El vicejefe de Gobierno y jefe de campaña del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, Diego Santilli, reconoció que la alianza gobernante, que en la Capital Federal irá con Elisa Carrió a la cabeza, no podrá utilizar el sello de Cambiemos, por el rechazo del radicalismo, cuyo comité local sigue sosteniendo la candidatura del ex embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau, quien reclamó dirimir las precandidaturas en las PASO.

En una entrevista con la agencia oficial Télam, Santilli dijo que "más adelante, después de la elección, se verá de construir" un frente único con el radicalismo porteño y se entusiasmó con la ilusión de alcanzar la mayoría absoluta, de 33 diputados en la Legislatura porteña.

“Usaremos un nombre que nos identifique al PRO, la Coalición (Cívica), el PDP (Partido Demócrata Progresista), Unión por la Libertad (de la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich), Fe (del “Momo” Venegas), todos los partidos que nos vienen acompañando. (…)  Lo importante es lo que se va a discutir este año, que es la consolidación del cambio”, afirmó Santilli, quien admitió que en la Ciudad de Buenos Aires “no se logró” conformar Cambiemos.

Aunque el vicejefe de Gobierno denunció que en la Ciudad los radicales “siempre se quisieron diferenciar”, afirmó que la estrategia electoral del PRO será “un trabajo conjunto con Nación, Ciudad y Provincia (…) con los matices de cada uno de los distritos”.

Luego de afirmar que su ADN “es peronista pero mi familia es el PRO”, Santilli sostuvo que el peronismo tiene por delante el mismo desafió que enfrentó el PRO en 2003 después de perder la segunda vuelta en la Ciudad, “evolucionar”.

En otro orden, Santilli dijo que cuando el ahora detenido José Potocar fue nombrado jefe de la Policía de la Ciudad, "no había ninguna sospecha contra él”. A pesar de que su designación fue presentada como parte de una política integral de seguridad en la Ciudad, el ahora renunciado ex jefe de la policía local, acusado de ser el líder de una asociación ilícita que exigía dinero a comerciantes de Núñez y Saavedra a cambio de protección, solo duró en su cargo 102 días.