Rusia estimó que existe una "posibilidad" de resolver la crisis ucraniana gracias al diálogo con los países occidentales y anunció el fin de algunas maniobras militares, en medio de una crisis sin precedentes desde la Guerra Fría. En cambio, el gobierno de Estados Unidos aseguró este lunes que no ha visto "ninguna señal concreta" de desescalada por parte de Moscú. Con los temores ante una posible invasión de Ucrania en aumento, el canciller alemán, Olaf Scholz, instó a Rusia a aprovechar las "ofertas de diálogo" para desactivar la crisis. Scholz se encuentra de visita en Kiev y el martes tiene previsto viajar a Moscú para reunirse con Vladimir Putin.

Rusia se muestra abierta al diálogo

Tomando distancia de las declaraciones ofensivas de los últimos días, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, consideró el lunes que "existe una posibilidad" de "resolver los problemas". La vía del diálogo "no se ha agotado, pero tampoco puede durar indefinidamente", agregó Lavrov, subrayando que Rusia está dispuesta a "escuchar contrapropuestas serias".

"Está bien", consintió Putin desde la cabecera de una larga mesa de reuniones, separado varios metros de Lavrov por medidas de precaución sanitaria, según indicaron desde el Kremlin. El presidente ruso se interesó sobre si estaba preparada la respuesta a las propuestas de Estados Unidos y la OTAN a las demandas de garantías de seguridad, entre las que se cuenta la exigencia de que ni Ucrania ni ninguna otra antigua república soviética forme parte de la alianza atlántica. Lavrov replicó que el documento de respuesta, de diez páginas, ya fue redactado.

Ucrania a favor de sumarse a la OTAN

Rusia, que ya se anexionó la península de Crimea en 2014 y apoya los separatistas armados prorrusos en el este de Ucrania, niega cualquier intención de invadir a su vecino, pero vincula la desescalada a una serie de exigencias, empezando por la garantía de que la OTAN no admitirá a Ucrania como miembro. "Creemos que la adhesión a la OTAN garantizaría nuestra seguridad y nuestra integridad territorial", aseguró Zelenski en ese sentido. 

Los países occidentales consideran que las peticiones rusas son inaceptables, pero proponen aumentar el campo de diálogo y extenderlo a otros temas como el control del armamento. Mientras siguen a la espera de algún hipotético avance en el ámbito diplomático, en el sudeste de Ucrania, cerca de la línea fronteriza con los separatistas prorrusos, la población se ha empezado a movilizar por si se llegara a producir un ataque. "Estamos cavando trincheras a las que los soldados ucranianos puedan saltar fácilmente y defenderse", explicó Mijailo Anopa, de 15 años.

Zelenski decretó este lunes una "jornada de unidad" para el próximo miércoles, que según los medios sería la posible fecha de un ataque ruso. "Nos han dicho que el 16 de febrero será el día del ataque. Lo convertiremos en una jornada de unidad", dijo el presidente ucraniano en un discurso a la nación, en el que pidió a sus ciudadanos que ese día cuelguen la bandera nacional y muestren los colores azul y amarillo del país.

En Kiev, en cambio, no se percibía ninguna sensación de pánico. Pero Yuri Fedinski, un músico de 46 años, decidió marcharse del este del país, rumbo a Estados Unidos, junto a su mujer embarazada y sus cuatro hijos."Nos los llevamos a aprender inglés en una escuela estadounidense, una alternativa a lo que Putin querría para Ucrania", declaró Fedinski desde el aeropuerto de Kiev.

Alemania amenaza con sanciones

Durante su viaje a la capital ucraniana, Scholz, que no comentó las últimas declaraciones del gobierno ruso, advirtió que "nadie debe dudar de la determinación y de la preparación de la Unión Europea" para reaccionar en caso de un ataque por parte de Rusia.

"Tomaremos medidas de gran envergadura que tendrán repercusiones importantes en las posibilidades de evolución económica de Rusia. Eso es lo que subrayaré mañana en Moscú", alertó el canciller alemán. "La actividad militar en la frontera ucraniana no tiene ninguna justificación para nosotros. No hay motivos razonables para tal despliegue militar", puntualizó.

Scholz señaló además que Zelenski le prometió presentar los proyectos de ley sobre el estatus especial y las elecciones electorales en los territorios secesionistas del Donbass, donde desde 2014 se enfrentan los separatistas prorrusos apoyados por Moscú y el Ejército ucraniano.

Johnson y Biden, entre la "crisis prolongada" y la "ventana diplomática"

En paralelo el primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvieron este lunes un diálogo telefónico en el que ambos anticiparon una "crisis prolongada para Rusia" si invade territorio ucraniano. Un ataque provocaría daños de "largo alcance" tanto para Moscú como para el resto del mundo, remarcaron ambos mandatarios, según informó un vocero de Downing Street.

Johnson y Biden se mostraron al mismo tiempo convencidos de que aún se mantiene abierta una "ventana" diplomática "crucial" para rebajar la tensión en Ucrania. "Los aliados occidentales deben permanecer unidos ante las amenazas rusas" y respaldar un "paquete de sanciones significativas" en caso de que el Kremlin lance un ataque en territorio ucraniano, sostuvieron.

Ambos líderes indicaron que los países europeos deben reducir su dependencia del gas ruso, un movimiento que "más que cualquier otro, golpearía el centro de los intereses estratégicos de Rusia". Previamente, Johnson había considerado que Rusia podría invadir Ucrania "en cuestión de 48 horas" e instó al presidente Putin a alejarse del "precipicio".

El gobierno de Estados Unidos aseguró este lunes que no observa "ninguna señal concreta" de desescalada. "Necesitamos que haya desescalada para que avance la diplomacia", remarcó Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, en rueda de prensa. 

Consultado acerca de los comentarios de Lavrov en cuanto a las posibilidades de un acuerdo con Estados Unidos y la OTAN sobre "asuntos clave" de las garantías de seguridad que demanda Moscú, el funcionario estadounidense remarcó su escepticismo. "Si a las palabras del ministro Lavrov le siguen señales concretas de desescalada, desde luego que les daríamos la bienvenida", señaló Price.

Poco antes, Washington anunció que inició el proceso para "reubicar temporalmente" su embajada en Ucrania, que cesará sus operaciones en la capital, Kiev, y se trasladará a la mayor ciudad del oeste del país, Lviv, cerca de la frontera con Polonia. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, anunció este lunes en un comunicado que ordenó esa medida por "prudencia" y para garantizar "la seguridad de su personal" diplomático en la nación.