¿Aguafuertes? ¿Postales enviadas desde el barrio de Boedo? ¿O ficciones mestizas, infiltradas por un feminismo reo y rioplatense? ¿Son crónicas maquilladas? Como si fuera una receta preparada al fuego lento de la lengua, un poco de todo eso se convoca en Necias y nercias, el nuevo título de Ana Ojeda (Buenos Aires, 1979). “Es un libro de relatos cuya espina dorsal son las pequeñas inercias que habitan nuestros días, es decir, la manera en que vivimos el amor, el paso del tiempo, la familia, las pasiones”, cuenta la autora. Contra muchas de esas inercias cotidianas que desinflan los procesos creativos varios personajes de las historias dan cómicas batallas reflexivas. En “Viento en contra”, la protagonista encuentra tiempo para escribir cuentos a “la hora de la impunidad”, mientras pareja y párvulo duermen el sueño de los hombres justos. La voyeur de “Masonería” observa con distancia el protagonismo de un colega, flamante autor de literatura para chicas. En un relato protagonizado por una caravana de “nuevos” narradores, mientras Rosalba sueña con una literatura femenina que ancle en temáticas universales, le toca ser testigo de escenas de celos que cruzan fronteras provinciales.

Inertes necedades, entonces, aparecen insinuadas con distancia crítica y, algo infrecuente, mucho humor en ambientes urbanos de la pequeña burguesía ilustrada. “Ver una mujer en bicicleta es una golosina para las fauces del varón, que saliva ante la perspectiva. O porque es gorda y su gracioso culo se derrama sobre el disminuido sillín. O porque es delgada y musculosa y avanza con confianza y experiencia a la velocidad del viento”; observaciones como ésta pueblan los relatos de Ojeda, suerte de etnógrafa con base en el barrio de Boedo. “Toda mi literatura transcurre en Boedo, un barrio con tradición literaria –señala–. A partir de la década de 1920 tuvo imprentas, revistas y un grupo literario que se identificó con el barrio y propuso una discusión sobre los vínculos entre la literatura y la política.” La escritura literaria como oficio improbable, sobre todo para las mujeres, asume la forma de querella grotesca en los cuentos. “La única boedista mujer, Clara Beter, era en realidad César Tiempo (Israel Zeitlin) –agrega Ojeda–. Hoy en día, Boedo sigue siendo un barrio muy literario. Fabián Casas creó una literatura en la que Boedo es central; la editorial Eloísa Cartonera tiene su sede en Boedo; el escritor Leonardo Sabbatella y Zabo Nicolás Zamorano y Tálata Rodríguez, poetas, son del barrio. En este contexto, soy apenas una más.”

La mayoría de los veinte relatos de Necias y nercias están protagonizados por personajes femeninos. En los pocos casos en que eso no ocurre, como en “Etiquetas”, madres porfiadas secundan a los héroes que, como se sabe, los hijos siempre deben encarnar. Los cuentos de Ojeda se amparan en una red de lazos familiares que sofocan y estimulan al mismo tiempo a las protagonistas, tan atribuladas como lúcidas. En “Descendencia”, se brinda una clave de acceso a la identidad narrativa que, bajo distintas máscaras, se postula una y otra vez: “Podría decirse hija y nieta o abuela y madre o madre y madre, o hija e hija y así hasta el infinito, en una monstruosa proliferación de relaciones”. 

“Diría que la voz narradora se asume abiertamente como mujer y eso, por increíble que parezca, le da una cualidad de ‘rara’ –dice Ojeda, autora de tres novelas y otros tantos libros de cuentos y poemas en prosa–. Desde hace un tiempo, me pregunto acerca del impacto del #NiUnaMenos en la literatura (y en mi escritura) y veo que se manifiesta como la asunción de una voz en femenino, que ya no se subsume en el masculino inclusivo (otra inercia). Eso aporta un matiz más a una literatura enorme, en sus tonos y formas, como la del Río de la Plata.” Hilaridad poco contenida, erotismo sin estilizaciones y un regodeo casi procaz con el lenguaje comparten el podio de atributos del nuevo libro de Ojeda, que obtuvo la primera mención especial del premio Indio Rico-Estación Pringles 2014. ¿Cuál es la próxima posta en su recorrido? “Estoy escribiendo una especie de novela medieval de caballerías ambientada en la ciudad de Buenos Aires, con párrafos y párrafos enteros rimados ?anticipa?. Veremos qué sale.”

Necias y nercias

Ana Ojeda

Modesto Rimba