Francia, Alemania, Italia, España, Dinamarca, Suecia y Eslovenia expulsaron en dos días a cerca de 200 diplomáticos rusos, un gesto que marca una nueva degradación de las relaciones con Moscú después de que salieran a la luz las supuestas masacres de las que se acusa a Rusia, particularmente en la localidad de Bucha. Ante la ola de expulsiones, el Kremlin denunció "la falta de visión" de Europa y anticipó que responderá con medidas similares. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió la exclusión de Rusia del Consejo de Seguridad de la ONU al exigir que "se responsabilice" al Kremlin por cometer "los peores crímenes de guerra" desde la Segunda Guerra Mundial.

El jefe de la diplomacia europea Josep Borrell también anunció el martes que declaró personas no gratas a varios representantes de Rusia ante la Unión Europea (UE) debido a "actividades contrarias" a su estatuto de diplomáticos, sin precisar ni el número ni la fecha de su expulsión. Borrell remarcó que la UE tiene previsto destinar mil millones de euros de ayuda militar a Ucrania para permitirle defender su territorio, una cantidad que "no da para mucho" pero que servirá para suministrar "armas ligeras defensivas que han demostrado una extraordinaria eficacia".

Una larga lista de expulsiones

Italia decidió expulsar a 30 diplomáticos rusos por razones de "seguridad nacional", declaró el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio. "Esta medida, tomada en común acuerdo con nuestros socios europeos y atlánticos, fue necesaria por razones vinculadas a nuestra seguridad nacional y en el contexto de la situación actual de crisis relacionada con la agresión injustificada de Ucrania por parte de Rusia", destacó el jefe de la diplomacia italiana.

Por su parte Mario Draghi, el primer ministro de Italia, confirmó que "la decisión se tomó de acuerdo con otros socios europeos y atlánticos" y precisó que su país apoyaba "con convicción" las nuevas sanciones presentadas el martes por la Comisión Europea. Eslovenia también decidió expulsar a 33 diplomáticos rusos para expresar su "fuerte protesta" y "conmoción" tras el hallazgo de los civiles muertos.

Distintos países occidentales manifestaron este fin de semana su condena ante el hallazgo de decenas de cadáveres, al parecer de civiles, en Bucha, al noroeste de la capital de Ucrania. Rusia niega su implicación en los hechos y denuncia un "montaje" de Kiev para dañar la imagen de los soldados rusos.

Tras salir a la luz las informaciones de Bucha, Lituania había anunciado el lunes la expulsión del embajador de Rusia "en respuesta a la agresión militar de Rusia contra la Ucrania soberana y a las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas rusas". Ese mismo día Alemania comunicó que expulsaba a 40 diplomáticos rusos destinados en Berlín, según la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock.

Poco después Francia anunciaba la expulsión de 35 diplomáticos rusos "cuyas actividades son contrarias a los intereses" del país, según una fuente cercana a la Cancillería francesa. Dinamarca también decidió expulsar a 15 diplomáticos rusos acusándolos de ser "agentes de inteligencia" que llevaron a cabo "actividades de espionaje en suelo danés", declaró el jefe de la diplomacia danesa, Jeppe Kofod.

Según un recuento efectuado por la agencia AFP, cerca de 300 diplomáticos rusos han sido expulsados en total de varios países de la UE desde el inició de la ofensiva rusa. El Kremlin denunció, por su parte, "la falta de visión" de Europa al expulsar a numerosos diplomáticos, ya que el movimiento implica "la reducción de las posibilidades de comunicar en el ámbito diplomático en estas circunstancias difíciles", según expresó el vocero del gobierno ruso, Dmitri Peskov. "Esto conllevará inevitablemente medidas de represalia", agregó Peskov.

Pedido de Zelenski al Consejo de Seguridad

En ese contexto se anunció que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el responsable de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, viajarán a Kiev esta semana para reunirse con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. El mandatario pidió este martes excluir a Rusia del Consejo de Seguridad de la ONU por "los peores crímenes de guerra"

Luego de su discurso por videoconferencia transmitido en la sala del Consejo de Seguridad, Zelenski hizo difundir un video con imágenes muy duras de civiles muertos en Ucrania. El presidente comparó la violencia en la ciudad de Bucha, vecina de Kiev, donde se encontraron decenas de cadáveres en los últimos días, con los actos violentos cometidos el Estado Islámico (ISIS), pero "perpetrados por un miembro del Consejo de Seguridad de la ONU".

En ese sentido, Zelenski pidió que se excluya a Rusia del Consejo de Seguridad, del cual es uno de los cinco miembros permanentes, y una reforma del sistema de Naciones Unidas para que "el derecho al veto no signifique derecho a morir". El representante ruso ante el Consejo de Seguridad respondió rápidamente a las acusaciones. "No vinimos a Ucrania a conquistar territorios", aseguró Vasili Nebenzia.

"Vieron cadáveres y escucharon testimonios, pero solo vieron lo que les mostraron. No pueden ignorar las flagrantes incoherencias en la versión de los hechos promovida por los medios de comunicación ucranianos y occidentales", agregó Nebenzia sobre las imágenes de Bucha. El diplomático ruso explicó que su país evacuó a "600 mil personas" de Ucrania, incluidos "más de 119 mil niños". 

"Y no estamos hablando, de ninguna manera, de personas que se van bajo coacción o secuestradas, como lo describen nuestros socios occidentales, sino de decisiones voluntarias", expresó Nebenzia. De la reunión del Consejo de Seguridad participó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien pidió una investigación "independiente" para determinar si lo ocurrido en Bucha constituye un crimen de guerra.

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