Dos policías y otras 21 personas fueron detenidas ayer por la venta de alimentos y mercadería vencida que recolectaban de los rellenos sanitarios de la Ceamse, en el partido bonaerense de San Martín. El procedimiento de la banda consistía en juntar los productos del basural y luego modificarles la fecha de vencimiento para comercializarlas en negocios de la zona. Los imputados, entre ellos un agente de la Policía Bonaerense y otro de la Ciudad de Buenos Aires, fueron detenidos luego de 36 allanamientos en los partidos de Malvinas Argentinas, Tigre, Pilar y José C. Paz. Ceamse se desligó a través de un comunicado, en el que responsabilizó a las cooperativas que trabajan en el basural. 

El operativo implicó allanamientos en cuatro galpones de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse). Se realizaron allanamientos también en las localidades de Pablo Nogués y Grand Bourg, de Malvinas Argentinas, El Talar de Pacheco, de Tigre, Villa Astolfi, de Pilar, y en distintos puntos de José C. Paz. 

La investigación policial apunta a una organización clandestina dedicada a la recolección de alimentos, remedios y otras mercaderías que se pueden encontrar en el relleno sanitario de San Martín, que luego de modificarles las fechas de vencimiento y cambiar las etiquetas, los vendían en distintos comercios del conurbano bonaerense. Entre los productos secuestrados en los allanamientos se encontraron golosinas y otros comestibles, calzados deportivos y artículos de limpieza. 

Por medio de un comunicado, voceros de la Ceamse responsabilizaron a participantes de las cooperativas por fraguar los alimentos y las mercaderías. “Estas plantas hace más de una década desarrollan tareas de separación y clasificación de residuos sólidos bajo la forma de autogestión no sólo con la finalidad de inclusión social sino de contribución a la más adecuada gestión ambiental”, dice el comunicado. Además aseguraron que continuarán trabajando con estas organizaciones ya que “dan sustento a aproximadamente 700 familias”. 

Por su parte, el gerente operativo de Seguridad Alimentaria de la Agencia Gubernamental de Control porteña, Gastón Dieguez, aseguró que la única forma de que esto haya ocurrido fue el incorrecto desecho de la comida vencida por parte de los comercios. “Supermercados o pequeños locales tienen la obligación de destruir los alimentos que no logran vender, ya sea ellos mismos o a través de empresas especializadas, justamente para evitar que puedan volver a ser reintroducidos en el circuito de comercialización”, detalló Dieguez. El gerente del organismo explicó que los productos enlatados vencidos “pueden llegar a producir enfermedades importantes como el botulismo”, mientras que “los lácteos o cárnicos pueden dar lugar a cualquier tipo de enfermedad bacteriana producto de su descomposición o pérdida de la cadena de frío”.