La canciller Susana Malcorra estuvo reunida ayer con su futuro reemplazante Jorge Faurie, quien asumirá el 12 de junio. Según definieron en el entorno de la actual funcionaria el encuentro “estuvo bien”. Malcorra, incluso, invitó a Faurie a quedarse en una serie de reuniones de trabajo que tenía a continuación y que trataban sobre temas de relaciones exteriores que el actual embajador argentino en París deberá manejar como canciller. Faurie, por su parte, sostuvo que “la Argentina está nuevamente presente en el mundo”. No dio explicaciones, de momento, sobre las declaraciones juradas que le objetó la Oficina Anticorrupción, ni tampoco sobre un catering para el G-20 que se hará en Buenos Aires el año próximo y que tendría un costo de 35 millones de pesos por contratación directa.

Malcorra recibió ayer por la tarde a un recién llegado Faurie, quien arribó de París para prepararse para su asunción como canciller. Ambos compartieron un almuerzo de trabajo que duró cerca de dos horas y en el que hubo, según comentaron cerca de los comensales, muy buen clima. Tras el encuentro Faurie participó de una reunión con el equipo de la canciller, donde empezaron a delinear la transición para la salida de la funcionaria.

En tanto, Faurie sostuvo que el país está “en un momento impresionante, estando presente en el mundo nuevamente”. Recordó que Buenos Aires va ser la sede de la conferencia de la XI Organización Mundial del Comercio y de la reunión del G-20. Según un artículo del periódico Perfil, a Faurie le habían encomendado el ceremonial de la reunión del G-20, lo que habría dado lugar a algunas irregularidades como una adjudicación directa por 35 millones de pesos para el catering del evento. 

Faurie, como se sabe, fue uno de los encargados por el PRO del protocolo de la controversial ceremonia de traspaso de mando en diciembre de 2015. Antes de eso, tuvo una extensa carrera política no ajena a los escándalos: fue  jefe de Protocolo durante el gobierno de Carlos Menem y muy cercano a su secretario privado Ramón Hernández. Tan cercano que llegó a tener una sociedad con Hernández en la empresa Costes SRL, creada en  diciembre de 1999. Faurie fue denunciado por la Oficina Anticorrupción por omitir esa empresa en su declaración jurada, así como dos terrenos en Santa Fe que serían de su propiedad. En ese momento, Faurie echó mano al argumento que años más tarde usaría Mauricio Macri ante los Panamá Papers: sostuvo era para poner un restaurant mexicano en el Hipódromo de Palermo y que no la declaró “debido a que el proyecto se desactivó y no generó ganancias ni otros ingresos”. Faurie luego debería luego dejar el cargo de  vicecanciller con Carlos Ruckauf cuando se lo responsabilizó por entregarle un pasaporte diplomático a Hernández. Fue en el momento en que se descubrieron las cuentas en Suiza del ex secretario privado de Menem.