Con la presencia de los tres policías porteños procesados por el asesinato de Lucas González, este martes se realizó la reconstrucción del crimen del chico de 17 años. En las calles de Barracas, los vecinos y vecinas del barrio recibieron a los agentes Gabriel Isassi, José Nieva y Fabián López al grito de "asesinos". La diligencia se dividió en tres etapas, en las que Julián y Joaquín, dos de los tres chicos que viajaban con Lucas el 17 de noviembre, detallaron paso a paso cómo la brigada de civil los interceptó y baleó en el cruce de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield. También reconstruyeron la escena de sus detenciones ilegales en Alvarado y Perdriel, donde una nueva testigo relató el momento en que fueron esposados por los efectivos imputado por el encubrimiento del crimen. En tanto, también participó de la reconstrucción el testigo clave que presenció el momento de los disparos y que ya había declarado ante la Justicia.

La primera etapa de la reconstrucción se inició donde se interrumpió el miércoles pasado, luego de que el juez Martín del Viso hiciera lugar al pedido de la defensa de los tres detenidos para que la diligencia no continuara sin su participación. El Volkswagen Suran "mellizo" del que la mañana del 17 manejaba Julián partió este martes del kiosko de Iriarte y Luna, donde los chicos pararon a comprar jugo y los policías dijeron haberlos encontrado en "actitud sospechosa". A marcha lenta, manejados por agentes de la Policía Federal, el Suran y el también "mellizo" Nissan Tiida de la brigada avanzaron por Iriarte recreando la persecución inicial. A su lado, en una camioneta del Servicio Penitenciario Federal, Isassi, Nieva y López acompañaban la diligencia. 

"Asesinos", "van a pagar", gritaban los vecinos y vecinas de Barracas mientras el vehículo avanzaba. Los gritos continuaron cuando, en Vélez Sarsfield e Iriarte, el lugar de la balacera, descendieron de la camioneta los tres procesados por el "homicidio doblemente agravado por alevosía y por ser cometido por policías abusando de sus funciones" de Lucas y el intento de asesinato de sus tres amigos. También bajaron allí los seis imputados por el encubrimiento posterior. Los nueve estaban esposados y separados de los chicos por un cordón policial. No intervinieron en la reconstrucción, aunque sus defensas sí realizaron preguntas a los testigos. 

Pasadas las 10.40 de la mañana, el Nissan imitó la maniobra de intercepción sobre Iriarte, llegando a la calle Luzuriaga, junto al Parque Leonardo Pereyra. Allí, Julián y Joaquín --que tenía una remera que decía "Justicia por Lucas"--, volvieron a indicar ante el fiscal Leonel Gómez Barbella que la brigada de civil no se identificó, que no hizo sonar la sirena ni dio la voz de alto, y que en todo momento pensaron que los estaban asaltando. También reconstruyeron el momento de la balacera. 

"Fue muy duro en todo sentido. Los chicos se quebraron y fue muy doloroso. Tuvieron la fuerza de llevar adelante la reconstrucción, de ir adelante en busca de la verdad. Nos dieron una demostración de grandeza para que se haga justicia por Lucas", dijo Javier, el padre de Julián, tras la reconstrucción. Los padres de Lucas decidieron no participar en esta oportunidad. Tampoco lo hizo Niven, el otro chico que viajaba en el Suran. 

Además de la palabra de Joaquín y Julián, en Vélez Sarsfield e Iriarte también participó Nicolás, el testigo clave que ya había declarado ante la Justicia. Por la mañana del martes ratificó su testimonio. Dijo que el Nissan se atravesó al Surán llegando a Luzuriaga, que los agentes se bajaron ya con las armas desenfundadas, y que cuando los chicos aceleraron, la brigada disparó. Aunque aún no se pudo determinar de qué arma partió la bala que mató a Lucas, Gregorio Dalbón, abogado de las familias, sostuvo que "no importa de quién salieron los tiros. Ese día, en ese lugar, había tres policías que estaban tirando y cuatro chicos que estaban en un auto. Se consideran coautores a todos los que tiraron”. 

Nicolás, que recibió preguntas de las defensas de los procesados, reafirmó que la brigada no se identificó, por lo que él también creyó que se trataba de un robo. Después, relató el testigo, los chicos lograron escapar por Luzuriaga hasta Alvarado y Perdriel, donde finalmente los otros agentes imputados los detuvieron. La tercera etapa de la reconstrucción siguió entonces por la calle Luzuriaga. Julián volvió a relatar allí cómo manejó el Suran con su amigo ya baleado en la cabeza y recostado sobre él

Los chicos recordaron que habían hecho poco más de una cuadra cuando Joaquín y Niven bajaron para correr a pedir auxilio. Ya en Alvarado y Perdriel, relataron cómo fueron detenidos ilegalmente y esposados boca abajo contra el piso. Mientras se realizaba la reconstrucción, los chicos vieron a una vecina que también había estado en el momento de la detención. El fiscal la invitó a dar testimonio y ella confirmó el modo en que los chicos fueron aprehendidos. 

Por último, también allí tomó la palabra Ricardo, el padre de Joaquín, el primero en llegar al lugar después de que su hijo le enviara un audio de WhatsApp para decirle que les habían querido robar y que habían baleado a su amigo. El hombre contó que al llegar encontró a los chicos ya detenidos como "delincuentes", y que de inmediato avisó a Mario, el papá de Lucas, que su hijo estaba internado en el Hospital Penna. 

En tanto, en las últimas horas se incorporó a la causa el testimonio de otra vecina de Barracas, que también presenció el momento de la balacera. "Mi hija estaba dando un parcial y como no podía acceder a esta parte de la casa, fui a la terraza. Cuando estaba llegando al último escalón de la terraza, escucho cinco tiros, una pausa y tres más", recordó la testigo. "Logro sacarla a mi hija del parcial y nos vamos, cuando escucho los gritos de ‘ayuda, ayuda, nos balearon, ayuda, ayuda nos balearon’", contó, y aseguró que llamó al 911 para alertar sobre lo ocurrido. Ante la pregunta del fiscal sobre si antes de los disparos "escuchó sirena u algún otro ruido que le llamara la atención", la mujer respondió que no.