El papa Francisco autorizó la publicación del decreto que reconoce las "virtudes heroicas" del cardenal argentino Eduardo Pironio. La medida lo declara como persona “venerable” de la Iglesia católica y lo deja a pocos pasos de su beatificación, en el camino a su canonización.

Con este reconocimiento, el religioso que fue uno de los impulsores de las jornadas mundiales de la Juventud, iniciadas por  Juan Pablo II, pasará a ser "venerable" y quedará a un milagro de poder ser beatificado, según la reglamentación vaticana.

Quié fue Eduardo Pironio

Pironio, nacido el 9 de julio de 1920, fue ordenado sacerdote en 1943 y consagrado obispo en 1964. Tras ocupar un vicariato en la diócesis de Mercedes, fue obispo auxiliar de La Plata y luego se hizo cargo de la de Mar del Plata.

Juan XXIII lo designó como una de las autoridades del Concilio Vaticano II y años después, a mediados de la década de 1970, llegó al Vaticano tras ser perseguido por la Triple A. La decisión fue tomada luego de que la organización también persiguiera y asesinara a María del Carmen Maggi, una de sus más íntimas colaboradoras cuando él era obispo de Mar del Plata.

En 1976 Paulo VI lo elevó a cardenal y fue el primer argentino en sonar como posible Papa. De hecho, fue uno de los más votados en el cónclave de 1978 que ungió a Juan Pablo I y luego en el que se eligió a Juan Pablo II.

A partir de allí se le otorgaron varias responsabilidades. Tuvo a su cargo la Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares y luego fue presidente del Consejo Pontificio para los Laicos. Murió en Roma el 5 de febrero de 1998 y sus restos están sepultados en la Basílica de Luján.

La beatificación de Pironio

El proceso para su beatificación fue impulsado por la Iglesia católica argentina e iniciado en el Vaticano en 2017. Comenzó con el análisis de su vida, sus obras, homilías y hechos trascendentes hasta la búsqueda de dos milagros, hechos clave y necesarios para la canonización.