Estudiantes secundarios de la Ciudad de Buenos Aires se pronunciaron en contra del anuncio de Horacio Rodríguez Larreta sobre las prácticas laborales obligatorias para egresar de la escuela secundaria. "A nuestra educación no se la cambia con trabajo. Las medidas tienen que ser consultadas con nosotros que somos quienes las vamos a transitar", dijo a Página/12, Luana Pereyra, secretaria general del centro de estudiantes de la escuela Julio Cortázar. La Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) también cuestionó la falta de diálogo del gobierno porteño con la comunidad educativa.

"Secundaria del Futuro" es el título que utiliza el gobierno porteño para darle marco a esta nueva iniciativa que implica “prácticas educativas en el ambiente laboral”, obligatorias en escuelas públicas y privadas, y que serán parte de la cursada necesaria para aprobar y egresar del ciclo medio.

Los estudiantes agrupados en la CEB difundieron un comunicado en el que destacaron que el anuncio del gobierno porteño "es una medida que no fue comunicada directamente" y que deja "una enorme cantidad de baches pedagógicos y sobre todo, otra vez nos impide el espacio de diálogo a las comunidades educativas para poder debatir realmente que necesita la educación".

"Es puro marketing político lo que hace el Gobierno de la Ciudad. Ellos hablan de la educación del futuro pero en tiempos de pandemia no nos dieron la conectividad que necesitábamos y con esta iniciativa se apunta a una profunda precarización laboral de los más jóvenes", afirmó Pereyra. Y añadió: "Nos quejamos de las pocas políticas del empleo joven y esta no viene a ser una solución concreta. Entendemos que no es una experiencia educativa sino que es mano de obra barata".

Ian Villala, delegado del centro de estudiantes del colegio "Antonio Devoto", calificó a esta nueva iniciativa como "nefasta". "En general la juventud ya sufre la precarización laboral porque al salir del secundario se le dificulta mucho conseguir un trabajo en blanco. Y ahora, no solo nos quieren seguir precarizando sino que además lo hacen desde antes porque imponen una obligatoriedad. Es algo completamente nefasto que tengamos que salir a laburar para aprobar el secundario cuando tiene que ser todo lo contrario", expresó.

Además, Villala recordó que el gobierno porteño venía intentando imponer esta reforma desde el 2017 pero se frenó debido a la fuerte resistencia y lucha de la comunidad educativa. "En aquel momento hubo un alto nivel de resistencia que no se pudo aplicar. Los distintos colegios hicimos cortes y tomas en contra de la aplicación de esta reforma", recordó.

Entre los estudiantes también hay incertidumbre sobree cómo se llevarán a cabo las prácticas laborales obligatorias y cuál será su articulación con las propuestas pedagógicas. "¿Qué relación va a tener la práctica laboral con nuestra orientación? La educación que yo recibo está vinculada con lo artístico. ¿Entonces va a ver pasantías en el ámbito cultural? Son cuestiones que quedan poco claras por la forma de comunicación escasa y especulativa que tiene el Gobierno de la Ciudad", señaló a este diario Zoe Varela, secretaria general del centro de estudiantes de la Escuela de Teatro Niní Marshall.

"Ellos destacan el acceso al nuevo trabajo y a las nuevas tecnologías y te hablan de la educación del futuro pero desmantelaron el plan Conectar Igualdad --advirtió Varela--. No hicieron nada para que esa nueva educación funcione."