Estados Unidos confirmó este lunes que no enviará ningún representante diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, en China, como protesta por los "abusos de los derechos humanos" en el gigante asiático, aunque los atletas estadounidenses sí participarán en la cita.

"La administración (del presidente estadounidense Joe) Biden no enviará ninguna representación diplomática ni oficial a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Pekín 2022", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.

Psaki atribuyó la decisión al "genocidio y los crímenes contra la humanidad que persisten en (la región noroccidental china de) Xinjiang, así como otros abusos de derechos humanos" en China.

"Los atletas del equipo de Estados Unidos tienen nuestro apoyo completo, y los estaremos apoyando desde casa, pero no contribuiremos a la fanfarria de los Juegos", precisó.

El boicot diplomático, que ya habían adelantado varios medios estadounidenses, busca "enviar una señal clara" de que no se puede tratar como "algo normal" la situación de derechos humanos en China, donde hay "abusos atroces", indicó Psaki.

Al mismo tiempo, la Casa Blanca ha decidido no prohibir la participación de sus atletas, algo que habría supuesto un boicot completo a los Juegos, porque no quiere "penalizar" a los deportistas que llevan meses o años entrenando para prepararse para la cita olímpica.

El Gobierno chino ya indicó la semana pasada que no tenía previsto invitar a políticos de Estados Unidos a los Juegos, aunque el Comité Olímpico Internacional tenía la última palabra en cuanto a esa posibilidad.

La decisión de Biden recuerda, aunque mucho menos drástica, a la que tomó en 1980 el entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter (1977-1981), quien anunció un boicot completo a los Juegos Olímpicos de verano en Moscú, en respuesta a la invasión soviética de Afganistán.

Eso implicó que los deportistas estadounidenses y de muchos otros países, incluida la Argentina, no pudieron participar en los Juegos, al contrario que en esta ocasión.

China ya venía en el ojo de la tormenta deportiva por la situación de la tenista Peng Shuai, que derivó en la suspensión de todos los torneos que se jugarían en 2022 en el país asiático por parte de la WTA.