su exigencia incluyó ser compensados por las pérdidas económicas que tuvieron en semanas posteriores a la denuncia, ya que el valor de las acciones cayó en picada tras conocerse la demanda.

Dieter Waizenegger, director ejecutivo del grupo inversor Strategic Organizing Center (SOC), dejó claro que la respuesta de Activision a la demanda fue "inadecuada", al tiempo que mencionó que las promesas de la compañía están "lo suficientemente lejos como para abordar los problemas profundos y generalizados sobre la equidad, la inclusión y la gestión del capital humano".

La denuncia de The Wall Street Journal 

Por su parte, The Wall Street Journal (WSJ) publicó la semana pasada un reporte en el cual señalaba que Bobby Kotick conocía perfectamente las denuncias de acoso sexual y discriminación en Activision.

Además, reveló que "durante años, el propio Kotick había sido acusado por varias mujeres de conductas inapropiadas dentro y fuera del lugar de trabajo, y en algunos casos ha maniobrado para resolver las quejas rápida y silenciosamente".

El medio informó que durante 2006 Kotick acosó y amenazó de muerte a una asistente por medio de un mensaje de voz y que, un año más tarde, el directivo fue demandado por despedir injustificadamente a una asistente de vuelo —de su jet privado— que lo acusó de acoso sexual. En 2008 se selló un acuerdo extrajudicial que contemplaba un pago de 200.000 dólares a la denunciante.

El mismo medio también informó acerca del caso de una empleada de Sledgehammer Games, quien denunció haber sido violada por un supervisor en 2016 y 2017, y que Kotick jamás informó lo sucedido a la junta directiva.

En 2017, Dan Bunting, codirector de Treyarch (Call of Duty: Black Ops), fue acusado de acoso sexual por otra empleada. Aunque una investigación interna determinó la culpabilidad del susodicho, Bobby Kotick intervino para que no fuera despedido. Bunting dejó Treyarch el 17 de noviembre tras una ola de críticas en su contra.

Otros casos similares ocurrieron durante 2020, cuando empleadas de la división de Esports de Activision denunciaron actos de agresión sexual y discriminación por parte de supervisores. Kotick fue notificado de lo ocurrido mediante un correo electrónico, pero no actuó de forma contundente. En lugar de despedir a los agresores, se les envió a charlas sobre diversidad.

La investigación de WSJ provocó que un grupo de inversores solicitara la renuncia de varios directivos, incluyendo la del CEO: "Bobby Kotick estaba al tanto de muchos incidentes de acoso sexual, agresión sexual y discriminación de género en Activision Blizzard, pero no se aseguró de que los ejecutivos responsables fueran despedidos ni reconoció la naturaleza sistemática de la cultura hostil en el lugar de trabajo de la empresa."

"Después de las nuevas revelaciones, está claro que el liderazgo actual falló repetidamente al mantener un lugar de trabajo seguro. Es una función básica de su trabajo. Activision Blizzard necesita un nuevo CEO, presidente de la junta y director independiente principal con la experiencia, las habilidades y la convicción para cambiar verdaderamente la cultura de la empresa. Realmente necesitamos tener un botón de reinicio", concluyeron los inversores.