Unxs 4 de cada diez referentes territoriales del conurbano consideran que no se avanzó en soluciones para enfrentar las violencias de género en sus barrios, mientras que 6 de cada diez sostienen que "ha habido cambios o progresos" en la aplicación de políticas vinculadas con esta problemática. Se refieren a medidas públicas, pero además y en particular hacen una valoración sobre el impacto significativo de la implementación del Programa Acompañar que, al decir de referentas consultadas, “salvó la vida de algunas compañeras”, pese a sus limitaciones a la hora de llegar a los territorios.

Los datos del “Quinto relevamiento a referentes de los barrios populares en el contexto Covid-19”, realizado entre noviembre y diciembre de 2021 por el Instituto del Conurbano que coordina la socióloga, docente e investigadora Verónica Maceira, de la Universidad Nacional de General Sarmiento, se enfocan en 91 entrevistas localizadas con mayor intensidad en el segundo cordón, que desgranan las condiciones de vida de los territorios en el segundo año de la pandemia. Les entrevistades residen y/o participan en localidades de los 24 partidos del conurbano bonaerense y en Pilar y Luján, en el periurbano noroeste. “La violencia de género al interior de los hogares es mencionada espontáneamente por los y las referentes como una de las principales problemáticas del barrio, desde el inicio de nuestros relevamientos en pandemia”, subraya el informe.

Si bien se destaca una cantidad de intervenciones institucionales incorporadas a las estrategias del barrio, las organizaciones sociales en el territorio, el trabajo en red y la articulación permanente para dar respuestas cobran un rol central. “Toda una serie de críticas va en la línea de la integralidad insuficiente de las políticas”, se remarca, y para las referentas “tiene que ver con que la mujer que percibe violencia necesita irse de donde está y no hay opciones ni recursos para eso”, o que “sigue sin haber seguimientos de ninguna manera posterior a la denuncia”. Entienden que las limitaciones deben encararse desde el territorio: “La violencia de género no pasa por hacer la denuncia y darle un Programa Acompañar. Faltaría más acompañamiento de alguien capacitado y seguimiento del caso, porque la mamá que sufre violencia tiene que seguir adelante luchando con sus hijos”.

Mención aparte merece el papel de la Justicia, y “los repetidos señalamientos en cuanto a los obstáculos que un sistema judicial patriarcal interpone a la hora de tramitar las denuncias”, señala el relevamiento. "Habría que cambiar muchísimo; el aparato judicial, la policía, sigue todo igual y es la primera barrera y muy violenta con la que se encuentran las vecinas”, advierten lxs consultadxs, que plantean la reforma judicial como cuestión medular. “Es difícil porque falla el sistema judicial, tenemos madres que hace once años están pidiendo el alimento, y tenemos mucha falta de credibilidad en ese sistema”, concluye une referente de La Matanza. “No creo que sea la solución a la problemática de violencia de género el sistema judicial actual. Ni la policía, ni los fiscales, ni los jueces están a la altura de esta problemática.”