"En una época tengo una pelea con un jefe de la policía, que es (Daniel ) Corbellini. Yo le daba dinero porque entre él y (José Luis ) Amaya manejaban todo, la parte de juego de lo que sea la provincia, y después repartirían con los distintos estamentos. Pero acá sí funcionó y prosperó es porque los grandes manejadores del tema eran Corbellini y Amaya. Y era toda una lucha, una pelea porque la parte de pago de lo que quiere cobrar la policía si vos le dabas cinco, ellos querían 15 o 20. Uno se puso firme y no le quise dar lo que ellos querían y a partir de ahí, yo me quise retirar y el tipo hizo una investigación la cual se la pasó, se la facilita a (el fiscal de Melincué Matías) Merlo, porque la que hace la investigación es la PDI porque él era jefe de PDI, entonces viene con una serie de allanamientos para hacerme Merlo, en lo cual aparece en Rosario solicitando el allanamiento de no sé cuantos lugares que querían poner como que eran míos y no eran míos, inclusive hacía una semana o quince días que ya habían sido allanados esos lugares por la Fiscalía y eran otros esos lugares, entonces a Merlo la jueza que se llamaba Carrara en muy buen proceder le deniega los allanamientos". Este es un textual de la declaración del capitalista de juego ilegal Leonardo Peiti , que contiene muchos datos que exigen investigaciones: entre otros, la voracidad policial en busca de sobornos y “ayudas”, en lo que destacó el rol de los comisarios José Luis Amaya, como jefe de la policía provincial y  Daniel Corbellini jefe de la Policía de Investigaciones, un jefe policial elegido recurrentemente por el entonces ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro. Peiti afirma en uno delos tramos que una de las investigaciones en su contra resurgió como una vendetta de Corbellini cuando Peiti interrumpió el pago periódico de coimas. La ecuación económica del juego clandestino cambió en enero de 2017 cuando el juego ilegal deja de ser una falta, una contravención y pasó a ser un delito penal, y es cuando empiezan a actuar las fiscalías. Este delito tiene una pena más grave entonces la policía le pedía más dinero por más protección porque el negocio había cambiado, y ahora Peiti podía ir efectivamente preso. Para el fiscal Matías Edery antes la protección era policial y pasó a ser una protección judicial, que necesitaba una cobertura fiscal y la encuentra con la relación entre el senador Armando Traferri y el fiscal Patricio Serjal". Lo que queda claro es que el negocio del juego clandestino pasó de ser la caja policial a otras cajas, la judicial y la caja política. La franqueza de Peiti tiene su epítome cuando confiesa que "si tenía que pagarle a todos, este negocio deja de ser rentable" 

Es justamente esta encerrona policial la que le hace dar el paso en falso que haría caer parte de su imperio: La ligazón con sus protectores de la Fiscalía Regional de Rosario, Patricio Serjal y Gustavo Ponce Asahad.

Gustavo Ponce Asahad y Patricio Serjal, los fiscales acusadois por corrupción.

Peiti continúa relatando en su declaración de setiembre de este año que "en esa época cuando yo tenía llegada con Traferri los llamó a estos muchachos, a Serjal y a Ponce. El Hombre, Pipi, ha tenido un núcleo de poder muy grande en la provincia y creo que él ha injerido para que Serjal sea Fiscal Regional. Entonces le pide que me cuide y que no deje que me hagan ninguna camita, que no me ensucien porque para llegar a acceder lo que nosotros buscábamos (la legalización oficial del juego on line)  necesitábamos tener libre antecedentes, entonces ante la situación de gravedad que uno estaba por recibir una serie de problemas ahí yo se que puede haber injerido. Después de eso aparece Ponce Asahad en la película me llama me cita y nos juntamos y ahí me empieza a ofertar diciéndome que le cumpla un dinero mensual que él me protege, que me va a cuidar y que va a arreglar todos los problemas que yo tenía. Y fue el peor error de mi vida porque cuando yo salgo en televisión después empiezo a recibir coacciones y yo todo se lo iba comentando a Ponce Ashad, y generé una reunión con Serjal y todos me recomendaron que no denuncie, que me maneje con ellos y le pasé al teléfono que me dió Ponce Asahad todas las capturas de pantalla pensando que el día de mañana no se me vincule con esta clase de extorsionadores (Los Monos que le habían baleado una propiedad en calle Servando Bayo) porque yo nunca extorsioné a nadie ni robé a nadie". 

Fue entonces que los fiscales consultaron "¿cuánto le pagaba, con qué frecuencia y donde le llevaba el dinero a Corbellini?". "La mayoría de las veces me mandaba a un gordo que se llamaba  (Jorge)  Fello, que tengo entendido murió (falleció en noviembre de 2018)  Me acuerdo que en una oportunidad me pasó a buscar Fello por La Distinción y fuimos al estacionamiento del Alto (shopping). Hubo varios encuentros, no son fáciles de corroborar después de tanto tiempo que ha pasado. Pero me acuerdo que una vez en el estudio de El Gallego Tortajada, por calle Zeballos, una vez vino Corbellini para hacer una reunión para coordinar para hacer número. Las veces que yo no podía ir le dejaba la plata al Gallego Tortajada y ellos pasaban por ahí porque confiaban en el Gallego. Aproximadamente 50.000 por semana" confesó Peiti .

Según la investigación, la cúpula policial de la provincia recibía coimas. Amaya fue jefe de la policía provincial entre abril de 2016 y febrero de 2018, cuando anunció que se retiraba “totalmente tranquilo” porque no tenía nada que ocultar; el subjefe que lo acompañó hasta octubre de 2017, José Jorge Alberto Pérez, fue acusado por recibir sobornos de David Perona, el capitalista de juego clandestino de Rafaela. El juego clandestino no se le escapaba a esta policía que se enorgullecía “de haber mucho en pos de la sociedad”, según su titular.

El capitalista de juego reseñó que "cuando cambió la ley, ( en enero de 2017)  se puso como delito (el juego, antes era una contravención), dejé de hacer lo que sean arreglos con la policía y todo lo demás. Siempre me manejé con Corbelini y con Amaya. Ellos manejaban las cosas y después los distintos actores de distintos lugares que explotaban el juego arreglaban con la policía local de cada ciudad".

En su declaración Peiti también reconoció aportes a un policía retirado de la fuerza, que lidera una organización policial sin reconocimiento oficial, y que cuenta con una página de noticias sobre seguridad. El fiscal Luis  Schiappa Pietra preguntó: "Al señor  Alberto Martínez lo conoce? " Si lo conozco -contestó Peiti- me vino a ver varias veces para que colabore, el decía que era miembro de la Apropol, y yo siempre colaboré. Lo habré visto en Río de Janeiro y Mendoza, en el bar de Babilonia, si lo vi en otro lado no recuerdo, entre el 2017 y el 2019. No recuerdo una fecha precisa".

 Para develar la importancia de este testimonio en sus conclusiones los fiscales del caso reconocieron que "en relación a las investigaciones de los distritos de Melincué y Rafaela, Peiti también aportó datos relevantes, reconoció el rol y la función de los distintos integrantes de la asociación. Reconoció vínculos con empleados policiales jerárquicos. Su declaración permitió comprender el funcionamiento integral de la asociación que organizaba Peiti".

"Esa asociación ilícita -continúan- contaba además con distintos componentes, a saber: una red de personas que contribuyen al regenteo de las casas de juego (casinos clandestinos) y/o comercios donde se captan apuestas de forma ilegal; personas a cargo de la recaudación del producido de esos lugares; personal policial que aseguraba la continuación del negocio y omitía investigar los delitos; profesionales de distintas ramas que asesoraban a sabiendas de la ilicitud del objeto del negocio y procuraban la continuación del mismo evitando ser alcanzados por los controles administrativos y el sistema de justicia en sus diversas esferas".

La declaración del imputado colaborador también revela que los capitalistas del juego clandestino apostaron por el actual oficialismo en las elecciones provinciales de 2019, ya que David Perona habría hecho aportes para la campaña y Peiti los efectuó como una inversión a cuenta de las ganancias que proyectaba: “Él (Traferri) dijo que tenía todo armado con Perotti, para que gane Perotti, y entonces supuestamente yo lo fui ayudando, colaborando y habré puesto para la campaña algo más de 200.000 dólares, en varias entregas”.

Peiti dejó deslizar cierto rencor hacia sus antiguos contactos en la política: “me corrieron a un costado”, dijo respecto de la concesión del juego on line al grupo Boldt. “Si yo colaboré para la campaña de Perotti lo hice pensando en que iba a conseguir el mejor negocio de mi vida”, agregó.

En la clínica de salud mental donde permanece detenido, Peiti siente que es el único perjudicado y hace pronósticos sombríos sobre el futuro. “El pato de la boda soy yo. El negocio va a estar toda la vida, solo va cambiando de dueños”, dice. 

Cabe apuntar que ya hay dos datos sugestivos en esta causa: Jorge Fello, uno los jefes de la PDI y  recaudador según Peiti, murió de un ataque al corazón repentinamente. En tanto David Perona, el zar del juego en Rafaela, falleció víctima del Covid internado en su ciudad. Sobre su destino final se han tejido especulaciones, que hasta el momento , no han podido ser corroboradas.